CINE LGTB+ (III)
“SERVICIO COMPLETO”:
¿Hollywood sale del armario?
“No es suficiente tener éxito. Otros deben fallar”.
“Una buena obra nunca queda sin castigo”.
“Tener estilo es saber quién eres, qué quieres decir y no importarte nada un diablo”.
“Las cuatro palabras más bellas de nuestro lenguaje: yo te lo dije”.
“La historia demuestra que cuando las chicas se ponen con ello lo hacen bien”.
(Arrepentido por haber optado por Barack Obama en vez de Hillary Clinton.)
“Nunca pierdo ninguna oportunidad de tener relaciones sexuales o aparecer en televisión”.
Gore Vidal.
De nuevo digo que no hay casualidades y es que hace poco me hablaron del sorprendente libro autobiográfico de Scotty Bowers (coescrito con el director, productor y escritor Lionel Friedberg), “SERVICIO COMPLETO” (del que no había oído hablar), ya publicado por Anagrama nada menos que en 2013 con el subtítulo: “La secreta vida sexual de las estrellas de Hollywood”.
Resultaba muy atrayente su contenido por todas las “apasionadas” historias acerca de famosas estrellas del mundo del cine (y de fuera de él), pero lo primero era averiguar si era cierto o no, pues había leído en su momento que otro libro polémico al respecto, titulado “HOLLYWOOD BABYLON” de Kenneth Anger, (con un repaso escandaloso a múltiples estrellas, como: Charles Chaplin, Lupe Vélez, Mary Nolan, Rudolph Valentino, Mary Astor, Errol Flynn, Frances Farmer, John Gilbert, Barbara La Marr, Ramon Novarro, Jean Harlow, Judy Garland y Marilyn Monroe) no merecía la suficiente credibilidad y parecía acreditado que recurría a la inventiva, creando leyendas urbanas más que recogiéndolas.
Sin embargo, el de Bowers si ha pasado el filtro de la veracidad de los medios periodísticos, que se acogen a diversas fuentes para contrastar su contenido (varias del propio mundo del cine), aparte del hecho de que el autor nos está contando su interesante vida y saca a la luz los secretos de los famosos cuando todos prácticamente han muerto y cuando él tenía una edad (89 años) en la que la fama y el dinero la iban a durar poco sin duda. El mismo dijo:
“No he hablado durante todos estos años porque no quería hacer daño a esas personas y tampoco entendía la fascinación. Les gustaba el sexo de esa forma. ¿A quién le importa?”
Aparte de esto, resulta que investigadores que han escrito libros y artículos sobre estrellas de Hollywood, ya habían recurrido a él como fuente fiable; tal era, por ejemplo, el caso de Mark Griffin, autor de una biografía sobre Vicente Minelli o, más importante todavía, William J. Mann, que escribió una destacable biografía de Katherine Hepburn (sobre la que luego volveré) y, entre otros, un libro de investigación serio, sobre el mundo gay en Hollywood, muy recomendable pero que no veo publicado en España, titulado: “BEHIND THE SCREEN: HOW GAYS AND LESBIANS SHAPED HOLLYWOOD”.
Asimismo le refrenda el escritor Tim Teeman, que le entrevistó para otro famoso libro: “IN BED WITH GORE VIDAL: HUSTLERS, HOLLYWOOD Y THE PRIVATE WORLD OF AN AMERICAN MASTER”, calificándole de narrador carismático, discreto por naturaleza, sobre todo sincero y respetuoso, sin perjuicio alguno en cuanto a sexo.
Pero la principal confirmación, sin duda, es la del siempre polémico Gore Vidal, escritor de prestigio (infructuoso candidato al Nobel) y vigoroso militante gay, que mantuvo una gran relación de gran amistad con Scotty Bowers que duró hasta su muerte en 2012, el cual sale en el libro y se narran sus relaciones sexuales con el propio autor, así como éste le conseguía “hustlers”, maromos de pago como diríamos por aquí.
La larga amistad entre ambos fue una de las más consistentes en la vida del escritor, que se peleó y rompió con varios amigos cercanos, especialmente cuando la demencia le debilitó en sus últimos años. “No hay nadie que pueda decir que fueron amigos tanto tiempo, porque Gore no mantuvo amigos tanto tiempo. Nunca tuve un enfrentamiento con Gore”, dijo Bowers. “Él era muy obstinado, yo era muy tranquilo”.
El escritor es todo un personaje, siempre controvertido y con lengua muy larga, del que Bowers decía que tenía sexo gay pero no era una reina y que de sí mismo decía: “Tengo sexo gay pero no soy gay”. Más lo cierto es que tuvo una pareja estable desde 1951, Howard Austen, con 52 años de duración (su muerte en 2003 fue una verdadera tragedia para el escritor que retomó su amistad con Bowers para llorar en su hombro), pero eso no quitaba que ambos se acostasen con otros hombres, preferiblemente jóvenes. Su última aparición pública fue precisamente en la presentación del libro de Bowers, donde dijo unas palabras, pese a su ya más que delicado estado de salud física y mental.
Pues bien, Gore Vidal no solo corrobora que todo lo que cuenta el libro es verdad, sino que incluso amplia las informaciones escandalosas, añadiendo algunas que no están en el libro ahora comentado, como que Jackie Kennedy, la esposa del malhadado presidente USA, tras salir de una habitación en una de las fiestas de Scotty y acostarse con un joven, le dijo: “No puedo joderme a mí misma” (en referencia a lo que no hacía su marido con ella, no con otras). O que le gustaba mucho ir a la meca del cine para verse con William Holden, afición que también tenía nada menos que una Grace Kelly ya casada y princesa monegasca.
Desde luego, como dice el escritor ya citado William J. Mann, no solo el mundo del cine en Hollywood era más abierto en comparación con cualquier otra parte de USA y además a las estrellas se les consiente de todo por los estudios dada su popularidad y capacidad de generar ganancias (a pesar de que eran hechos delictivos en muchos casos y la censura en el cine existía), sino que además tenían una ventaja en la época dorada del cine, pues “no eran negros”, que ahí sí que las normas eran estrictas tanto dentro como fuera de la pantalla.
No quiero hacer un spoiler del contenido del libro, pero algún apunte conviene dar para que los amantes de los escándalos y de las historias picantes se animen a leerlo.
El protagonista nos cuenta su vida desde su infancia en una pobre granja de Illinois, con sus historias sexuales ya desde niño y adolescente (delictivas por supuesto) con padres de amigos, religiosos y otros hombres mayores. Pero todo con una sinceridad y nostalgia que nos puede dejar boquiabiertos, al tiempo que expresa con toda claridad su absoluta libertad y su bisexualidad, si bien manifestando preferir el sexo heterosexual si tuviera que escoger; de hecho, se casó joven y tuvo una hija, cuidando siempre de su familia, aunque la convivencia existió muy pocas veces.
Estuvo en la segunda guerra mundial de marine en batallas tan cruentas como Guadalcanal e Iwo Jima, perdiendo a un hermano menor en la contienda. Precisamente en uno de sus permisos recaló en Los Angeles y ahí empezó su contacto con ese mundo tan libre y libre de prejuicios para la época (sin olvidar su riqueza ligada al mundo del cine, aun en plena guerra).
Al acabar la contienda, cuando muchos jóvenes ansiaban un puesto de trabajo, tuvo suerte al entrar en una estación de servicio en una de las mejores zonas de la ciudad, donde empezó su carrera cuando un hombre adinerado y elegante le dijo que si deseaba ganarse un dinero extra…, el cual no era sino el famoso actor Walter Pidgeon. A partir de entonces vio su oportunidad he hizo infinidad de veces de celestino, facilitando los contactos entre los hombres y mujeres jóvenes que recalaban por allí, pues, aunque su principal cometido era para homosexuales o bisexuales, no le faltaban pedidos heterosexuales. Eso sí, lo que nos dice es que aquello no era un negocio y que a lo sumo ganaba propinas, no se hizo rico, era para él una forma de pasarlo bien y facilitar a las dos partes lo que querían. El mismo participaba en los intercambios sexuales, lo que le ha dado base para mil historias, pasando a ser no solo hustler (gigoló), sino conseguidor, hombre para todo y muy especialmente organizador de fiestas y barman hasta que tuvo avanzada edad, pero conservando amistades para toda la vida con famosos y famosas de todo rango.
A partir de ahí nos cuenta de todo y sin cortarse un pelo en las descripciones de las manías o gustos sexuales de sus contactos.
Hay anécdota que no nos sorprenden, como la condición del gran director George Cukor (experto en felaciones repetitivas según Bowers) o la relación entre Cary Grant y el “duro” Randolph Scott, de los que yo ya sabía que convivían y que sin duda eran gays o bisexuales (al menos el segundo), pero me sorprendió saber que en la casa también estaban las mujeres de ambos (uniones de conveniencia forjadas por estudios y agentes), que cuando estaban fuera de la ciudad daban para las diversiones de los dos hombretones, en ocasiones ellos dos con el propio Scotty, con muchos jueguecitos según él dice (a los actores no les iba la penetración anal, nos puntualiza).
Lo que nos deja un tanto descolocados no es que la gran Katherine Hepburn fuese declaradamente lesbiana, que en la vida diaria fuese hombruna con desparpajo (pelo corto y ropa varonil desenfadada, contra lo que le pedían los estudios) y su desenfreno sexual (pidiendo siempre el tipo de mujer joven que más le gustaba), sino que lo de su relación con Spencer Tracy no solo fuese una total farsa inventada por los estudios para vender sus películas, sino que él era bisexual y un apasionado del sexo oral, como el autor tuvo ocasión de comprobar sorprendido una noche que estaban a solas.
Tampoco nos deja indiferentes que Laurence Olivier fuese asimismo bisexual y su afamada esposa Vivien Leigth una heterosexual ninfómana apasionada que mezclaba sus orgías con mucho alcohol.
También nos puede sorprender los gustos un tanto marranos escatológicos de Charles Laugthon con los gays a los que reclutaba o la potente bisexualidad del guapísimo Tyrone Powers. (exigente en cuanto a forma y tamaño de los penes).
Un poco de coña puede producir el confirmar que el Duque de Windsor y su esposa Wallis Simpson eran ambos bisexuales, ella muy dominante incluso en la cama, requiriendo ambos los servicios del protagonista, chicos jóvenes él y mujeres ella.
Otra razón por la que igual Scotty retrasó tanto sus memorias es porque nos revela la homosexualidad de famoso “martillo de herejes”, gran director del FBI, Edward J. Hoover, que también recurrió a sus servicios.
Resulta asimismo muy sorprendente la gran ayuda que el autor le prestó a Doctor Kinsey, famoso por sus estudios sobre sexo, que consiguió gracias al autor romper las barreras para que la gente le contase con toda libertad sus gustos y experiencias, pues Bowers le proporcionó un número ingente de “voluntarios y voluntarias” a un módico precio (incluso para filmar “científicamente” prácticas sexuales), ganando todos en ello.
Parte de las historias son entrañables aunque haya siempre mucho sexo por medio, como cuando nos hablas del grandísimo fotógrafo español-cubano (en realidad es solo español y emigró a cuba ya adulto para huir de represiones franquistas, como ya había hecho su padre mucho antes) Nestor Almendros, al que tuvo que convencer y casi llevar a rastras, ayudado por otro amigo común, a la ceremonia de la entrega de los oscar de 1978 (a la que el director de fotografía no quería ir porque estaba absolutamente convencido de que no ganaría el premio pues los otros candidatos eran veteranísimos de mucho prestigio), para poder recoger su oscar por la excelente “DIAS DEL CIELO”, del controvertido director Terrence Malick y que fue uno de los primeros grandes papeles de Richard Gere. Scotty Bowers dice que al morir el excelente cineasta (prematuramente de sida), le legó su oscar, lo cual ha servido para que alguna fuente diga que se lo está inventando y puede que todo su libro pierda credibilidad, pero no está claro, pues eso estaba en el testamento y el oscar podría tenerlo su madre en depósito o haberlo recuperado Nestor Almendros cuando ella estaba en la etapa final de su vida (ambos murieron en 1992).
No salen en el libro Greta Garbo ni la gran estrella LGTB+ de su época, la alemana Marlene Dietrich (la cual era bisexual y mucho más que activa sexualmente hablando con hombres y mujeres o todo mezclado, cuya biografía daría para mucho) cuya historia de amor fue analizada y documentada en un excelente libro de Diana McLelland de 2003, titulado «Greta & Marlene. Safo va a Hollywood».
El tema gay, queer y demás en Hollywood sin duda da para mucho, por las razones ya dichas antes, bastando solo abrir las puertas del armario, no cerradas con llave, y mirar.
En las fotos y una reseña van algunos ejemplos…
Spanish Queer Cinema
Autor: Chris Perriam.
Título en español: No editado en España.
Título original: Spanish Queer Cinema.
Editorial: Edinburgh University Press.
Año: 2013.
Contenidos:
Acknowledgments
Introduction
1. Queer
Queer Reconfigurations of LGBT Cultures in Spain
Short-Film Productions
‘Nos Casamos’ (We’re Getting Married)
Queer Ethics/Positive Images
2. Legacies
Spanish Critical Precedents: Representing Spanish Queer on Screen
Comedy
Moving Towards Visibility
Coming Out and Self-Discovery
Almodóvar
After Shocks
Representing Older Lesbian and Gay Men
3. Icons
Actors (I): Eusebio Poncela, Victoria Abril, Jordi Mollà, Rosa María Sardà
Directors: Ventura Pons and Pedro Almodóvar
Actors (II): Newer Names
Popular Film-Makers
4. Audiences
The Bookshop Image
The Glamourous Lesbian Image
Film, Cultural Activismm, Videoart
Festivals
5. Writers
Off-the-shelf Middlebrow Lesbian and Gay Imaginaries
Screenwriters: Lucía Etxebarria, Elvira Lindo, Ángeles González-Sinde
A-list Novelists: Eduardo Mendicutti and Vicente Molina Foix
Writers’ Lives on Screen: Federico García Lorca and Jaime Gil de Biedma
Conclusion
Filmography
El éxito de Bowers fue tremendo, no en vano ha sido un super ventas, su libro ha servido de base para un documental relevante en 2017 y la serie de Netflix de 2020, “Hollywood”, está claramente inspirada en su libro e incluso uno de sus personajes, el encargado de una gasolinera, interpretado por Dylan McDermott, es claramente un trasunto del autor.
Falleció Bowers en 2019 a los 96 años, descanse en paz (del sexo ya había dado de baja algunos años antes…)
MARZO 2022.
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