BEN SHAHN.
EL ARTISTA PLÁSTICO MÁS SOCIAL
DE LA HISTORIA RECIENTE DE U.S.A. /1
Y WOODY ALLEN...
“El arte es la más bella de las mentiras.”
“En los años veinte solo se pintaban vacas, de todos los colores posibles, incluso púrpuras. Por la vida que me tocó vivir nunca aprendí a ver el púrpura donde no existe y detesto las vacas. A través del tiempo descubrí que si no me gustaban las vacas no tenía por qué pintarlas, pintaría las cosas que me gustaran con el color que honestamente sintiera les pertenece. ¿Qué podría pintar, entonces? Historias”.
Ben Shahn.
1/ No soy un especialista en arte, solo un mero aficionado, así que cualquiera podrá notar carencias en este artículo, cuyo nacimiento se explica a continuación. Este artículo se ha publicado ya en la Revista Almanaque nº 11 del Foro Jovellanos del Principado de Asturias.
1.- BEN SHAHN Y WOODY ALLEN.
No había oído hablar del gran artista norteamericano, crasa ignorancia, lo reconozco, pese a que ya estaba representado en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid que he visitado muchas veces…
Pero en el pasado mes de febrero leí sobre una importantísima muestra de ese artista (nunca hubo en Europa a ese nivel) en el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid, lo cual sin duda me llamó la atención y ya me creó el interés en ir a verla.
Pero, prácticamente el mismo día o al siguiente, cuando estoy viendo y gozando de nuevo la maravillosa película (para mí de las mejores no solo de su director, sino de la historia) de Woody Allen, “ANNIE HALL” de 1977, me lo vuelvo a encontrar de sopetón.
En efecto, en el primer cuarto de la peli, cuando el prota Alvy Singer (Woody Allen) recuerda a su primera novia, situándose entre bastidores justo antes de salir al escenario para largar su perorata cómica frente a un teatro repleto de estudiantes universitarios, que es cuando la conoce, interpretada por Carol Kane, y tiene lugar este diálogo:
Allison: No, no, no; estoy preparando la tesis.
Alvy: ¿Sobre qué?
Allison: El Compromiso Político en la Literatura del Siglo XX.
Alvy: Ah, le gustan la Izquierda Liberal Intelectual Judía de Nueva York, Central
Park West, la Universidad Brandise, los campamentos de verano con mucha vida
social y, ah, su padre tiene dibujos de Ben Shahn, ¿verdad? Y, y está realmente a
favor de la huelga... oh, hágame callar, antes de que diga más estupideces.
Allison: No, ha sido estupendo. Me encanta que hagan de mí un estereotipo
cultural.
Alvy: Lo confieso, soy un fanático, ¿sabe?, pero para la gente de izquierdas, claro.
Esto lo he copiado del libro con el guion de la peli que se publicó en España después de que se exhibiera, en 1978 (Editorial Pastanaga, Barcelona), que es el que yo tenía. Sin embargo, buscando el guion original/2 en internet, en la web de una universidad me hice con uno, y resulta que este dialogo no figura allí, con lo cual pudo ser algo improvisado o añadido sobre la marcha en la filmación.
¿Alguien da más? Así era inevitable atreverme con el artículo, aparte de ser una muestra de la enorme cultura o enorme interés cultural del genio cinematográfico neoyorkino, aparte de que demuestra la notoriedad de Ben Shahn, que llevaba muerto entonces casi nueve años.
2/ El mismo lo escribe Woody con Marshall Brickman -ambos compartieron el oscar por el mismo.- y han colaborado muchas veces.
2.- LA EXPOSICION RETROSPECTIVA DE MADRID.
Voy a seguir el folleto emitido por el Museo, sin perjuicio de la mayor información a la que puede tener acceso quien como yo se compre el enorme Catálogo editado o quien quiera ampliarla en internet donde hay muchísimo material, pues quedé realmente impresionado por el personaje, su estilo y los tiempos en que le tocó vivir.
“De la no conformidad” (título de la muestra) era la primera retrospectiva en España de Ben Shahn (Kaunas, Lituania, 1898-Nueva York, 1969), y la primera antológica suya que se realiza en Europa desde 1963. Reunió cerca de 200 obras procedentes de 50 museos, galerías, archivos y colecciones privadas de Estados Unidos y de España (entre ellos el Museo Whitney y el MoMa de Nueva York), así como abundante material documental y fotografías originales del Smithsonian Institution’s Archives of American Art y el Harvard Art Museums.
Esto da una buena muestra de la excelencia de la retrospectiva, cuya comisaria era Laura Katzman, una especialista de primerísimo nivel en el autor (como lo son los colaboradores que escriben en el Catálogo, junto a ella misma).
El resumen o presentación principal es la siguiente:
“Reconocido como uno de los grandes representantes del realismo social estadounidense y como un acérrimo defensor de la justicia social, la muestra repasa el polifacético trabajo de este inmigrante de clase trabajadora de una familia judía, quien se preocupó de los asuntos transcendentales de la historia del siglo XX, como la Gran Depresión y el New Deal en Estados Unidos; el ascenso del fascismo europeo; la barbarie de la II Guerra Mundial; el Macartismo y la represión de las libertades individuales durante la Guerra Fría; la amenaza de aniquilación nuclear en la era atómica; y las luchas por los derechos laborales, civiles y humanos cuando los movimientos de descolonización habían empezado a extenderse por todo el planeta
y, ya al final se su vida, la guerra de Vietnam. También sus trabajos más líricos y espirituales, que a menudo incorporan pasajes de la biblia hebrea, portan un contenido social.
Shahn utilizó múltiples medios en su obra (pinturas al temple, acuarelas y gouaches, carteles y bocetos para murales, fotografías y dibujos). También se dedicó al diseño comercial de libros y revistas ilustradas. La exposición, que coincide con el 125º aniversario de su nacimiento, muestra el excepcional y experimental proceso creativo del artista, que implicaba la utilización de fuentes fotográficas como recurso, la reutilización de motivos y la búsqueda de formas artísticas que pudieran llegar a un amplio público.
En los años cincuenta Ben Shahn fue un artista de enorme popularidad, llegando a representar a los Estados Unidos, junto a Willem de Kooning, en la bienal de Venecia de 1954 y fue objeto de numerosas exposiciones, programas de televisión y publicaciones. Es un momento, sin embargo, de primacía del expresionismo abstracto y otras formas de arte no objetivo, por lo que Shahn comenzó a perder el favor de la crítica en una época marcada también por la Guerra Fría.
No obstante, la relevancia y vigencia de Shahn en el mundo actual es destacada por Laura Katzman en el catálogo de la exposición, donde subraya que “aunque, después de la muerte de Shahn, su obra podría resultar pertinente para cualquier generación posterior, parece haber adquirido una nueva urgencia en el clima político de gran polarización que impera hoy dentro y fuera de los EE. UU., en un momento en que la política convencional ha experimentado una transformación radical””.
Las salas se fueron organizando, con gran acierto, con estos títulos y temáticas:
Arte y activismo.
Aparte de sus trabajos (formado en litografía en lo que trabajó) emulando al modernismo o a Picasso o a la Escuela de París, se ve como varía al realismo y al compromiso político (siempre criticó el arte vacío de contenido).
En la época de la gran crisis económica provocada por la Gran Depresión de octubre de 1929 (el famoso “crack” bursátil que curiosamente se llamó “crash” inicialmente, pero poco a poco se ha ido tornando a usar solo la primera expresión) el artista se dedica a denunciar casos célebres de procesos judiciales: uno se siente emocionado e impactado con la monumental obra “La Pasión de Sacco y Vanzetti” (1931-1932), anarquistas falsamente condenados.
Menos conocido en España, pero relevante fue también el caso de Tom Mooney, el líder obrero irlandés-americano encarcelado injustamente por un atentado con bomba en 1916. Igualmente destaca su mordaz caricatura del padre Coughlin, el “cura radiofónico” antisemita e incitador al odio, al que satirizó a la manera de Honoré Daumier y Francisco de Goya (a los que admiraba Shahn).
Fotografías documentales.
En los años 30, Shahn se aficionó a la fotografía, buscando una estética de reportaje y detalles “auténticos” para su pintura de realismo social, utilizando su arte como arma en la lucha de clases. Al igual que ocurrió con las fotografías de los periódicos, comenzó a utilizar desde entonces las suyas propias como elemento recurrente de sus pinturas y posters.
Como decidido defensor del New Deal del presidente Franklin Delano Roosevelt, Shahn aceptó trabajar para la Administración Agrícola RA), más tarde rebautizada como Administración de Seguridad Agrícola (FSA). Sus fotografías, primero utilizadas en posters de la RA, sirvieron para demostrar la necesidad de programas federales de ayuda que reubicaban y reciclaban a los trabajadores rurales. Sus fotografías, sencillas pero impactantes, fueron atacadas en su día como propaganda izquierdista y más tarde, irónicamente, como documentación aséptica de la pobreza. Destacan también por su crítica de la discriminación racial y las políticas segregacionistas contrarias a los ideales democráticos de la nación.
New Deal y pinturas
El empleo de Ben Shahn por parte de las agencias del New Deal durante la Gran Depresión cambió su vida. Aun reconociendo sus limitaciones, creía firmemente en los programas sociales y proyectos artísticos del gobierno estadounidense. Los carteles y fotografías son legendarios. Pero también marcan el comienzo del trabajo para los poderosos, de momento políticos defendiendo el “interés social”, pero los bolsillos del artista ya nunca estuvieron vacíos.
Murales públicos
Esta es una parte sensacional de su obra (él tan admirador del mexicano Diego Rivera de quien aprendió la técnica) pero su examen queda limitado a reproducciones que limitan la monumentalidad de estas obras.
Podría decirse que el mural más exitoso y prestigioso de Shahn, El significado de la Seguridad Social (1940-1942), fue encargado por la Sección de Bellas Artes para el entonces Edificio de la Seguridad Social de Washington D.C. Shahn incluyó a aquellos a los que ayudaría la Ley de Seguridad Social del New Deal, como desempleados, ancianos y discapacitados.
También retrató de forma subversiva a los que quedaban fuera de la legislación: agricultores y lo que podría ser una trabajadora doméstica. El mural muestra a trabajadores de la construcción empleados en proyectos de obras públicas, y edificando casas y puentes. Sin embargo, evita tanto la glorificación de los trabajadores que se encuentra en el realismo socialista soviético como la celebración simplista del “estilo americano”.
Pero hay otros, como luego veremos.
Dignificación del trabajo
El compromiso de Ben Shahn con la causa del trabajo queda ejemplificado en los llamativos carteles que diseñó a mediados de la década de 1940 por encargo de la administración estatal.
Y participó así en la campaña de reelección de Franklin Delano Roosevelt en 1944.
Nota: Curioso el parecido con el Presidente en el cartel, aunque por la foto vemos que era otra persona (esto fue muy criticado en su momento).
En 1946, dado el ambivalente apoyo del presidente Harry S. Truman a los sindicatos, los carteles de Shahn adquirieron un tono menos esperanzador, pero eso no le impidió seguir cobrando de la administración…
Eso sí, Ben Shahn se enfrentó a los horrores de la guerra, desde los campos de exterminio nazis hasta la destrucción causada por las bombas atómicas en Japón. Desde entonces utilizó la alegoría, el simbolismo y el mito para cuestionar el destino de la humanidad en el nuevo orden mundial. Las imágenes de Shahn de actividades cotidianas o de ocio adquirieron entonces un simbolismo inquietante.
La Guerra Fría: McCartismo y la era atómica
El arte y la política de Shahn fueron objeto de ataques en el opresivo clima político de principios de la Guerra Fría, como no podría ser de otro modo en la nefasta era McCarthy. El propio Shahn fue perseguido por el FBI por su pacifismo, interrogado por el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes e incluido en la lista negra de la CBS Broadcasting, para la que había diseñado anuncios publicitarios.
Le preocuparon mucho, reflejándose en su obra, la hipócrita y nefasta política de apoyarse en dictadores por el interés común de detener la expansión del comunismo.
Asimismo, respondió a la amenaza nuclear con obras alegóricas de formas abstractas, así como hizo referencia a los ensayos de una bomba H en 1954 en el atolón Bikini, que contaminó a una tripulación de pescadores japoneses y a varios centenares de isleños de las Marshall.
Shahn retrató a los famosos físicos teóricos Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer, a quienes conocía y admiraba por oponerse en última instancia a las armas nucleares por motivos morales. El Oppenheimer de Shahn aparece como una figura trágica de ojos hipnóticos, ceño fruncido y mejillas hundidas, atormentado por su papel protagonista en la creación de las bombas atómicas estadounidenses.
Albert Oppenheimer.
Derechos civiles y anticolonialismo.
Ben Shahn apoyó fervientemente el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos y los movimientos de resistencia contra el colonialismo que recorrieron el mundo en las décadas de 1950 y 1960. A esto no era ajeno, lógicamente, que su familia era inmigrante judía, sufriendo la persecución antisemita.
Shahn dibujó al icono de la no violencia Martin Luther King como un fascinante activista de los derechos civiles y laborales en el transcurso de una conmovedora oratoria, que contrasta con la imagen desradicalizada que se tiene de King en la actualidad.
Retrató a King en marzo de 1965, poco después del “Domingo Sangriento”, cuando los activistas que marchaban de Selma a Montgomery (Alabama) fueron brutalmente golpeados por la policía y los residentes blancos de Selma. Reutilizada para una litografía con un extracto del último discurso de King antes de su asesinato el 4 de abril de 1968, la imagen se utilizó en una campaña de recaudación de fondos.
Importantes en 1965 son los retratos de los jóvenes defensores de los derechos civiles: dos hombres blancos judíos, Andrew Goodman y Michael Schwerner, y un estudiante universitario negro, James Chaney. Los cuales fueron asesinados por el Ku Klux Klan el 21 de junio de 1964, durante la campaña del “Verano de la Libertad” destinada a registrar a los votantes negros en Mississippi. Su cooperación interracial y su asesinato impulsaron la aprobación de la histórica Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965. Eso sí, Shahn se abstuvo de representar a los furiosos líderes del movimiento Black Power, pero tampoco lo hizo con las mujeres que tuvieron destacado papel en dicha lucha.
En esa misma década de 1960, también contamos con su monumental retrato de Gandhi, el “profeta” de la no violencia, asesinado en 1948; la línea de alambre de espino de Shahn expresa la severidad moral y la firme visión del líder hindú, con trascendencia universal.
Coda
Las últimas secciones de la exposición abordan la espiritualidad y la identidad, y revelan el retorno de Shahn a las historias bíblicas y los textos hebreos que tan bien conocía de niño. Con imaginativas y líricas combinaciones de palabras e imágenes, Shahn se inclinó por la figura de Job, que cuestionaba los caminos de Dios y se enfrentaba a los misterios del universo. Obras como Identidad (1968) ejemplifican los últimos cuadros de Shahn: los brazos levantados y las manos entrelazadas expresan tanto la elevación espiritual como la protesta terrenal contra la guerra de Vietnam.
Personalmente, creo que no hay forma más acertada de terminar la exposición que con la obra ”Pinceles en flor” (1968), una evidente reflexión sobre el papel del artista en la sociedad.
3.- EL LADO OSCURO DEL PERSONAJE (¿LO HAY?)
Parece que últimamente está de moda el desentrañar secretos de la biografía de personas famosas, para valorarlos conforme a los estándares de hoy día, lo cual puede ser en parte un error (casos como Picasso o Neruda son notorios), pues debemos tener siempre en cuenta la época en que vivieron, donde era normal no encontrar los valiosos logros de nuestra era (derechos humanos, derechos de la mujer y otro colectivos, la valoración del imperialismo y las guerras, etc.)
Pues bien, el propio Catálogo de la exposición ya nos comenta que el comportamiento del artista con las mujeres pudo ser mejorable, pues, aunque respetaba enormemente a las colegas, no reflejó a las mujeres trabajadoras en sus obras, pese a que eran millones.
Además, en su vida personal se nos dice que eran un tanto patriarcal y machista. De hecho, con su primera esposa Tilie Goldstein y sus dos hijos actuó de forma un tanto deplorable, llegando incluso a desentenderse de ellos casi por completo después de su divorcio (pese a que incluso su cónyuge fue quien financió muchos de sus viajes). Con su segunda esposa, Bernarda Bryson, la cosa ya fue diferente, pues fue una cercana colaboradora y muy útil para su vida artística y pública, pero sin dejar de mostrar él cierta superioridad., además de varias peleas violentas…
Y desde otro punto de vista quizás puede criticársele por esa especie de doble moral (que no es nada raro, véase el ejemplo de Picasso) donde uno puede ser comunista o socialista como Shahn, pero le gusta tener la cartera bien llena…
Y, en efecto, a nuestro hombre le gustaba colaborar con la administración e incluso con empresas y otras instituciones con sus carteles y pinturas, con un buen estipendio por medio.
Así es como nos explicamos lo que dijo de él uno de los fotógrafos con los que empezó su labor en ese campo, Walter Evans (precisamente quien le recomendó para esa campaña que retrató los efectos en las zonas rurales de la crisis económica de los años 30, encargado por para la Farm Security Administration) que dijo de él cosas contundentes, como en la jugosa entrevista/3 que reproducimos.
3/ Extracto de una entrevista con Walker Evans realizada entre Octubre y Diciembre de 1971 por Paul Cummings para los Archivos de Arte Americano del Instituto Smithsonian, podemos leerla en un atractivo BLOG para aquellos que les guste la fotografía, pues contiene múltiples referencias y unas colecciones de instantáneas muy interesantes y atractivas, que se llama “FLORESDELFANGO” que edita el fotógrafo y artista visual sevillano J.P. Salinero.
PAUL CUMMINGS: Claro.
WALKER EVANS: Bueno, estábamos muy unidos. Él era un tipo abrumador, lo que me provocaba algo de resentimiento. Era demasiado fuerte para mí. Pero yo sabía que estaba aprendiendo mucho. Después de todo yo sólo era un chico pequeño de Kenilworth y nunca había visto un tipo así, el hijo de un inmigrante ruso salido de las calles, ya sabes, y un tipo duro. Aquello me parecía exótico y fascinante, maravilloso. Y su trabajo me atraía mucho, me encantaba, todavía me gusta. Supongo que su estilo está pasado de moda, pero a mí me encanta. Todo el mundo se desilusionó con Shahn porque le habían estado llamando el artista contemporáneo más grande y supongo que ha perdido ese estatus, pero en cualquier caso es un artista muy inteligente e interesante. Ambos compartíamos la forma de mirar. Eso tuvo que ver con su interés por la Fotografía. Solía hacer pinturas a partir de fotografías sin ocultarlo.
PAUL CUMMINGS: Es verdad.
WALKER EVANS: Fotos de los periódicos y sus propias fotos. Eso le hizo interesarse por la Fotografía.
PAUL CUMMINGS: ¿Qué me cuentas de sus fotos?, porque estuvo muy involucrado con la fotografía en los años 30.
WALKER EVANS: Sí.
PAUL CUMMINGS: Pero eso fue debido a la Farm Security Administration, ¿no?
WALKER EVANS: No - bueno, consiguió que le costearan un par de viajes. Podía manejar a Mr. Stryker y de hecho lo hacía. Se pasaba por allí y conseguía un viaje pagado. Se iba con todos los gastos pagados con su chica, Bernarda. Y se lo pasaban en grande. Ben le sacaba todo el jugo posible a Washington.
PAUL CUMMINGS: Bueno, parece que eso se le dió bien toda la vida.
WALKER EVANS: Sí, por supuesto. Era un experto en eso. Eso solía irritarme porque hacía cosas que a mí me avergonzaban, que a mí no se me ocurriría nunca hacer.
4.- UN NUEVO RETO: THE MURAL.
Bueno, quien esto escribe quizá no acierte, pero no puede negar la gran atracción por los murales gigantescos, donde se pueden reflejar infinidad de temas y personajes, siendo una figura mundialmente famosa el mexicano Diego Rivera, al que siguió como maestro, con gran admiración, Ben Shan. Y precisamente nuestro protagonista tiene su labor en este campo, no muy extenso, pero si con alguna muestra memorable, entre las que se destaca sin duda el titulado “El significado de la Seguridad Social” que se encuentra en un edificio federal de Washington (ya citado en el Catálogo) y el “Resources of America” sito en la oficina central de correos del Bronx, Nueva York.
Sin embargo, hay otra que me ha llamado la atención enormemente, precisamente por donde está, que es lo que podemos llamar un experimento cooperativista/4 en la época de Franklin D. Roosevelt, como una de sus iniciativas para sacar al país de la Gran Depresión; se trata de una pequeña ciudad de New Jersey, Jersey Homestead, en la que podemos encontrar un mural atractivísimo por todo lo que trata de representar.
4/Inicialmente iba a ser una ciudad para obreros judíos de la confección, sin perder nunca su carácter marcadamente social y una vinculación enorme con el Presidente de los EEUU.
Tres paneles componen el mural. Según la historiadora del arte Diana L. Linden, la secuencia de los paneles se relaciona con la de la Hagadá, el texto judío del Séder de Pésaj que sigue una narrativa de esclavitud, liberación y redención. Así, el mural de Shahn representa la lucha y el avance de los inmigrantes en los Estados Unidos.
El primer panel muestra los obstáculos antisemitas y xenófobos a los que se enfrentaron los inmigrantes estadounidenses. Para ilustrar el adversario político y social, incorporó una iconografía cargada: soldados nazis, carteles antijudíos y los anarquistas italianos ejecutados, Sacco y Vanzetti. Abajo, la madre de Shahn y Albert Einstein conducen a los inmigrantes en una pasarela situada junto al centro de registro.
El panel central describe las malas condiciones de vida que esperan a los inmigrantes después de su llegada. El pasaje inferior derecho marcado como ILGWU simboliza un nuevo y esperanzador camino.
En el último panel, los sindicatos y el New Deal se unen para crear el plan precisamente para la ciudad de Jersey Homesteads. Vamos imágenes de la granja y fábrica cooperativa junto con un cartel de campaña de Roosevelt, que finalmente dio nombre a la ciudad.
Y, sí, me he ha trazado el plan de visitarlo a la primera ocasión posible.
¡Esto es todo por ahora amigas (personas) cinéfilas!
MAYO 2025.
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