DESAYUNO CON CAPOTE (IV).

 

MÁS SOBRE SU LIBRO “RETRATOS”. 

KAREN BLIXEN Y “MEMORIAS DE AFRICA”.

 

«Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong.»


«Cuando volé sobre África y me familiaricé con el aspecto que ofrecía mi granja desde el aire, empecé a admirar mi cafetal, que resplandecía de un verde brillante en medio del gris verdoso de las tierras que le rodeaban, y me di cuenta de cuánto necesitan las mentes humanas de las figuras geométricas.»


«La carencia de prejuicios en los nativos es algo que te resulta llamativo porque esperas encontrar siempre oscuros tabúes en la gente primitiva.»


«En cuanto a la aceptación de las ideas, el nativo es mucho más hombre de mundo que los colonos de los suburbios o provincianos, o que los misioneros, que se han desenvuelto en una comunidad uniforme y de ideas estables. Muchos de los malentendidos entre los blancos y los nativos tienen ahí su origen.»


«Los kikuyus están preparados para lo imprevisto y acostumbrados a lo inesperado.»


«Es algo más que su tierra lo que arrebatas a la gente a la que quitas su tierra nativa. Son también sus raíces y su identidad. Si les quitas las cosas que suelen ver y que esperan seguir viendo, les quitas, en cierto modo, los ojos. Esto se explica en un grado más elevado a los pueblos primitivos que a los civilizados, y los animales son capaces de reemprender un largo camino y, a través de peligros y sufrimientos, recobrar su identidad perdida, en el medio que conocen. Cuando hicieron trasladarse a los masai desde su antiguo país, al norte de la línea de ferrocarril, hasta la actual reserva, llevaron consigo los nombres de sus colinas, praderas y ríos. Lo cual deja perplejos a los viajeros. Los masai llevan sus raíces cortadas con ellos como una medicina y en el exilio intentan conservar su pasado mediante una fórmula.»


Textos de “Out of Africa”. 


Yo sabía que había algo más dentro de aquellas pocas páginas, pues ya he comentado que me sentí un tanto frustrado al hojear el libro de Truman Capote “RETRATOS”, al contemplar que más del 50% se correspondía con su entrevista o historia con Marlon Brando. 


Efectivamente, el libro estaba lleno de maravillas, aunque sean pequeñas como una gema irrepetible y la manera de escribir que tiene el autor es sencillamente la de un alquimista, sabe sacar oro de todo.


En mi anterior artículo ya me referí al segundo retrato más extenso del libro, el de Marilyn Monroe, pero quedaba mucho más y todo destacable, aunque se tratase de dos simples páginas. En suma, lo recomiendo intensamente.


Otra de las estrellas con la que Capote tuvo estrecha relación fue Elisabeth Taylor (la mujer de los ojos color violeta, “muy leída”, un tanto excéntrica en sus relaciones con los hombres hasta que apareció Richard Burton, con sus idas y venidas bien regadas en alcohol) y por eso su capítulo en el libro es muy bueno (acaba con esta frase de la propia actriz: “—Bueno, ¿qué opinas? -pero era una pregunta que llevaba implícita la respuesta-. ¿Qué crees que será de nosotros? Supongo que cuando encuentras lo que siempre has deseado, eso no es el principio de un comienzo, es el principio del fin.”). Mas no es en lo que deseaba detenerme ahora.


De igual manera, solo quiero dejar alguna referencia, porque me llegaron muy dentro los dedicados a Cecil Beaton, Marcel Duchamp, Mae West, Charlie Chaplin o Humphrey Bogart (un hombre, según Capote, con un mordaz diccionario personal, cuyos hitos verbales eran “inepto” o “profesional” con los que calificaba a todas las personas que conocía).


En efecto, quiero referirme con un poco más de extensión a la agradabilísima sorpresa final de encontrarme con el retrato de Isak Dinesen, o sea, la maravillosa escritura danesa que usó el seudónimo de Karen Blixen para publicar la novela autobiográfica “Lejos de Africa” (“Out of Africa”) que dio lugar a un hito cinematográfico como es “MEMORIAS DE AFRICA” de 1985 (luego el libro también se publicó en España con el nombre de la película en nuestro país, que no es el original que sí se corresponde con el de la novela, para su mejor venta lógicamente) que fue gran triunfadora en los Oscar de 1986 con siete estatuillas (extrañamente no se llevó las de los actores, creo que injustamente…)


La película es la conjunción de una serie de prodigios de esos que en la historia del cine nos dejan un recuerdo imborrable: 


Gran director (también actor) con gran filmografía, Sidney Pollack. 


Guion (adaptado/1) sensacional, como no podía ser menos, de Kurt Luedtke (ya había sido candidato por otra película del mismo director que es muy buena, de 1982 “AUSENCIA DE MALICIA”, que cuenta con un dúo interpretativo sensacional: Paul Newman y Sally Field).


1/Por cierto, el guion se nutre de más fuentes que la citada novela de la escritura danesa: otro estimable libro suyo que lo complementa “Sombras en la hierba”, más dos estupendas biografías, una de la escritora, de Judith Thurman y otra del cazador y amante, Denis Finch Hatton, escrita por  Errol Trzebinski.


Tres grandes actores para los tres papeles principales: Meryl Streep (nominada), Robert Redford (no nominado pese a ser uno de los mejores papeles de su vida) y Klaus Maria Brandauer (nominado por su papel de marido no solo infiel, sino que le pega la sífilis a la baronesa por haberse acostado antes de que ella llegase a Kenia con mujeres masai, aunque nunca le causó graves daños a su salud pero si una dependencia de medicamentos constante).


Música inolvidable de John Barry (oscar).

Fotografía para enamorarse más de los paisajes africanos de David Watkin (oscar).

Y otros dos premios más para dirección artística y edición de sonido, para ponerme un gran lazo al este regalo para los sentidos.


No sólo la considero una de las mejores de la historia del cine, sino que para mí marcó un punto de inflexión en lo que era mi desafección hacia Meryl Streep (Premio Princesa de Asturias del año pasado), a la que no tragaba por varios motivos, como que no me gustaba físicamente, que -dicho en plan de coña- había desdeñado a dos de mis actores favoritos en películas tan buenas como “EL CAZADOR” (Robert de Niro) o “MANHATTAN” (Woody Allen), que no sabía hacer papeles de comedia, que intentara “desmadrarse” enseñando un pecho (única vez que lo hizo que yo sepa) en una película fallida como “SILKWOOD” de 1983 o que hubiera que aguantar como un nazi le dijera que guapa e irresistible era, pese a estar en un campo de concentración, andrajosa, esquelética y como un adefesio en esa buenísima película que es “LAS DECISIÓN DE SOPHIE” 

En fin, manías mías sin duda.


Todo empezó a cambiar con la película africana y ya desde la asimismo sensacional “LAS HORAS”, reconozco que en su madurez interpretativa es una actriz impresionante y no puedo decir sino que la adoro, estando muy muy bien en prácticamente todo lo que hace.


Truman Capote nos lleva a la última morada de la escritora, la baronesa Blixen, título que le vino por su esposo, su villa danesa en un pueblecito al borde del mar, que había sido una antigua posada y que le acabó comprado a su hermano con la edición de uno de sus últimos libros publicados en vida, “Last Tales”.





Y toparme con ese retrato en el libro fue maravilloso, pues yo había tenido ya la suerte de visitar la Casa Museo de la gran escritora sita en Rungsted, Dinamarca (hay otra casa museo en Nairobi, Kenia). 



Fue una jornada maravillosa hace años, pues desde Copenhague cogimos el tren y subimos por la costa hacia el norte, yendo primero a Elsinor para visitar el famoso Castillo de Kronborg que fue el que inspiró a Shakespeare para su inmortal tragedia “Hamlet”, que allí situó. 


Luego fuimos bajando para visitar un precioso museo de arte moderno, situado al borde del mar, el Louisiana Museum of Modern Art. /2


2/ Uno de sus puntos clave es que combina las muestras de arte moderno con la arquitectura del museo y el paisaje alrededor,1 encontrándose muchas de las esculturas al aire libre, así como su situación estratégica junto a la costa, desde donde puede verse Suecia enfrente. 2 El nombre del museo proviene del primer propietario de la propiedad, Alexander Brun, quien nombró a la villa así por sus tres esposas, todas llamadas Louise.  El museo fue creado en 1958 por Knud W. Jensen, el propietario en ese momento. Se puso en contacto con los arquitectos Vilhelm Wohlert y Jørgen Bo, quienes pasaron unos meses paseando por la propiedad antes de decidir cómo una nueva construcción se ajustaría mejor al paisaje.  Este estudio dio como resultado la primera versión del museo que consta de tres edificios conectados por corredores de vidrio. Desde entonces, se ha ampliado varias veces hasta alcanzar su actual forma circular en 1991. Partiendo de la villa preexistente, en la que se sitúa la entrada del museo, se hace un recorrido que conduce al visitante a través de los árboles y el paisaje, a la vez que disfruta de la contemplación de la obras expuestas. Fuente: Wikipedia.


Para terminar con la ansiada visita a la que fuera última morada de Karen Blixen, siendo emocionante visitarla, ver sus muebles, recuerdos y un entorno precioso que ella misma quiso fuese destinado a refugio de aves.


Su página web es muy buena y nos da interesantes datos biográficos, pero evidentemente, poder pisar la casa no tiene precio.


Capote hace un retrato breve pero certero y emocionante de una escritura ya muy mayor, esquelética pues apenas come (solo alguna fresa, alguna ostra y mucho champagne, pero la mesa está repleta de manjares para sus invitados) que habla sin parar, sobre todo de sí misma… 


Con ese estilo tan propio y esa memoria excelente (entrenada en su momento, como ya conté, para poder entrevistar a Marlon Brando sin llevar grabadora ni papel) leer ese retrato es de un disfrute incomparable.


”La baronesa, que pesa como una pluma y frágil como un puñado de conchas, recibe a sus visitantes en un salón amplio y resplandeciente, salpicado de perros dormidos y calentado por una chimenea y una estufa de porcelana; en el salón, como creación imponente surgida de uno de sus propios cuentos góticos, está sentada ella, cubierta de pieles de lobo y tweeds británicos, con botas de piel, medias de lana en sus piernas, delgadas como los muslos de un hortelano, y frágiles bufandas de color lila rodeando su redondo cuello, que un anillo sería capaz de abarcar. El tiempo ha refinado a esta leyenda que ha vivido las aventuras de un nombre con nervios de acero, ha matado leones que embestían y búfalos enfurecidos, ha trabajado en una granja africana, ha sobrevolado el Kilimanjaro en los primeros aviones, tan peligrosos, ha curado a los masai. El tiempo la ha reducido a una esencia igual que una uva se convierte en pasa o una rosa en perfume. Inmediatamente, aun en el caso de que uno no conozca su pasado, se da cuenta de que es una vrai chose, todo un personaje. Un rostro tan facetado, cuyos prismas desprenden un orgulloso centelleo de inteligencia y educada compasión, es decir, de sabiduría, no puede ser una ocurrencia accidental. Tampoco esos ojos, con kohl/3  en los párpados, profundos, como animales de terciopelo acurrucados en una cueva, son posesión de mujeres comunes.”


3/ Cosmético para ennegrecer los bordes de los párpados, las pestañas o las cejas.


“Out of Africa” no fue la única obra de la maravillosa escritora llevada al cine, podemos citar también dos películas muy destacables basadas en cuentos suyos:


La controvertida “UNA HISTORIA INMORTAL” rodada en por Orson Welles en 1968 que es el film de más corto metraje de este monstruo del celuloide (60 minutos).


Y un estupendísimo film danés “EL FESTIN DE BABETTE” dirigida en 1987 por Gabriel Axel, protagonizada por la famosa actriz francesa Stephane Audran, que aparte de haber sido esposa del gran director Claude Chabrol, podemos verla en la famosa y oscarizada película de Luis Buñuel, “EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESIA” de 1972.


No he querido hacer referencia a la llamada “leyenda negra” de la escritora, ya surgida en vida de ella (especialmente por su relación con un joven poeta de 29 años cuando ella tenía 63, que dio lugar a una película del año 2022 “EL PACTO”), porque quizá exigiría un estudio más a fondo y tengo la intuición de que es un escándalo un tanto exagerado intencionadamente.


En fin, toca despedirse, ojalá uno pudiera hacerlo como la escritora danesa o como Truman Capote.


“Cuando el visitante se va, es posible que le den un ejemplar de su libro favorito (“porque trata de cosas reales”), el hermoso Lejos de África. Un recuerdo que lleva la dedicatoria “Je repondrai, Karen Blixen.”

--Je repondrai -explica, de pie en la puerta, mientras, como despedida, ofrece la mejilla para que se la besen-, yo responderé, un hermoso lema. Lo tomé prestado de la familia Finh-Hatton. Me gusta porque creo que todos tenemos una respuesta en nosotros.


Su respuesta ha sido sí a la vida, una afirmación de la que se hace eco su arte con un eco que despertará nuevos ecos.”


MAYO 2024.

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