Cristopher Robin
UNA PELICULA DELICIOSA SOBRE LA PÉRDIDA DE LA INFANCIA
Estamos hablando de un clásico de la literatura infantil del siglo XX, escrito por Alan Alexander Milne, el cual trabajó en una revista satírica e intentó hacerse un nombre en el género policíaco, pero su gran triunfo se inspiró en los juegos de su hijo Cristopher Robin y sus peluches, como el osito al que luego bautizo como Winnie The Pooh o Puh (no está claro de dónde viene este apodo, aunque hay un cuento donde el osito queda con sus brazos inmovilizados y solo puede espantarse las oscas que van a su nariz soplando; por lo que sería una onomatopeya).
La popularidad cinematográfica nos ha venido gracias a la factoría Disney, con la exitosa cinta de dibujos animados “WINNIE THE POOH AND THE HONEY-TREE (WINNIE POOH Y EL ÁRBOL DE MIEL)" de 1966, a la que siguieron muchas otras, incluida la dedicada al simpático y saltarín tigre “The Tigger Movie” del 2000.
Las historias se desarrollan en los relatos y películas en el llamado “Bosque de los cien acres”, que es en realidad el Bosque de Ashdown en Sussex, donde jugó en su día con el propio Cristopher y por el que mucho mas tarde tuvo que luchar para que no fuera convertido en explotación petrolífera por la British Petroleum. La vida real del protagonista de los relatos tuvo muchos momentos negativos (como superar que se le identificada con el niño de la ficción) o el enfrentamiento con su madre (con la que al quedar viuda cortó relaciones), aunque finalmente abrió una exitosa librería (en contra del deseo de su madre).
La película es amable, tierna y divertida. El protagonista se hizo mayor, lucha en la primer Guerra Mundial, se vuelve responsable y muy trabajador, aun a costa de alejarse de su mujer y su hija. Acaba volviendo al bosque para ayudar al osito y sus amigos (aparecen a propósito con una estética anticuada, muy parecida a los dibujos originales que acompañaban a los relatos, obra de E.H.Shepard). Al final, Cristopher Robin recupera su espíritu infantil, vuelve con sus amigos de peluche, se una a su familia y hasta salva a sus compañeros de la empresa para la que trabajan, amenazados de ser despedidos.
Y no se cae en el sentimentalismo facilón y lacrimógeno, si acaso uno sale del cine contento y optimista. Los protagonistas Ewan McGregor, Hayley Atwell y Bronte Carmichael están estupendos, pero hay otra serie de secundarios muy estimables (sus papeles son muy cortos, porque quienes completan la historia son los simpáticos y tiernos peluches, a los que dan voz actores de prestigio).
El secreto, sin duda, está en su director, el suizo Marc Foster, que ya hizo una obra maestra en 2005, “DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS” alrededor de la vida del escritor J.M. Barrie, creador de Peter Pan, cuando hace amistad con una viuda y sus 4 hijos, en quienes se inspira para crear este personaje, de los que se tiene que hacer cargo una vez que ella fallece. Esta protagonizada por dos excelentes Johnny Deep y Kate Winslet; donde podemos ver como uno de los niños a Freddie Highmore, hoy muy famoso por la serie “The Good Doctor” con su papel de genial médico autista (en realidad “síndrome Savant”), actor que destacable por muchas cosas, como que licenciado en Filología española y árabe en la Universidad de Cambridge. Habla castellano perfectamente (incluso residió en Madrid, en la calle Fuencarral encima de un cine); también habla francés de forma fluida. Está considerado uno de los actores más cultos de su generación, junto a Emma Watson.
Octubre 2018.
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