LOS VIEJOS CINES DE GIJÓN (II)


¿Cuál fue la última película que viste? 
Responde rápido… 


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
Una sombra, una ficción,
Y el mayor bien es pequeño;
Que toda la vida es sueño,
Y los sueños, sueños son…

“La Vida es Sueño”. Calderón de la Barca.

“La vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil. ¡Márchate! ¡Regresa a Roma! Eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti.”

Cinema Paradiso (1988). Alfredo (interpretado por Philippe Noiret).


Una vez hablado a fondo del Brisamar, seguiré con mis recuerdos sobre los viejos cines que teníamos en Gijón y las últimas o más destacadas películas que vi en los mismos (un pequeño juego al que invito a todas las amables personas lectoras), que más bien creo será lo segundo, pues mi memoria no es de fiar.


Lo siento, pero del CINE FAC (situado detrás de la Iglesia de San José) soy incapaz de recordar nada, pues debí ir a corta edad, como al siguiente.

Sin embargo, del CINE AVENIDA (situado en Alvarez Garaya) siempre he tenido un recuerdo muy vívido de una película que en parte era de dibujos animados, donde un hombre de gafas se convertía en pez, era entretenida, no era de Disney y resulta que, investigando, es una peli de bastante éxito en USA llamada allí “THE INCREDIBLE MR. LIMPET” y aquí “UN PEZ CON GAFAS”.


El CINE ROMA estaba en la calle Moros (edificio estrecho al lado de Zara mujer) y su especialidad era la sesión continua, con dos películas, donde los chavales gritaban que daba gusto. Puedo recordar sin dudarlo la clásica “LA JUNGLA EN ARMAS” (el pataleo fue estruendoso cuando llegaron las tropas salvadoras de los asediados) y también una versión española de la inmortal obra de Calderón de la Barca, “LA VIDA ES SUEÑO”, que parecería no pegar para el público que éramos, pero en realidad fue la versión de Luis Lucía de 1960, que la convirtió en una historia de acción y combates, llamada “EL PRÍNCIPE ENCADENADO”.

El CINE IDEAL (frente al centro San Agustín donde hubo cines un tiempo, hoy es un edificio nuevo) era mi cita obligada los sábados por la tarde y, aparte de los efectos que en mis labios y lengua causaba la sal de las pipas, que comía a puñados siempre en delantera de entresuelo para que nadie me tapase, me dejó sin duda el recuerdo imborrable de un documental que haría enrojecer a Steven Spielberg por la cantidad de trolas que nos metió en su rompedora película “TIBURON” (lo que no le quita mérito, pues su cine es así, y no hay público -yo incluido- que no haya salido maravillado y/o acojonado tras ver su obra de 1975), tratándose de un sensacional documental sobre el tiburón blanco, que yo en mi memoria lo empezaba por “mar”, pero se llama realmente “AGUA AZUL MUERTE BLANCA” (1971), donde se ve en todo su poderío al gran y agresivo escualo, donde que queda claro que no puede hundir un barco mediano, ni lo va a golpear con su cabeza, ni puede destrozar la jaula de hierro que se mete en el agua para poder filmarlo en acción (cosa que si hace el engendro mecánico de la famosa peli de 1975 y en sus secuelas posteriores; si bien últimamente las hay más “realistas” dentro de lo que cabe, como “INFIERNO AZUL” (2016) donde podemos ver a la bellísima Blake Libely surfera acosada por la bestia, dirigida por un español, Jaume Collet-Serra).



En el CINE ALBENIZ (calle San Bernardo, luego restaurante y sala de fiestas conservando su estructura) acabaron poniendo dos salas pequeñas y recuerdo vi con unos medio sobrinos una buena película de Disney (los dibujos siempre me han encantado), pero no estoy seguro si fue “TOD Y TOBY” o una reposición de “LA DAMA EL VAGABUNDO”, pero fue una experiencia bastante agitada, así que tengo mejores remembranzas del restaurante, que en un momento dado era realmente muy bueno, pudiendo bailar después de la cena, pues siempre estaba animadísimo.









Lo del CINE GOYA (al final del Paseo de Begoña, hoy hotel) fue tremendo, era una sala de las construidas expresamente para ser cine (aunque acabó siendo discoteca) y por fuera era cutre; hubo de todo allí, desde estrenos populares, hasta cine S y luego X. Para mí es imborrable una película famosa y escandalosa de los tiempos de nuestra liberación democrática, que se estrenó aquí con bastante retraso dadas sus escenas de sexo y desnudos, tremendo éxito de taquilla como ya lo había sido en su país natal, Holanda, donde sigue siendo la película local más vista de la historia: ”DELICIAS TURCAS” (que son un dulce típico de Turquía), el primer gran éxito de su director Paul Verhoeven (que años más tarde crearía una de esas pelis de culto y fruición por su contenido sexual: “INSTINTO BÁSICO”) y la primera vez que pudimos ver a quien sería una estrella quizá desaprovechada, el actor Rutger Hauer (que siempre creí era alemán, pero es holandés igualmente). Y si bien la historia que nos cuenta tiene su interés, en nuestra península reprimida lo que más atraía eran sus despelotes y sus escenas sexuales; además, los más escatológicos se regodeaban en los detalles de una escena ligada a un inodoro y lo que del mismo extraía el protagonista.



CINE ARANGO (funcionaba también como teatro) ya eran palabras mayores y los éxitos se estrenaban allí (como en los tres siguientes), así que vi multitud de películas, pero dada su importancia por el cambio que supuso para el cine de Hollywood, puedo citar sin miedo a equivocarme “EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA” de 1981 (de la tetralogía son buenas las tres primeras sin duda, pensando claro está en ir al cine a divertirse, pues están llenas de  excesos).

El TEATRO JOVELLANOS nunca dejó de serlo (como ahora mismo) pero en su momento también se visionaban películas e incluso algunas de la categoría “S” (se podían hacer dos versiones, una S y otra X, como ocurrió con “MARIA ROSA LA MIRONA” bodrio italiano cuya versión porno vi en mi escapada “a dedo” a Francia en 1976 y luego se puso en nuestro teatro la versión solo erótica), pero el título más impactante pudo ser una de las obras de ese singular y excelente cineasta llamado Marco Ferreri (recuérdese ya “EL COCHECITO” de 1960 con José Isbert al frente), “ADIÓS AL MACHO” (1978), donde asustó y/o escandalizó a mucha gente no solo por mostrar el (gran) pene  empalmado de Gerard Depardieu, sino porque en un momento dado se lo cortaba con un cuchillo eléctrico (hastiado de tanto folleteo con Ornella Mutti, un bellezón, otro mito sexual de la época).



El CINE HERNÁN CORTÉS, donde el Hotel del mismo nombre, hoy el Casino, era de amplio diseño y muy cómodo; tengo grabada en la memoria las películas de OO7, que había que ver y nos juntábamos los amigos para disfrutarlo juntos incluso haciendo cola, siendo las más simpáticas las de Roger Moore y de las mejores fue “OCTUPUSSY” (1983).



CINE MARIA CRISTINA en la calle Corrida (hoy Mango), que cuando se derribó tenía la fachada protegida, pero el promotor se la cargó para ahorrar costes y le cayó luego solamente una exigua multa (ay, nuestro desgraciado urbanismo); no era de los mejores, pero sí sus películas. No puedo olvidarme de “NOSFERATU” la versión del vampiro que en 1979 hizo el alemán Werner Herzog con Klaus Kinski e Isabel Adjani (muy parecida al clasicazo original mudo de 1922 de Murnau), que creo fui a ver tres veces, porque a un tío mío le encandiló (recordando la antigua), le hablé de ella y sin pensárselo fuimos dos veces juntos.


Y llegamos al último CINE ROBLEDO (calle Corrida, hoy Pull & Bear, que pena…) edificio diseñado expresamente como tal y sin duda el mejor de Gijón, pues hasta en el gallinero se podía estar (ahorrando que nunca venia mal).  Tengo recuerdos impagables, cinéfilos (la reposición del “BEN HUR” de 1959 con Charlton Heston donde ganó el oscar, incluyendo la escena seudo gay que coló el gran escritor no acreditado como guionista Gore Vidal, en la cual ese toque se logra con miradas y gestos, no con palabras, por supuesto; aunque es un mito más del cine, pues no veo a Heston en ese, así que igual le engañaron; es recomendable el documental “EL CELULOIDE OCULTO”) y no cinéfilos (siendo yo muy joven, una pareja de novios estaba una vez a mi lado, dándose un lote tremendo y cada poco miraban a la pantalla un par de segundos y se preguntaban si les gustaba la película, pero volvían la instante a lo suyo…).

Y como película, casi seguro la última que vi allí, salí sobrecogido e impresionado por “BAILANDO CON LOBOS” de 1990 (retrata con toda su crudeza lo que se llamó el expolio y casi exterminio del indio norteamericano), gran triunfadora en los oscar, que encumbró a Kevin Costner como director (de actor ya era una estrella), pero fue como una especia de maldición para él, pues no volvió a dirigir nada decente desde entonces, todo fiascos.


Gijón, abril 2020. 

Comentarios

  1. En el 24 sigues teniendo la misma memoria, o ya eres "humano"?
    Válgame dios!

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