LA OPERA Y EL CINE (IV)
LOS HERMANOS MARX
Y LA LOCURA EN EL MUNDO OPERÍSTICO.
“Espero que esta música acaricie sus oídos, como los cheques de la señora Claypool acarician nuestros bolsillos.”
“Estaba con esa mujer porque me recuerda a usted... sus ojos, su cara, su risa... todo me recuerda a usted... excepto usted.”
“Oiga mozo, ¿y no sería más fácil que en lugar de intentar meter mi baúl en el camarote, metiera mi camarote dentro del baúl?”.
“Su papá fue un pequeño barítono y el primer hombre en inventar los macarrones rellenos de bicarbonato de sosa, lo cual causa y cura las indigestiones a la vez”
“La parte contratante de la primera parte, será considerada como la parte contratante de la primera parte.”
Groucho.
“No lo despierte, tiene insomnio y quiere curárselo durmiendo.”
Chico.
Frases de “Una noche en la ópera”.
Sería imposible continuar esta serie de artículos, sin referirnos a la obra cinéfila por antonomasia dedicada a la ópera, siendo no solo la más famosa y popular, sino la más irreverente.
Y es por eso que en nuestro libro de cabecera es quizá la película a la que más espacio le dedican (hay otro temas con mayor amplitud, como los referidas a películas autobiográficas o el ya comentado alrededor de la ópera “Carmen”) y de modo muy acertado a mi juicio, pues no solo nos hablan de la irreverencia y originalidad cómica para descuartizar el mundo de la ópera, de modo genial y con una inventiva increíble, sino también dan cuenta de la gran carga de crítica social que contiene la película con los extremos que representan los pobres inmigrantes y los elitistas ricachones que gustan de lujos que incluyen el bel canto.
Estamos en el año 1936 y es la sexta película de los Hermanos Marx, que ya son solo 3 (eran cinco inicialmente), los tres más cómicos y universalmente conocidos: Groucho, Chico y Harpo. Siempre decimos que están en su esplendor y esta peli es, quizá con “SOPA DE GANSO” (1933), lo mejor de su repertorio. Sin embargo, la intrahistoria de la misma es un poco diferente, pues en 1935 llevaban dos años sin hacer una película (Zeppo Marx, el hermano guapo y formal, abandonó el grupo) y tienen problemas con la productora. Por eso es muy importante saber lo que sucedió, como nos narra Alfonso Méndiz en su Blog FilaSiete:
“Por aquella época, Chico era un gran jugador de cartas: el bridge y el póquer no tenían secretos para él. Y, con no poca frecuencia, su contrincante solía ser Irving Thalberg, el todopoderoso magnate de la MGM. Según cuenta Groucho, un día en que Thalberg perdió más de la cuenta, les dijo a los hermanos Marx: «Amigos, me gustaría hacer algunas películas con ustedes. Me refiero a verdaderas películas». Los tres hermanos se ofendieron por ese implícito desprecio a sus filmes anteriores, pero Irving continuó: «No eran películas. Carecían de argumento. Voy a hacer una película con ustedes, con la mitad de chistes, pero con un buen argumento, y apuesto a que ganará dos veces más que Sopa de ganso». Así nació el proyecto de Una noche en la ópera, y así nació también su etapa en la MGM.
Poco a poco, Thalberg consigue imponer un poco de orden en los caóticos e improvisados rodajes de los Marx. Primero, cambia los dos guionistas inicialmente previstos (Bert Kalmar y Harry Ruby, que habían escrito Sopa de ganso) por dos famosos argumentistas: George Kaufman y Morrie Ryskind. Y después, impone como director a Sam Wood, un hombre de confianza, que sabrá conjugar la vis espontánea de los actores con la necesaria dimensión narrativa. Así, la película llega a ser realmente una historia, construida alrededor de 175 gags que los hermanos Marx van puliendo en largas giras teatrales por provincias.”
El resto es ya historia y hay que verla…, sería fácil decir, pero no, hay muchos detalles interesantísimos, como en la creación de todo film.
En efecto, una de las escenas mas famosas de la historia del cine, la del camarote abarrotado, estuvo a punto de no salir en la película, puesto que no funcionaba en las giras teatrales previas al rodaje, preparatorias del mismo.
La película muestra su argumento inicialmente: Otis (Groucho) es un cazador de dotes que corteja a la Sra. Claypool y hace de mediador en la inversión de doscientos mil dólares que ella desea hacer en una compañía de ópera. La figura destacada de esa compañía es Rodolfo Lasparri, cuyo criado Tomasso (Harpo) tiene por compinche a Fiorello (Chico), que es a su vez agente de Ricardo, un cantante del coro con grandes condiciones y enamorado de Rosa, la soprano, que es cortejada infructuosamente por Lasparri. Ricardo, Tomasso y Fiorello se introducen en los baúles de Otis y viajan como polizones en el barco que conduce a la compañía a Nueva York. Allí tiene lugar la secuencia más memorable del filme.
Sin embargo, en teatro no llegaba a funcionar tal escena y fue la clarividencia del productor (consideró que en un teatro había limitación de espacio visual, pero en pantalla no lo habría) la que logró que se insistiera y se hicieran cambios, hasta llegar a las famosas frases “y tres huevos duros” o la de “pasen, pasen, al fondo hay sitio todavía”, lográndose una escena hilarante e innegablemente de las mejores de la historia del cine cómico.
Y sí, ahí están otra serie de escenas inolvidables, algunas no operísticas: aquellas con los inmigrantes en el buque rumbo a Nueva York donde Chico y Harpo exhiben sus talentos musicales; la lectura del contrato que van rompiendo a trozos entre Groucho y Chico; la de cuando se disfrazan de héroes barbudos para escapar de la policía; o cuando Groucho le toma el pelo a la señora ricachona (interpretada por Margaret Dumond habitual en sus films) cenando con una rubia joven justo detrás de ella y luego le suelta la frase recogida al principio.
Más otras operísticas: canta el tenor Lasparri mientras le salta la peluca por los aires y mientras van cambiando los decorados del escenario (poco importa que a veces las escenas de “El Trovador” de Verdi que salen no se correspondan con su orden real o que las voces de los actores que interpretan a cantantes no tengan el nivel adecuado); Groucho saltando de palco en palco e incluso acaba vendiendo bocadillos y golosinas a los sorprendidos ricachones; Harpo y Chico cambiando las partituras de Verdi en el foso de la orquesta por otras de temas populares simulando que juegan un partido de beisbol; etc.
Como había pronosticado su productor Irving Thalberg, fue la mejor y más taquillera película de los Marx; pero hubo la gran mala suerte de que el mismo falleciera cuando se preparaba el rodaje de la siguiente película con la MGM, “UN DIA EN LAS CARRERAS” (1936), de modo que les faltó ese apoyo y guía, con la consecuencia de que, como muy bien nos recuerda el profesor Alfonso Méndiz, ya no volvieron a ser los mismos en cuanto a creatividad y perfección cinematográfica.
Bueno, menos mal que podemos seguir disfrutándola (raro es quien no la tenga en su casa y no sé si los canales de streaming, desde luego Filmin no y creo que sí Apple TV) y creo que eso voy a hacer ahora mismo, para alegrarme un poco en esta pandémica vida.
JULIO 2021.
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ResponderEliminarUno siempre siente curiosidad por alguna cinta como ésta que hemos visto más de una vez. Es muy interesante leer nuevos puntos de vista que nos ofreces en esta página.
EliminarYa, entrados en el tema, además del que nos presentas, me permito ofrecer algún otro título en los que, de una manera u otra (guión o banda sonora), aparece la ópera dentro de la película. Seguro que existe alguno más, pero eso se lo dejo a los expertos. Yo solo soy un aficionado al cine, que no a la ópera.
Primavera 1937
San Francisco 1936
Manon Lescaut 1940
Los cuentos de Hoffmann 1951
Dos pasiones y un amor 1956
San Francisco 1936
Si ella lo supiera 1949
Misterio en la Opera 1925 y 1943.
El fantasma de la ópera 1925, 1943, 1962, 1989, 1998, y 2004).
Amadeus (Milos Forman, 1985).
Farinelli (Gérard Corbiau, 1994).
La pasión del rey (Gérard Corbiau, 2000)
Florence Foster Jenkins (Stephen Fears, 2016)
Mission: Imposible. Nación secreta (Christopher McQuarrie, 2015).
Philadelphia (Jonathan Demme, 1994).
Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994).
Los intocables de Eliot Ness (Brian de Palma, 1987).
El Padrino III (Francis Ford Coppola, 1990)
Gracias por recordarnos temas y subgeneros que siempre son agradables de revisar.