LA OPERA Y EL CINE (I).

 


Los diferentes ingredientes de la ópera son la poesía, la música y los decorados. La poesía habla a nuestro espíritu, la música a nuestro oído, la pintura a nuestros ojos, y todo junto contribuye a conmover nuestro corazón. 


Jean-Jacques Rousseau.


La ópera contiene las emociones humanas en su forma más simple y más elemental, como los axiomas en las matemáticas, que no son reductibles. Es por esto que las emociones en la ópera son tan esquemáticas y tan potentes. La ópera implica el peligro, el caos, la desolación, pone al público al límite de todos ellos, y tal vez un poco más allá. 


Werner Herzog.


Una noche en una representación en el Metropolitan, una señora se asomó a la barandilla de su palco y le dijo al director de la orquesta: Podría, por esta vez, interpretar el tercer acto antes del segundo. Tenemos que tomar un tren y nos encantaría saber como termina la ópera. 


Dudley Moore.


La idea de esta serie de artículos viene de lejos, siempre tuve en la cabeza hacer una selección y comentarios sobre las películas que tratan de otras artes escénicas como la música (en su variadas formas), el teatro o el ballet (incluso me atraía, por supuesto, el cine dentro del cine), pero realmente era una tarea titánica y me faltaban ganas para abordarla con la profundidad que yo deseaba.


Sin embargo, como siempre digo, no hay casualidades sino llamadas del destino, de modo que se produjo una conjunción de hechos que hizo inevitable avanzar en la primera de las tareas imaginadas (cine y ópera) por un doble motivo: 


1.- El primero fue estar años y años en busca de conseguir una película que me chifla y que considero posiblemente la mejor que se ha hecho sobre el mundo de la ópera, sin suerte alguna para poder encontrarla en video clubs, o en los piratas canales de descargas, sin ni siquiera poder verla en los potentes canales de streaming de hoy día. Descartando también el poder comprar su DVD, ni en tiendas especializadas, ni en grandes superficies, ni siquiera en el gigante Amazon (solo encontré una antigua versión inglesa/alemana sin subtítulos en español). 



La película era ni más ni menos que “CITA CON VENUS” de 1991, dirigida por el estupendo director húngaro István Szabó e interpretada en sus principales papeles por una maravillosa Glenn Close (siempre estupenda en sus interpretaciones a mi juicio, gran ignorada en los oscar de modo injusto, incluso este año, como algo que parece ya inevitable…)  y un espléndido Niels Arestrup (un actor francés con padre danés, poco conocido en España pero con larga y exitosa carreta en su país, donde ganó dos premios Cesar) en la que sea posiblemente una de los mejores interpretaciones de su carrera.  La peli es una delicia, centrada alrededor del montaje de una ópera de Wagner, “Tannhäuser”, una de las mejores en su repertorio para mi gusto (sin perjuicio de los excesos típicos del compositor, como la larguísima duración de todas sus obras) con su obertura, algunas arias y el coro de peregrinos realmente de lo mejor de la producción operística mundial (tuve la suerte de verla al menos dos veces en el Campoamor en Oviedo, con grandes montajes e interpretaciones). Desde luego, el tema de las relación de un caballero con la diosa del amor, Venus, va de maravilla para la historia apasionada que vemos en la película, sin duda tópica pero efectiva y atrayente, entre la gran diva (loca y libre sin ataduras vitales, al aire de sus caprichos y fantasías amorosas) y el talentoso pero menos conocido director de la producción (que tiene su esposa e hija en Hungría).



El director del film, asimismo húngaro, tiene una carrera sólida y notable, siendo autor de otra grandísima película que trata del mundo del teatro, “CONOCIENDO A JULIA” de 2004, donde destaca una soberbia interpretación de Annette Benign y, como no, de Jeremy Irons (ya su primera gran peli, “MEPHISTO” de 1981, donde fue guionista y director, trataba de un actor que se acababa creyendo su diabólico personaje).



Pues bien, de un modo casual me topé con la película (original subtitulado al castellano) en un canal de YouTube (¡completa!, lo que es raro…, pero no voy a dar datos, para que las amables personas lectoras la puedan localizar por sí mismas, si es que aun sigue ahí, pues suele borrarlas el portal si hay denuncia de los titulares de sus derechos de exhibición) y la gozada fue terrible, así como el efecto inmediato de que debía escribir sobre ella en algún momento, como algo ya ineludible.



Ojo, no confundir (que esta si está en algún canal de streaming) con la película del mismo nombre “CITA CON VENUS” de 1951, dirigida por uno de esos llamados artesanos de los estudios, Ralph Thomas, protagonizada por el elegante David Niven y la rubia Glynis Johnes; peli que no tiene nada que ver con la operística, pues su argumento es curioso y simpático: en una isla inglesa ocupada por los nazis hay una vaca de extraordinario pedigree, la oficina de guerra británica trata de rescatarla pues es un tesoro nacional y la vaca se llama “Venus”.



2.- El segundo fue hacerme (tras largas búsquedas en internet, donde hay muchos artículos interesantes sobre el tema, pero pocas referencias de textos impresos) con un libro extraordinario de la Editorial Cátedra de  2019: “OPERA EN PANTALLA. Del cine al streaming”. Cuyos autores son Jaume Radigales, profesor universitario que tiene una programa de radio llamado “Una tarda a la ópera”, e Isabel Villanueva Benito, compositora e intérprete, a la par que profesora universitaria.


Se trata de un libro extraordinario en contenidos, de los que sin duda me iré haciendo eco en las partes siguientes de estos artículos, pues su calidad y profundidad son notables.



Ahora bien, como pero… si puedo ponerle al menos uno, pues aunque trata de recoger todas las posibles relaciones entre la ópera y la pantalla (no solo el cine como tal), no trata del fenómeno inverso, muy moderno, como es que no solo ha habido óperas convertidas en película (de modo pleno o como argumento para la cinta), sino que ahora tenemos películas que han sido transformadas en óperas (la simbiosis entre cine y musical ya era conocida y muy repetida), pudiendo citarse, por ejemplo “EL RESPLANDOR” (la famosa película de terror de Stanley Kubrik) o “BROKEBACK MOUNTAIN” (en su día polémica al tratar de la relación homosexual de dos vaqueros, dirigida por Ang Lee).



Evidentemente no toda va a poder estar en ese espléndido libro, pues sus 307 páginas no pueden dar para todo, como tampoco por ejemplo las relaciones de importantes directores de cine con el mundo de la ópera, donde llegaron a dirigir óperas, siendo el caso mas notorio el del gran esteta Luchino Visconti, pero sin olvidarnos, por ejemplo, de mi adorado Woody Allen, como hace poco ha sucedido.


Desde luego, el tema es de todo punto de vista apasionante, y sin duda todos tenemos en la cabeza musical o escenas de películas vinculadas a la Ópera. Como ejemplo nimios sin duda muchas personas citarían la popularísima “PRETTY WOMAN” (la escena donde la ingenua prostituta Vivian dice que se ha meado en las bragas por la emoción que le produjo asistir a la ópera “La Traviata”)  o la estupendísima película (a pesar de Cher y Nicholas Cage, dicho sea con ironía, pues ahí están ambos muy muy bien) “HECHIZO DE LUNA” donde es la ópera “La Bohéme” la que centra la historia amorosa de los protagonistas. Y la lista sería sin duda interminable en boca de cualquier persona aficionada al séptimo arte.



En fin, de todo ello espero podré ir haciéndome eco en la siguientes entregas de estos artículos, que ahora ya no solo es un cometido para las amables personas lectoras de este blog, sino que también espero poder incorporarlos a la Revista Almanaque del la Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias.


MAYO 2021.




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