“LOS ASESINATOS DE LA LUNA”.

 

APUNTE DE URGENCIA. 

CINE Y DERECHOS HUMANOS. 

EL GENOCIDIO DE LOS INDIOS NORTEAMERICANOS.


Ernest Burkhart: Sabes, tienes un bonito color de piel. ¿Qué color dirías que es?

Mollie Burkhart: Mi color.

Frase de la película.


“Me parece que cualquier persona sensata debe ver que la violencia no cambia el mundo y, si lo hace, solo temporalmente.”

Martin Scorsese.


Este es un comentario de urgencia al estar la película en el candelero, la más esperada del final del año, aunque tengo que reseñar que “THE SOUND OF FREEDOM” ha sido la verdadera gran sorpresa (rodada en 2018 ha tardado mucho en ser estrenada de modo inexplicable) y es un film impactante sobre la trata de niños para ser prostituidos, basada en hechos reales, absolutamente recomendable a mi entender.



La de Martin Scorsese alrededor de la matanza de indios de la tribu Osage en Oklahoma en los años 20, que no fue por motivos raciales, sino económicos, pues los indios tenían en su reserva los derechos sobre las explotaciones minerales y allí se descubrió petróleo. Se basa en un libro de investigación de éxito, “Los asesinos de la luna de las flores: Los crímenes en la nación Osage y el nacimiento del FBI”, de David Grann; aunque los hechos van más allá de lo que narran libro y película (pudiendo encontrarse varios artículos en internet al respecto muy ilustrativos). 


Al film le tengo que poner dos peros:


El primero tan sencillo como no respetar el título original que llevaría “…LA LUNAS DE LAS FLORES”, debido a la importancia que le daban los indios a esta luna como símbolo de la fecundidad de su tierra, pues la luna llena de mayo es llamada así debido a una coincidencia en el hemisferio norte con la época de la primavera, pues durante esta temporada, las plantas y los árboles florecen. 


El segundo es la larguísima duración (200 minutos) que hace que te retraigas de ir a verla (en algunos países pusieron descanso, como hace años era lo habitual), así que en mi caso la he dejado para verla en Apple Tv donde saldrá en exclusiva en pocos meses (de hecho, sin estaca cadena seguramente no se hubiera producido el film por su alto coste y larga duración).


De este modo, me abstendré de comentarios en este momento. Mi pasión por Scorsese es conocida y, de hecho, estoy volviendo a ver “¡JO, QUE NOCHE!” que ahora dicen es una obra maestra poco conocida del realizador, pero que voy a decir, salvo ser muy neoyorkina, me produce la misma sensación de vacuidad de hace años.



Voy a aprovechar que, estando hablando de los Derechos Humanos y su relación con la conquista de Norteamérica, que vino a suponer una verdadera masacre y genocidio de las naciones indígenas, es inevitable remitirme a los dos post del blog, que además están en los números 9 y 10 de la revista de la soy editor “Almanaque” del Foro Jovellanos del Principado de Asturias (se pueden descargar ambas gratuitamente en pdf en la web), que son los artículos del soberbio catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Oviedo, Benjamín Rivaya, titulados “El cine del Oeste y los derechos humanos 1 y 2”, que analizan la evolución del western como género cinematográfico, de altísima elocuencia y calidad.





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