Las leyes de la termodinámica
EL
EQUILIBRIO TÉRMICO Y UNA BUENA PARTE DE ABURRIMIENTO
Nos llega una comedia romántica muy
original, de la mano de Mateo Gil,
un director que ya había triunfado como guionista para Alejandro Amenábar y tiene varios premios Goya, que había destacado
con su primera realización, “Nadie
conoce a nadie”, y que logró hacer una película de ciencia ficción muy
interesante, “Proyecto Lázaro”,
sobre un a persona con enfermedad incurable, que es criogenizada para volver a
la vida setenta años después…
Ahora cambia de registro y con una
estructura totalmente original, que en parte me ha recordado a la estupenda “(500) días juntos” de Marc Webb, donde seguimos la historia
de dos parejas: el ligón que acaba sentando cabeza y el rarito perdedor que
liga con una super modelo cuando la cosa no puede sino acabar mal. Los actores
protagonistas están todos muy bien,
destacando “Chino” Darín (hijo del famoso actor argentino), la bellísima Berta Vazquez y, sobre todo, el genial Vito Sanz, un actor con una gran
proyección, que borda el papel de científico maniático, incapaz de relajarse y disfrutar
de su triunfo sentimental, que acaba arruinando.
Aparte de la historia, lo destacable de la
película es la inserción de imágenes documentales sobre las teorías de su
título y la implantación de esquemas en parte de las escenas reales de la
historia para explicarlas físicamente, pero por desgracia se vuelva algo
demasiado repetitivo, pues además redundan en ello las propias explicaciones
del protagonista principal, y eso le resta valor a la película, pues acaba
aburriendo. No es habitual en mí pues no me gustan los críticos profesionales,
pero coincido plenamente con la crítica de Fotogramas sobre la película,
escrita por Desirée de Fez.
Pero la inserción de escenas documentales
en medio de una película de ficción no es algo nuevo.
Ya lo había hecho Woody Allen en su debut “Toma
el dinero y corre”, pero era de coña, pues los documentales no eran de
verdad.
Y si podemos citar con exactitud una de las
obras del gran cineasta francés Alain
Resnais de 1980, “Mi tío de
América”, donde el cineasta se recreaba a sí mismo puesto que sus
inicios fueron como documentalista. La película me pareció en su día muy
interesante, con grandes actores, y habrá que volver a revisarla para ver si el
paso del tiempo le ha afectado.
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