“DESAYUNO CON DIAMANTES” (I)

 

UNA PELICULA MÍTICA, 

PERO UNA NOVELA MUCHISIMO MEJOR. 


Holly: - Si tuvieras dinero, me casaría contigo al instante. ¿Harías lo mismo?

Paul: - Al instante.

Holly: - Por suerte, ninguno de los dos es rico”.


Diálogo de “Desayuno con diamantes”.


Todo artículo tiene, al menos para mí últimamente, su intrahistoria.


Así que lo primero es mi agradecimiento al siempre certero y ameno Manuel Hidalgo, cuyos artículos en el suplemento semanal EL CULTURAL leo con deleite. Agradecimiento además a mi hermana Aurora que reserva esa gran revista en su kiosco y luego me la pasa.


Gracias a ellos me enteré de un libro escrito ya hace varios años por ese fructífero autor que es Sam Wasson: “Quinta Avenida 5 a.m.” Que es del año 2011 nada menos.



La verdad es que a Sam Wasson ya lo conocía y le había admirado por su biografía sobre Bob Fosse del 2013, de la que hablé precisamente en mi anterior artículo.


Este autor es admirable por estos tremendos trabajos y solo con 42 años tiene larga marcha por delante. Su última obra (2023) promete muchísimo: “The path to paradise: a Francis Ford Coppola Story”.  Por cierto, para los apasionados de este sensacional director, aparte de la versión extendida y más personal de “APOCALYPSE NOW”, tiene un sensacional reportaje documental aprovechando todo lo filmado por su propia esposa Eleanor Coppola durante el rodaje en Filmin, titulado “CORAZONES EN TINIEBLAS”.



Paso a centrarme en la peli del título, de 1961, con una múltiple forma de acercarse a ella, primero como tal film, luego alrededor de la novela en que se basa y todo ello aderezado con todo lo que nos cuenta ese estupendo libro (la historia de su rodaje) junto con lo que es el propio Truman Capote, su entretenida historia y su legado.


Y lo primero que destaca es algo habitual aquí en España, con los cambios de títulos de la películas, pues el original es “BREAKSFAST AT TIFFANY’S”, igualito que la novela, pero les debió parecer claro a los distribuidores que en España poca gente  habría oído hablar de la mítica joyería de lujo de la Quinta Avenida de Nueva York (de ahí el título del libro de Sam Wasson que corresponde al inicio del rodaje, precisamente frente a la joyería, momento en el que la protagonista se come su desayuno -después de una noche de juerga- estando el establecimiento aún cerrado).



En casi todos los grandes films hay siempre una intrahistoria apasionante, pero este se puede llevar la palma, porque la novela de Capote era realmente escandalosa dado que la protagonista Holly Golightly era una chica de compañía de lujo (el escritor nunca quiso que se usase la palabra prostituta con ella y decía que era una “geisha norteamericana”) y su partenaire un escritor homosexual. Había por tanto que salvar todo el entramado de censura que rodeaba a la industria del cine, trasformando totalmente la película, que acaba siendo la conocidísima historia de amor entre los protagonistas, que ahora serán dos gigolós, eliminando toda referencia sicalíptica, como una especie de redención que siempre se agradece. 


Esto fue posible gracias a que Capote cedió los derechos sin limitación, perdiendo totalmente el control de su obra, con lo cual nunca estuvo a gusto con el resultado final. 


O sea, que no se le hizo ni caso al autor, ni se le tuvo en cuenta para nada en el proceso creativo, aunque su elección confesada para el papel protagonista era Marilyn Monroe sí se intentó que lo aceptase, pero no lo hizo por desaconsejárselo su preparadora de interpretación Paula Strasberg (la segunda esposa del famoso Lee Strasberg), No fue la única, también lo rechazaron, entre otras Shirley Maclaine y Kim Novak.



Pero lo realmente sorprendente es cómo fue posible que lo aceptase Audrie Hepburn, que ya había triunfado, casi a la primera, con su oscar a los 24 años por la icónica película, un poco naif pero muy  agradable, “VACACIONES EN ROMA” junto a Gregory Peck del año 1953. Film del que detrás están dos de los grandes del cine, como son el director William Wyler (su filmografía es de las más excepcionales de Hollywood por calidad repetida) y el guionista Dalton Trumbo (represaliado en la caza de brujas lo que le obligó a trabajar bajo seudónimo durante mucho tiempo, cuya vida dio lugar a una excelente película de 2015) que también ganó su primer premio oscar por su trabajo.



El libro de Sam Wasson se lee con placer y pasión, dándonos datos y datos del rodaje, pero muchos otros también de la propia vida de la actriz, que en el momento de decidirse a aceptar el papel tenía su primer hijo con el también actor Mel Ferrer, el cual quería influir demasiado en la vida y carrera de Audrie y realmente no llegó a superar su complejo de inferioridad con respecto a ella, lo que a la postre les llevó al divorcio. 


Le costó aceptar el papel tanto por el sentido puritano de su esposo, como por el riesgo que suponía ese personaje tan liberado y fuera de lo común en el cine de Hollywood, pero finalmente se convenció, era un paso importante para “la nueva” Audrie.


Sin duda alguna la tenacidad de los productores, dos casi recién llegados que querían comerse el mundo, fue fundamental: Richard Shepherd y Marty Jurow.


El guionista elegido, George Axelrod, con experiencia en la comedia con argumentos fuertes, acabó siendo todo un acierto en el objetivo final (cambiar la historia real de la novela) y la lucha con la censura, ya citada. Había soñado muchas veces con conseguir ese trabajo y finalmente tuvo la suerte de lograrlo, pues hubo intentos fallidos con otros guionistas previamente.


Otra de las grandes sorpresas, que al final fue un grandísimo, fue acabar designando director a quien entonces aun no era famoso, Blake Edwards, pero que acababa de hacer una comedia militar exitosa con Cary Grant y Tony Curtis, “OPERACIÓN PACÍFICO” (peli curiosísima y original donde podemos ver a la mítica super estrella engominada mucho tiempo desarreglado y borrachín). La  carrera posterior de Blake le ha convertido en uno de los grandes de la comedia (la lista sería interminable, aparte de la saga de “LA PANTERA ROSA”, mucho más moderna es muy buena “CITA A CIEGAS“ (con Kim Bassinger y lanzando al estrellado a Bruce Willis). También es muy conocido por su largo matrimonio con la estrella un tanto melindrosa Julie Andrews, de la que el propio director consiguió que enseñara los pechos en una película, “S.O.B.” de 1980, en un intento (muy criticado por ser un poco patético, aunque en el guion encajaba, considerado uno de los diez peores desnudos en la historia del cine…) de romper con esa imagen tan correcta y meliflua de “MARY POPPINS” o “SONRISAS Y LÁGRIMAS”.




Y con la música la cosa también tuvo miga, pues si bien el compositor era de gran prestigio, Henry Mancini, la polémica vino por la luego famosísima canción “Moon River”, con música del propio compositor y letra de John Mercer, que causó discusiones pues incluso el músico quiso quitarla de la banda sonora, debiendo ser la actriz principal la que diese un puñetazo en la mesa para impedirlo (otras versiones dicen que fueron los productores los empecinados en conservarla en el film). 


Cosas de la vida, parece increíble, pues ahora se considera tan mítica como la peli e inseparable de la misma. Y aun más, resulta que Mancini se llevó los dos únicos premios oscar de la película, a la mejor partitura a la película no musical (entonces estaba duplicado el premio y al de musical se lo llevó la mítica “WEST SIDE STORY”1 ) y a la mejor canción (con el autor de la letra lógicamente). 


1/Spielberg se atrevió con ella en 2021, pero los resultados no han sido buenos, quizá porque es demasiado una copia de la primera. Por cierto, creo que en 1995 vino a Gijón por primera vez el musical y lo recuerdo como uno de los mejores que he visto en mi vida.


Estuvo nominada a otros tres galardones, pero en aquella 34ª ceremonia del año 1962, estaba muy cara, pues el citado musical se llevó diez estatuillas, estaban además otras maravillas como “¿VENCEDORES O VENCIDOS?” sobre los Juicios de Nuremberg a los nazis (oscar al mejor actor, Maximilian Schell, y al mejor guion adaptado), o la intensa “DOS MUJERES” (en italiano “LA CIOCIARIA”2  título de la  dura novela de Alberto Moravia que en España se titula “La campesina”) por la que ganó el oscar Sofía Loren o incluso una de las míticas del gran Federico Fellini “LA DOLCE VITA” (ganó el premio a la mejor fotografía en blanco y negro, así como el mejor vestuario en esa categoría, pues entonces ambas se distinguían del color). Para completar lo que dejó libre el musical, “EL BUSCAVIDAS” se llevó el del mejor guion original (todo para lucimiento -sin oscar3- de Paul Newman) y un huequecito a los mejores efectos especiales se lo levó una superproducción exitosa, nada desdeñable, “LOS CAÑONES DE NAVARONE”.


2/El nombre de la modesta región italiana al sur de Roma, donde se desarrollan los hechos, primero con la dominación nazi y luego con la liberación de los aliados, que dio lugar a unas jornadas brutales de violaciones y asesinatos por las tropas militares marroquíes “goumiers” comandadas por un general francés, que por ese motivo se denominaron esos nefastos días como la “Marocchinate”.


3/Se lo acabaron dando en 1986 por un papel similar, de fenómeno del billar, menos intenso y memorable, en “EL COLOR DEL DINERO”.



La película comentada no ganó el oscar al mejor vestuario, peor es indudablemente famosa por ese estilo tan característico que forma parte del aura eterno de su protagonista, pero que también tiene su miga, pues el estudio mandó a Paris a Audrey para comprarse ropa a su capricho, lo cual supuso tener que hacerle un feo a la famosa y poderosa diseñadora de vestuario, Edith Head, la mujer más galardonada en la historia de los oscar con sus ocho estatuillas (nominada 35 veces), a pesar de todo la gabardina que usa Audrey en la famosa escena final del film fue confeccionada por Edith.



Como gran mérito y contrapartida, sirvió para asentar la carrera de quien entonces estaba empezando en París como modisto, el espigado Hubert de Givenchy llamado “modisto de las diosas”.


Del actor principal George Peppard se dice que causó problemas en el rodaje (siempre dándoselas de superioridad y de dominar el “método”, confirmando los receles del director que no le quería como protagonista) y no hizo buenas migas con Audrey; quizá su mal carácter explique porque su carrera no llegase a ninguna parte destacable posteriormente.


Tiene gracia la polémica de elegir a Mickey Roonie, el bajito actor que triunfara como estrella juvenil, para interpretar a un personaje japonés, Mr. Yunioshi; algo poco justificable y que motivó que se tuvieran que pedir disculpas al pueblo japonés por tal dislate.



Y quien también forma parte de la película es nuestro irrepetible José Luis de Villalonga, cuya vida daría para un montón de artículos nobles, bon vivant, actor y escritor; su carrera como intérprete es sorprendente y la verdad es que siempre sentí admiración por él desde que lo vi en la segunda película de la trilogía del gran Berlanga “PATRIMONIO NACIONAL” (1981) y me parecía además que escribía muy bien, aunque ahora, tras investigar un poco más, me quedo con ganas de leer la novela que hizo que se tuviese que marchar de España por temor a las represalias franquistas “Les ramblas finissent á la mer” de 1953, que creo no está editada en español (escribió en los dos idiomas indistintamente).



¿Y que sensación nos deja el final de la película con su escena de intensa lluvia y el gato a que se deja libre en un callejón, para que luego Holly lo busque desesperadamente? 


Pues la verdad es que era una de las dos opciones para finalizarla, en una quedaban los protagonistas juntos y en la otra no. 


Se rodaron las dos y al final se eligió la primera, pero la sensación que subliminalmente nos deja es la de que puede que no dure, pues da igual que se le ponga el nombre a un gato (Holly no se lo había puesto nunca) ya que siempre volverá el callejón donde es realmente libre.


La película merece mucho la pena en todo caso y se deja ver con deleite, siendo algo casi imprescindible para entender la filmografía moderna, sin dejar de lado lo original de la escena del guateque, cuyo rodaje exigió un verdadero tour de force por parte del director (que luego repitió en una película completa del mismo nombre del año 1968 protagonizada por Peter Sellers).



Otra cosa imprescindible es lógicamente, hablar de Truman Capote y su espléndida novela, lo que afrontaremos en la segunda parte.


ENERO 2024.


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