“BEAU TRAVAIL” de CLAIRE DENIS.


 UNA NUEVA EXPERIENCIA CINEMATOGRAFICA.

Y UN POCO DE CINE VASCO.


“Claire Denis está enamorada. Le torcimos un poco el brazo para que lo dijera. Sentimos que cinco minutos antes, cinco minutos después, podría habernos llevado con la misma facilidad, con su voz velada y ese tono franco del cuello. ¿Ha estado enamorada a menudo? “A menudo, es una palabra que debilita la idea de amor. Hay algo muy serio en el amor. Arriesgamos nuestras vidas cada vez, en un amor. Estamos jugando todo por todo. Nunca he tenido “una aventura”, “un poco de delirio”, como dice uno de mis personajes. No creo que sea posible para mí”. A veces se iba muy lejos con su automóvil sin siquiera estar segura de encontrarse con el ser querido. Cruzó Francia en tren para encontrar a alguien. “Básicamente se perdió de antemano, pero subirme al tren me dio esperanza”. Así que ella siguió, un tren, luego otro.”


Artículo de Sonya Faure para Liberation. 

Dossier Festival Cannes 2017.



Sorpresa este verano, al enterarme y apuntarme a una asociación de cine llamada LA QUIMERA (hoy en día aún no se sabe si continuará con ese nombre o con algo nuevo, pues se debate el modelo de organización) donde “unes entusiastes cinéfiles” (como les gustaría decir a elles con lenguaje inclusivo/1) se unieron para disfrutar de su gran afición, al parecer al hilo de haber participado en cursos de cine en la Universidad Popular de Gijón.


1/  Sin ánimo alguno de polemizar, mis queridas personas cinéfilas ya saben que a mí me gusta usar el propio idioma para esas lides, sin complejos, pues el genérico es el genérico (los hay de ambos sexos) y creo que no hay idiomas machistas o sexistas, sino que eso lo serán algunas personas cuando lo usan… Aprovecharé para añadir (aunque esto ya me causó un buen disgusto en su momento con un amigo) que no estoy a favor de las lenguas vernáculas pues creo que los idiomas son para comunicarse, no para identificarse, así que cuantos más lo hablemos si hay uno común, pues mejor que mejor.


Pues bien, entre sus múltiples actividades (son el rayo que no cesa en cuanto a inventivas e iniciativas), me llamaron especialmente la atención dos: Un TRIVIAL de cine que debe ser muy divertido (no he podido participar aun) y un CINE CLUB donde hacen proyecciones minimalistas en una sala de cine para unas quince personas, sita en el Videoclub65 de Gijón (último que nos queda), seleccionando película (hay dos pases) que van con su introducción y un folleto explicativo, esperándose que luego haya tertulia al canto.




Tenía ganas de ir a una proyección y, como me suele suceder habitualmente, no me pude resistir cuando anunciaron “BEAU TRAVAIL” de esa destacada directora francesa que es Claire Denis, que ni la conocía, ni la había visto, la programación me encajaba y se abría todo un mundo de referencias a su alrededor.



La directora ya había sido homenajeada en nuestro Festival FICX en el que también se habían proyectado algunas de sus películas recientes. Yo había visto “UN SOL INTERIOR” de 2017 (a ver si se aclaran un poco con el título pues no se sabe muy bien si se añade la palabra BELLO o no antes del SOL, que sería lo exacto a la vista del título francés original) y lo había hecho animado por su protagonista, la carismática, atractiva y sorprendente Juliette Binoche, así como la presencia de Gerard Depardieu. Es una película muy interesante sobre la búsqueda del amor por parte de la protagonista y las relaciones con los hombres que le decepcionan repetidamente (sexo sí, amor no, comprometerse no), que no tuve duda alguna reflejaba las propias experiencias de la directora.



Siendo además muy sorprendente que se diga que se basa en un libro/ensayo del pensador francés Roland Barthes (especialista en lenguaje musical, estructuralista y semiólogo, de gran predicamento en el país vecino) llamado “Fragmentos de un Discurso amoroso” que fue su mayor éxito editorial y donde reflexiona teniendo como principal hito (pero no único, pues también se hace referencia a otras novelas, obras de teatro, pinturas y música) la novela epistolar semiautobiográfica de J.W. Goethe, “Las penas del Joven Werther”.  Y todo esto da buena muestra de la personalidad especial de la directora y coguionista que saber sacar buenos argumentos hasta de debajo de las piedras.



En efecto, esto es una característica de la Denis, pues tiene una filmografía variadísima, ligada en ocasiones  a su propia experiencia vital, como quedó claro en su debut con “CHOCOLAT” en el año 1988, ligada a su vida expatriada, que en aquel entonces pesaba mucho, llegando a decir que en Francia se sentía extraña y no identificada, lo cual cambió con el tiempo, según fue triunfando en el mundo del cine, asentándose en la gran nación y pudiendo llevar sus creaciones por variados derroteros.


Un resumen de biografía profesional, bastante resumidito, pues proviene de Wikipedia en español (recomiendo siempre usar la referencia en el idioma de donde se incardina el personaje, pues la información se multiplica por tres):


Denis nació en París y creció en diferentes colonias francesas (Burkina Faso, Senegal y Camerún) y en Somalia donde su padre fue funcionario público.

Denis estudió economía, pero abandonó la carrera. Luego asistió al IDHEC, la escuela de cine francesa. Tras graduarse, trabajó como asistente de Jacques Rivette, Costa-Gavras, Jim Jarmusch y Wim Wenders. Desde 2002, Claire Denis es profesora de cine en la Escuela Europea de Graduados en Saas-Fee, Suiza.

Su debut fue en la película Chocolat (1988), una reflexión semiautobiográfica sobre el colonialismo africano, que le ganó aclamación de la crítica. Con películas tales como US Go Home (1994), Nénette et Boni (1996), Beau travail (1999), Trouble Every Day (2001) y Vendredi soir (2002), estableció una reputación como realizadora, que «ha podido reconciliar la lírica del cine francés con el impulso por capturar la imagen a menudo dura de la Francia contemporánea».

Es profesora en la European Graduate School, en Saas-Fee, Suiza. 


Podemos ver que de información personal nada de nada, incluso en la página francesa o en artículos en ese país, pues no encontramos más dato biográfico que un temprano matrimonio con un fotógrafo que duró poco… O sea, que la misma es discretísima, aunque enlazando con la soleada peli antes citada podemos intuir una pista de que eso no es para ella tarea fácil, si además lees a Roland Barthes (en realidad de ella no partió la idea de crear una peli basándose en su libro, sino fue de su Productor) igual se te cae un poco la moral a los suelos, dicho sea con ironía.


En fin, pasemos a “BEAU TRAVAIL” que causó en mi expectación y atractivo por varios motivos.


Pero antes mejor leer la excelente introducción de Paula que figura en el Folleto de LA QUIMERA.

 




Para mí, a priori, destacaba lo siguiente:


- El atractivo tema de la Legión Extranjera (francesa, pero sobra decirlo, famosa por ser refugio de criminales que aceptaban su dureza para huir de un turbulento pasado, sin que allí les preguntaran nada del mismo) que dio lugar a muchas cintas de aventuras, entre las que hay de todo incluidos bastantes bodrios, pero quizá la más famosa es la mítica  (coincidencia parcial de título) “BEAU GESTE” de 1939 (hubo luego versiones, ninguna comparable),que era de las que más se aplaudían en los pases de sesión continua de mi juventud, dirigida por el clásico William A. Wellman y protagonizada nada menos que por Gary Cooper, Ray Millan y Robert Preston.



- La vida interna del ejército, con especial clima hostil cuanto no hay guerra, lo que genera conflictos internos. No sería comparable a la mítica “LA CHAQUETA MÉTALICA” de Kubrik, evidentemente, pero habría que ver lo que daba de sí.



- Y la ineludible referencia como la propia directora expresó, a la gran novela de Herman Melville (última, póstuma e inacabada) “BILLY BUD MARINERO”, que a su vez había dado lugar a una versión cinematográfica de “LA FRAGATA INFERNAL” de 1962 dirigida y protagonizada por Peter Ustinov y que supuso el debut del recientemente fallecido Terence Stamp.



Es innegable mi pasión por todo lo relacionado con Melville (no en vano el personaje masculino de mi única novela publicada, escrita a cuatro manos con Cristina Tarro, se llama así) y la citada novela es muy especial no solo por ser haber estado perdida varios años, sujeta a incluso a un reconstrucción discutida  (como casi toda la obra de Herman tiene una base histórica y autobiográfica grande; aparte de que es de larga extensión al incluir larguísimas descripciones técnicas de la vida en un gran buque de vela, que hoy no entendemos o nos son totalmente ajenas), sino por la polémica que desencadenó a nivel jurídico en Gran Bretaña alrededor de la decisión de Capitán Vere al condenar a muerte al protagonista. 



Pero no solo eso, sino que en mi primer año en la facultad tuve la suerte de tener como Catedrático de Filosofía del Derecho al maravilloso Elías Díaz, que nos comentó precisamente la película ya citada, basada en la novela, porque la noche anterior la habían pasado por TV, comentando de modo claro que era un caso típico de aplicación de la ley positiva, aunque el propio capitán del buque estuviese en contra de la misma… Es decir, contra los polemistas ingleses ¿qué otra cosa podía hacer el capitán/juez sino condenar a muerte al marinero que había matado, en parte por accidente, al oficial que antes le había denunciado en falso?



- Como añadido tenemos que hay una famosa ópera del mismo nombre, del gran compositor británico Benjamin Britten (en general sus obras son serias y un tanto recargadas) que aparece en gran parte como banda sonora del film.



Pero no solo esos motivos caros para mí, sino que se podía añadir que con la directora colaboró por primera vez una famosa directora de fotografías Agnes Godard, que no es hija del famoso director, ganadora por esta peli del Premio César (desde entonces han sido asiduas) e incluso contó con la colaboración de un famoso coreógrafo (que comparte con la directora un desarraigo vital en cuanto a su patria verdadera) Bernardo Montant, que fue discípulo del famosísimo maestro Maurice Béjart en su Escuela Mudra.  


Incluso el papel protagonista para el conocido actor francés Denis Lavant (fetiche del original director Léos Karax piénsese por ejemplo una de las últimas más aclamadas, la fantasiosa “HOLY MOTORS” de 2012).




Y como guinda, la conexión con la película de Jean Luc Godard  “LE PETIT SOLDAT” de 1960, que causó gran polémica al mostrar torturas francesas en la Guerra de Argelia, siendo su protagonista  Michel Subor, que aparece en el film de Denis como el comandante, evidente conexión con el caduco colonialismo francés del que también se nutre la ahora comentada.



En fin, que tocaba verla y, aparte de cierta lentitud, dejando en el aire algunos hechos de interés que solo se plasman de pasada (como el acogimiento en la Legión a cualquiera sin hacerle preguntas, las relaciones con la población local o las adicciones para huir de la rutina o la miseria) lo cierto es salí encantado, pues estéticamente funciona muy bien y además me gustó mucho el enorme paralelismo con la novela de Melville, que al principio parecía no quedaría claro.


No dejando lugar a duda alguna, pese a alguna especulación previa que reflejaba Paula en su folleto, al menos a mi entender, a interferencias de tipo homosexual en la tensa relación entre el sargento y el soldado, siendo realmente otro tipo de celos o envidia dado el claustrofóbico, por un lado, e insulso, por otro, régimen de vida de un destacamento perdido en el culo del mundo, sin nada relevante que hacer. La música, la coreografía, y la fotografía van de cine, nunca mejor dicho, y hasta hay un final feliz que genera cierto optimismo vital en donde pensábamos solo íbamos a encontrar el desierto o la nada. Eso sí, la directora se dio un buen atracón de hombres jóvenes y musculosos, incluyendo sus coreografías y algún desnudo completo, sin que haya nada que criticar ¡pues el guion lo exigía!


¡Gracias quiméricos cinéfilos!


ADDENDA. ¿CINE VASCO? DOS PELÍCULAS EXCELENTES.


Me puse a ver uno de los estrenos streaming del verano “LOS AITAS” animado por ser escrita y dirigida por Borja Gobeaga, afamado especialista en comedia, tanto guionista como director que inicio su carrera en la TV: “OCHO APELLIDOS VASCOS” (guionista) y “PAGAFANTAS” (director y coguionista) son de las que mejor recuerdo tengo. Además, el plantel era muy estimable: Quim Gutiérrez, Juan Diego Botto, Iñaki Ardanaz, Mikel Losada, Ramon Barea y Laura Weissmahr. 



Parecía que podría ser la típica comedia veraniega de niños y padres, pero no, Borja sabe llevarla por un adecuado vial de comedia agradable, pero con fondo interesante y muy humano, como es habitual en él; estando muy bien ambientada en los años 80, en los que la situación económica y social no es la misma que hoy día. 


Vamos, que quedé encantado con ella, sin perjuicio de fijarme en todo el apoyo de la autonomía y municipios vascos (Portugalete en especial) que es algo hoy día totalmente habitual en nuestro cine, pero como se suele decir, se nota que allí hay pelas (es coproducción española y francesa).



Y al rebufo de ese disfrute, me acordé de una peli que no había visto en su día, pues me temía pudiese ser demasiada descerebrada (el director Joaquin Mazón era especialista en comedias facilonas y un tanto insulsas) e incluso fuese un compendio de excesos incontrolados de ese gran actor que es Karra Elejalde, pero me atreví porque en agosto es casi imposible ir a cine o encontrar cosas decentes que no hayas visto ya. 




Y menudo acierto con “LA VIDA PADRE” comedia de 2022, paradigmático ejemplo del dinero que se vierte en el cine vasco, saliendo además Bilbao como una joya para millonarios. Una gran historia dentro de su fantasía, bien contada y bien interpretada: El excelentísimo Enric Auqer destaca tanto como Karra Elejalde, que asimismo lo borda, Megan Montaner, Lander Otaola, Maribel Salas, Santi Ugalde, Gorka Aguinagalde, Manuel Burque...; muchas caras simplemente nos suenan de aquel mítico programa de humor sin complejos de la tv vasca ETB “Vaya semanita”; incluso hay dos cameos del famoso entrenador bilbaíno Javier Clemente. 


Creo se nota que el guion fue coescrito por el director y por el veterano Joaquin Oristrell, otro director y guionista, especialista en comedias (piénsese en “INCONSCIENTES” de 2004 o “DIETA MEDITERRANEA” de 2008 donde ya demos el tema culinario que le es muy querido al coguionista y que forma parte esencial de la ahora comentada), pero de mayor calidad y con un historial encomiable, que sorprende no tenga muchos premios en su haber (así de contradictorio o rastrero es nuestro cine); acabando incluso con un final emotivo y a lo grande, cerrando una peli maravillosa a mi entender, que te deja sensaciones optimistas, muy bien recibidas siempre por mí. 



Así que si para esto es el dinero del cupo vasco ¡bienvenido sea!, no va a ser todo para las escaleras mecánicas que tienen en sus calles por doquier y es que los de Bilbao siempre farda mucho. El año pasado vi un proyecto de una en Cuenca, muy necesaria dado el descuelgue de metros entre una parte y otra de la ciudad, pero según las últimas noticias es un proyecto, no está aún ejecutada y veremos si se cumplen las previsiones de que será en 2026, aunque igual con lo del cupo catalán...


AGOSTO 2025. 


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