Especial genios del cine octogenarios


WOODY ALLEN: ¿la luz se va apagando?

Que nadie entienda este artículo como algo negativo para el gran creador que nació el 1 de diciembre de 1935 (como Allan Stewart Königsberg, nombre que se cambió con 17 años) o sea, que cuenta con 80 años y el día que esto esté acabado y pase a publicación tendrá ya 81 primaveras.


No puedo tener una relación más estrecha y entrañable con el pequeño y menudo genio de Brooklyn, pues con el empezó mi madurez cinematográfica, a través de un cine inteligente y con humor único, realmente propio, que te hacia reír y te hacía pensar. Ni tan siquiera había visto todas sus primeras películas (recuerdo solo “Todo lo que quería saber el sobre el sexo y no se atreve  a preguntar”, posiblemente además visionada en el cine Brisamar de Cimadevilla, templo gijonés del llamado “cine  de arte y ensayo”) cuando hubo dos cintas que me cambiaron para siempre: “Annie Hall” de 1977 (elegida no hace mucho como el mejor guion de comedia de todos los tiempos por una asociación de críticos) y luego “Manhattan” en 1978 (la foto a contraluz de su cartel, con el puente de Brooklyn recortándose al fondo, es un icono insustituible de la cultura moderna),  a lo que se sumó la inevitable compra de sus libros, como los guiones de estas pelis y el inclasificable “Sin Plumas”, el eminente “Como acabar de una vez por todas con la cultura” o la colección de relatos cortos “Perfiles”. Así que desde entonces no me he perdido una película suya, incluidas las anteriores a 1977, e incluso tuve la suerte de verle recoger su Premio Príncipe de Asturias en 2002, recorriendo con aspecto tímido, débil y tembloroso el escenario del Teatro Campoamor.


Pero a la vez he sido y seré su mayor crítico pues le exijo lo mejor, dado que además hay películas que me han horrorizado e incluso ya parecía que había perdido el norte para siempre, bien por agotamiento mental (ya había habido un exitosísimo resurgimiento con “Balas sobre Broadway” en 1994, tras el intento de recuperación post-etapa con Mia Farrow, con vuelta a los origines con “Misterioso asesinato en Manhattan”), bien por haberse vendido al éxito económico (como con “Vicky Cristina Barcelona un verdadero horror de 2008, tras la insulsa “El sueño de Cassandra”) o bien por que la edad no perdona (me pareció insoportable la penúltima “Irrational Men” de 2015, una malísima versión de su genial “Match Point”, con su repelente protagonista barrigudo, interpretado por Joaquin Phoenix, y sus insufribles diálogos pretenciosos). Y esto confirmaba mi tesis de que todos debemos saber retirarnos a tiempo, algo en lo que sigo pensando igual, a pesar de que su último film Café Societyme gustó mucho y destaca por una buena historia, bien narrada, que supera algunos tópicos del guion y no se lastra por la actuación un tanto plana del protagonista, Jesse Eisenberg, estando excelente el resto de reparto como la exvampiresa televisiva Kristen Stewart o la espectacular Blake Lively o el siempre correcto Corey Stoll e incluso el para mi odioso Steve Carrell, que acaba componiendo su papel con gran acierto (ese rol era en principio para Bruce Willis, pero al final no pudo al deber representar en Broadway la adaptación teatral de la novela de Stephen King, “Misery”, que ya había dado lugar a un exitoso film de 1990 por el que Kathy Bates ganó el oscar a la mejor actriz).


Así, ¿qué puedo decir?, solo desear al gran genio mucha salud y buenos trabajos de futuro; así como a uno mismo tener la suerte de tener tiempo para revisar todos sus grandes films (sin duda alguna para mí en esa lista deben de estar las ya citadas de 1977 y 1978, así como “La rosa púrpura del Cairo”, “Balas sobre Broadway”, “Hanna y sus hermanas”, “Desmontando a Harry”, “Querida Afrodita”, “Midnigth in Paris”, “Match Point”, “Si la cosa funciona” y “Blue Jasmine”) e incluso algunos otros a revisar (como el homenaje a su adorado Bergman, “Interiores”; o  “Stardust Memories”, “Celebrity”, “Delitos y Faltas” y otras), sin dejar de reírse y reflexionar con sus libros, disfrutando en cuanto haya ocasión  de sus obras de teatro.

Respecto a los escenarios, Woody Allen tiene obras memorables como Don`t drink the water, que el mismo llevó a las cámaras en una producción televisiva protagonizada por el mismo y Daniel J. Fox; así como Honey moon motel”, en español Adulterios”, que pasó en 2008 por el Teatro Jovellanos en una excelente y jocosa versión, dirigida por Verónica Forqué que debutaba como directora teatral. Y qué decir de la  sido representada en múltiples ocasiones, su gran exitazo de 1969, “Play it again Sam”, también llevado al cine protagonizado por su creador, que también hizo el guion, pero dirigida por el excelente Herbert Ross, donde uno de sus protagonistas es el fantasma de Humprey Bogart.


También son posibles creaciones alrededor de Allen, captando su esencia y sus ideas originales, intentando aprovecharlas y expandirlas, como hizo la esforzada y original compañía madrileña Estudioteatromadrid (que usa el método del “taquilla inversa”, donde el espectador paga lo que le apetece al final de la representación, tras un vino y charla distendida con los actores) con su obra “Como ser Woody Allen” que me pareció meritoria, divertida y, sobre todo, interpretada con eficacia y una gran pasión por los miembros de la citada compañía.


No podemos olvidar que como actor puro tiene pocos trabajos, pero algunos de gran valor como “La tapadera (The Front)” de 1976 [1] alrededor de la “caza de brujas” y la figura del guionista camuflado que debe usar el nombre de otro, dirigida por el gran Martin Ritt (que sufrió el mismo la persecución como director y guionista supuestamente comunista) y donde también interviene el gran cómico Zero Mostel y uno de los actores asiduos del neoyorkino, Michael Murphy. En esta película podemos ver una muestra de la afición de Woody por el ajedrez (para los aficionados al noble juego, en la red se puede encontrar incluso una partida rápida de Woody contra el director de la citada película, de escaso nivel por parte del segundo), ya que si bien no fue un destacado jugador le gustaba mucho practicarlo (lo cual ha sido muy frecuente en el mundo del cine, llenando los momentos vacíos de los rodajes). Afición que dio lugar además a un memorable capítulo de su citado libro “contracultural” acerca del ajedrez por correspondencia titulado: “Para acabar con el ajedrez”.

[1] No confundir con la película de  1993, “The firm” título original en inglés, alrededor de una firma corrupta de abogados, dirigida por Sidney Pollack e interpretada por Tom Cruise y Gene Hackman.



También como actor merece destacarse la reciente y ya comentada en estas páginas, “Fading Gigoló” dirigida y co-interpretada por John Turturro. E incluso un pequeñito y generoso papel en la personal obra de la francesa Sophie Lellouche, “Paris-Manhattan”, donde la protagonista es una farmacéutica francesa, enamorada desde niña de los films de Woody, con problemas para el amor, que recibe los consejos del neoyorkino, primero a través de un poster y finalmente en persona. Hay alguna otra, como “Cachitos picantes” del 2000 donde comparte protagonismo con Sharon Stone o “Escenas en una galería” de 1993 donde comparte protagonismo con Bette Midler, pero mejor olvidarnos de ellas por su bajo nivel, salvo que queramos ser extremadamente exhaustivos.

Sobre premios creo que es algo que todo el mundo sabe, pues recibió el oscar al mejor guion y al mejor director por “Annie Hall” (que no fue a recoger porque tenía que tocar el clarinete con su banca de jazz, actividad que sigue haciendo con total regularidad en New York mientras los rodajes se lo permiten) y como guionista repitió otras dos veces, por “Hannah y sus hermanas“ y “Midnigth in Paris”. Sus candidaturas a estos premios fueron muchas y como actor solo estuvo nominado una vez por su gran trabajo de 1977 por el que fue bi-oscarizado. Acapara además muchos otros galardones en los Globos de Oro, de las Asociaciones de Directores y Guionistas de América y del Cine Británico. Lo cual no sucede con los Festivales, donde no necesita ir a concursar para promocionarse, de modo que solo puedo citar el Oso de Plata en Berlín de 1975 para la considerada mejor película de su primera etapa (la del humor menos intelectualizado, si bien en esta obra hay múltiples referencias culturales, aparte de sus temas obsesivos como el amor y la muerte) “Love and death” aquí llamada “La última noche de Boris Grussenko”.

Es inevitable mencionar a dos personas claves en la carrera del pequeñajo y escuálido genio, que sabía no iba a triunfar en la escuela y realmente le interesaba bastante poco (de sí mismo en esa época, dijo:  «Yo no quería ser Bogart, tampoco quería ser John Wayne. Yo sólo quería ser el capullo de la clase, quería ser ese chico con gafas que nunca consigue a la chica, pero que es divertido y cae bien a todo el mundo.»), que fueron quienes supieron ver su talento e hicieron todo lo posible para que venciera su timidez en los escenarios (donde le costó mucho salirse de sus escritos e improvisar), convirtiéndose en sus primeros representantes y luego han sido sus inquebrantables productores ejecutivos, Jack Rollins y Charles Joffe.


También como curiosidad no podemos olvidar que hubo una exitosa tira cómica del dibujante Stuart Hample llamada “Inside Woody Allen”,  que triunfo durante muchos años y en España la publicó La Vanguardia, creándose un libro recopilatorio de las mejores en 2012, cuyo personaje animado sale en algunos momento de “Annie Hall”.


Finalmente, con las facilidades que hoy da internet para localizar o alquilar películas, recomiendo a los fans que intenten ver los dos primeros films del maestro, el primero una verdadera locura: What's Up, Tiger Lily? (Lily, la tigresa)” (una cinta japonesa que nuestro genio dobló y modificó para llenarla de donoso sinsentido alrededor de un argumento inimaginable). O la superproducción ”¿Qué hay de nuevo (What’s new), Pussycat?”, alocada comedia alrededor de un ligón empedernido, donde al final quedó por desgracia muy poco del guion de nuestro genio, interpretada por un elenco de renombre: Peter O’Toole, Peter Sellers, Romy Schneider, Capucine, Ursula Andress y el propio Woody Allen.


FRASES FAMOSAS DEL GENIO DE BROOKYN.

Hablando de un creador de su talla y su prolífica carrera, es fácil imaginarse la multitud de citas que podemos destacar, pero al igual que en el caso de su venerado Gruocho Marx (del que se dice, por ejemplo que en su lápida figura aquello de “Señora, perdone que no me levante”, pero que no es cierto), hay que tener en cuenta que hay muchas que circulan como suyas cuando no lo son:

En WIKIQUOTE (portal de citas de Wikipedia) podemos ver como ATRIBUIDAS las siguientes:

·"Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida.
·"¿Cúal es el animal que después de muerto da muchas vueltas? El Pollo asado.
·"Cuando todo sube, lo único que baja es la ropa interior."
·"El diabético no puede ir de luna de miel."
· "El matrimonio es como las libretas de ahorro: de tanto meter y sacar se pierde el interés."
· "El negocio más expuesto a la quiebra es el de la cristalería."
·"Hay estudiantes que les apena ir al hipódromo y ver que hasta los caballos logran terminar su carrera."
·"Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas."
·"Hoy en día la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido."
·"La inactividad sexual es peligrosa, produce cuernos."
·"La marihuana causa amnesia y... otras cosas que no recuerdo."
·"Las ventajas del nudismo saltan a la vista."
·"Me intente suicidar. ¡Y casi me mato!"
·"Los japoneses no miran, sospechan."
·"Los japoneses quieren abrirle los ojos al mundo."
·"Morir es como dormir, pero sin levantarse a hacer pis."
·"Sólo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento.”

Sin embargo, la mejor de las falsas atribuciones estaría para mí sin duda en: “SI DIOS AMA A LOS POBRES ¿CÓMO SERIA SI LOS ODIASE?”, que he sido incapaz de localizar en las obras del neoyorkino, de modo  me inclino a pensar que no es suya.

De esta forma, como CITAS CELEBRES CONFIRMADAS yo solo me fío de las que indican la fuente, o sea, la obra a la que pertenecen y entre ellas podemos encontrar esta serie de maravillas, comenzando por las contenidas en la película “ANNIE HALL” que desvelan la razón de su éxito:

Hay un viejo chiste: dos mujeres mayores están en un hotel de alta montaña y una comenta, "¡Vaya, aquí la comida es realmente terrible!", y contesta la otra: "¡Y además las raciones son muy pequeñas!". Pues básicamente así es como me parece la vida, llena de soledad, histeria, sufrimiento, tristeza y, sin embargo, se acaba demasiado deprisa.

Y recordé aquel viejo chiste. Aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina. Y el doctor responde: ¿pues por qué no lo mete en un manicomio? y el tipo le dice: lo haría, pero necesito los huevos. Pues eso es más o menos lo que pienso sobre las relaciones humanas, ¿sabe? son totalmente irracionales, locas y absurdas; pero supongo que continuamos a mantenerlas porque la mayoría necesitamos los huevos.

Yo creo que la vida está dividida en lo horrible y lo miserable. En esas dos categorías. Y lo horrible son los enfermos incurables, los ciegos, los lisiados... No se cómo pueden soportar la vida, me parece asombroso. Y los miserables somos todos los demás. Así que al pasar por la vida deberíamos dar gracias por ser miserables. Por tener la suerte de ser miserables.

En Beverly Hills no tiran la basura, la convierten en televisión[2].

[2] En mi modesta opinión parece una frase con aspiraciones ontológicas, pues podemos decir posiblemente lo mismo de Madrid o Barcelona hoy día.

Una relación es como un tiburón, tiene que moverse hacia delante o muere. Y lo que tenemos entre manos es un tiburón muerto.

Cuando era alumno, me echaron del colegio por copiar en la prueba de Metafísica. Miré en el alma de mi compañero de pupitre. 

El sexo es lo más divertido que he hecho sin sonreír.

(Los textos que siguen en paréntesis son pensamientos y el resto es lo que se dicen uno a otro en una escena donde los protagonistas hablan en una terraza al poco de conocerse.)

- Dime, ¿has hecho tú esas fotografías de ahí?

- Sí, soy aficionada a la fotografía. (Mis pinitos ... ¡parezco idiota!)

- Son, son fantásticas, muy buenas, tienen cierta calidad... (Eres una chica muy guapa)

- Me gustaría aprender fotografía, profesionalmente claro. (Seguro que piensa que soy tonta)

- Ha de ser muy interesante, ¿sabes?, porque es una nueva forma de arte, y aún no han surgido un conjunto de criterios estéticos. (Me pregunto qué tal estará desnuda)

- ¿Criterios estéticos?, ¿quieres decir si una foto es buena o no?. (No eres lo suficientemente lista para él, párate ahí)

- El, el medio entra como una condición de la misma forma del arte... eso... (No sé ni lo que digo. Está notando que soy superficial)

- Verás, no creo que en mí sea todo instintivo, no. Quiero decir que lo siento, ¿sabes?. Sólo intento sentirlo y no pensar mucho en ello. (Dios, espero que no resulte ser un imbécil como los demás)

- Pero aún así necesitas una serie de líneas estéticas para que estés en una perspectiva social. (Dios, pareces la radio FM... ¡relájate!)”



Para el ejército me declararon inutilísimo. Si hubiera una guerra yo sólo serviría de rehén.
No te metas con la masturbación. Es hacer el amor con alguien a quien yo quiero.
Yo intento hacer con las mujeres lo que Einsenhower ha estado haciendo al país[3].

[3] En realidad esta frase sería del guion, pero en la versión española de la película lo que el protagonista dice es que había salido con la secretaria del Presidente y ésta le dejó, siéndola razón que él había querido hacerle lo que su jefe le estaba haciendo al país.

Me encanta que me reduzcan a un estereotipo cultural.

El campo me pone nervioso. Está lleno de grillos y es tan tranquilo, no hay a donde ir después de cenar y las polillas se comen las cortinas, y te puedes encontrar probablemente con la familia Manson.

¿Popular? Nixon fue popular. Los hula-hoops fueron populares. Una epidemia de tifus es popular. La cantidad no significa calidad.

Otras varias:

¿Sabes cuál es mi filosofía? Que es importante pasarlo bien, pero también hay que sufrir un poco, porque, de lo contrario, no captas el sentido de la vida.

Broadway Danny Rose, 1984

· Todos los hombres son mortales. Sócrates era mortal. Por lo tanto, todos los hombres son Sócrates. Lo que significa que todos los hombres son homosexuales.

La última noche de Boris Grushenko, 1975

· Nos enamoramos. Bueno, yo me enamoré, ella simplemente estaba allí.
Bananas, 1971

· Le quiero como a un hermano: como Caín a Abel.
Delitos y faltas, 1989

· La gente quiere una vida ficticia y los personajes ficticios una vida real.
La rosa púrpura del Cairo, 1985

· No es malo que tu padre y yo discrepemos, la democracia es eso. Él defiende el ala derecha del partido republicano y yo creo que hay que estar loco de remate para hacerlo, pero…
Midnight in Paris, 2011

· Para ti, soy ateo. Para Dios, la fiel oposición.
Recuerdos, 1980

· La gente debería aparearse para siempre como los pingüinos o como los católicos.
Manhattan, 1979

· Lo de mi exmarido y yo fue amor a primera vista. Debí echarle otro vistazo.
Delitos y faltas, 1989

· Mis padres no solían pegarme, lo hicieron sólo una vez: empezaron en febrero de 1940 y terminaron en mayo del 43.
Días de radio, 1987

· Está en Nueva York filmando la adaptación de la secuela de un remake.
Celebrity, 1998

· Sólo el arte es controlable. El arte y la masturbación. Dos campos en los que soy un experto.
Recuerdos, 1980

· No sé, quizá un exceso de masturbación por tu parte.
· Oye, ¡no te metas con mis aficiones!
Hannah y sus hermanas, 1986

· La cuestión es: ¿he aprendido algo sobre la vida? Sólo esto: los seres humanos están divididos entre mente y cuerpo. La mente abarca todas las aspiraciones nobles, como la poesía y la filosofía, pero el cuerpo se lleva toda la diversión. 
La última noche de Boris Grushenko, 1975

· Después de quince minutos quería casarme con ella. Y después de media hora había abandonado completamente la idea de robarle la cartera.
Toma el dinero y corre, 1969

· Usas el sexo para expresar cualquier emoción menos el amor.
Maridos y mujeres, 1992

· El sexo alivia la tensión y el amor la causa.
La comedia sexual de una noche de verano, 1982

· (Después del sexo). ¡Vaya, qué rápido! ¿Ha sido porque tenía hipo?
Días de radio, 1987

· Somos personas, sólo somos seres humanos, ¿sabes? Tú te crees Dios.
· Tengo que moldearme a la imagen de alguien.
Manhattan, 1979

· El mundo del espectáculo es una jungla, es peor que una jungla: en lugar de devorarse, dejan de llamarse por teléfono.
Delitos y faltas, 1989

· Admito que fui un tonto con suerte. Si no hubiera nacido en Brooklyn y lo hubiera hecho en Polonia o Berlín, hoy sería una lámpara.
Recuerdos, 1980

· Yo no sé nada de suicidios. De donde vengo, en Brooklyn, nadie se suicida. La gente es demasiado infeliz.
Delitos y faltas, 1989
· No quiero casarme, sólo quiero divorciarme.
La última noche de Boris Grushenko, 1975

· La última vez que estuve dentro de una mujer fue visitando la Estatua de la libertad.
Delitos y faltas, 1989

· En política, me inclino por una democracia honesta. Y también creo que el sistema americano puede funcionar.
Recuerdos, 1980
–¿Qué se siente estando muerto durante 200 años?
–Es como pasar un fin de semana en Nueva York
El dormilón, 1973

· El Ku Klux Klan, para quien Zelig era un judío que se transformaba en negro e indio, vio en él una triple amenaza.
Zelig, 1983

· Me crie en la confesión israelita, pero al hacerme adulto me convertí al narcisismo.
Scoop, 2006

· Creía que las Variaciones Goldberg eran una fantasía sexual del señor y la señora Goldberg.
Recuerdos, 1980

· –Tienes un problema para comprometerte: no sabías si querías ser psicoanalista o escritor.
  –Y me comprometí: me hice escritor y paciente.
Todos dicen I love you, 1996

· Esta es una fotografía de Norman Mailer, un gran escritor. Donó su ego a la facultad de medicina de Harvard para su estudio.
El dormilón, 1973

·–Es mi única carta de amor
 –Es preciosa
 –La mayor parte es un plagio de James Joyce. Te habrás preguntado a qué venían todas esas referencias a Dublín.
Delitos y faltas, 1989

· ¿Quieres aportar algo a la humanidad? Cuenta chistes más graciosos.
Recuerdos, 1980

· –(Sobre el sexo). ¡No puedo! ¡Es asqueroso!
  –¿Cómo va a ser asqueroso? Todavía no me he quitado la ropa.
La comedia sexual de una noche de verano, 1982

· El cotilleo es la nueva pornografía.
  Manhattan, 1979

·–La ciencia es un callejón sin salida intelectual
 –¿Entonces en qué crees?
 –En el sexo y la muerte.
 El dormilón, 1973

· Las dos palabras más bellas de nuestro idioma no son “¡Te quiero!”, sino “¡Es benigno!".
  Desmontando a Harry, 1997

· – Eres un inmaduro, Fielding.
  – ¿Inmaduro? ¿Cómo que soy inmaduro?
  – Bueno, emocionalmente, sexualmente e intelectualmente.
  – Bueno, pero, ¿y en el resto?
     Bananas, 1971

· Mi psicoanalista me advirtió de tu bisexualidad, pero eras tan guapa que cambié de psicoanalista.
  Manhattan, 1979
–El sexo sin amor es una experiencia vacía.
–Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
  La última noche de Boris Grushenko, 1975

· El sexo vacío es mejor que la ausencia de sexo, ¿no?
  Recuerdos, 1980

·–Tienen ustedes una mansión preciosa. Me recuerda a Casa de muñecas.
 –¿Le gusta el teatro de Ibsen?
 –No, nada de teatro. Es un burdel de lujo de Palm Beach.
  Scoop, 2006

·  No he tenido una aventura, he tenido un breve interludio de infidelidad.
   Si la cosa funciona, 2009

·–Una sátira incisiva siempre es mejor que la fuerza física.
 –No, la fuerza física siempre es mejor contra los nazis.

  Manhattan, 1979

·¿El cerebro? Es mi segundo órgano favorito.
   El dormilón, 1973

·–Mis días como católica terminaron cuando cumplí 16 años.
 –Mis días como católica terminaron cuando mamá encontró mi diafragma.
  Alice, 1990

·–Eres el mejor amante que he tenido.
 –Practico un montón cuando estoy solo.
   La última noche de Boris Grushenko, 1975

·  No puedo escuchar tanto Wagner. Me entran ganas de invadir Polonia.
   Misterioso asesinato en Manhattan, 1993

· El cerebro es el más sobrevalorado de los órganos.
  Manhattan, 1979

· -Podría decirse que soy medio santa, medio puta.
  -Espero poder conseguir la mitad mejor.
   La última noche de Boris Grushenko, 1975
· Todas las prostitutas con las que hablo me dicen que es mejor que trabajar de camarera. Trabajar de camarera debe de ser el oficio más jodido del mundo.
Desmontando a Harry, 1997

· Tal vez los poetas tengan razón. Tal vez el amor es la respuesta.
   Hannah y sus hermanas, 1986


Termino esta recopilación con una célebre confesión en la película Manhattan, con Woody tirado en un sofá y dictándole a un magnetofón a modo de desahogo vital para hacerlo llegar a su psicoanalista:


· Por qué vale la pena vivir, esa es una buena pregunta. Hay ciertas cosas… Yo podría decir que Groucho Marx, por nombrar a alguien, y  Jimmy Connors. Y el segundo movimiento de la Sinfonía Júpiter. Y Louis Armstrong y su grabación “Potato heads Blue”. Y algunas películas suecas, claro. “La educación sentimental” de Flauvert. Marlon Brando, Frank Sinatra. Esas increíbles manzanas y peras de Cézanne. Los mariscos de Sang Rouge. El rostro de Tracy…”

Y ahí se detiene a pensar, comienza a sonar la maravillosa música de “Rapsody in blue”, ilustre y genial sinfonía de otro mago neoyorkino, George Gershwin (el resto de las canciones del film, piezas cortas de estilo jazzístico, son también suyas; inaugurándose así la relación totémica del director con este tipo de música que ya no abandonaría en sus posteriores películas), y el protagonista se levanta va hacia un mueble, sacando de un cajón la armónica que su jovencita novia le había regalado, en una melancólica escena que lo dice todo sin palabras.



O lo que le dice el personaje de Diane Keaton en el mismo film:

   ·Conoces a muchos genios. Deberías conocer gente tonta de vez en cuando. Podrías aprender algo.


2.- MAS GENIOS OCTOGENARIOS DEL CINE EN ACTIVO:  CLINT EASTWOOD Y ROMAN POLANSKI.


Pues resulta que no podemos asustarnos porque el gran Woody Allen siga dirigiendo con 81 años, ya que tenemos al menos otros dos octogenarios geniales y muy famosos creadores de cine, que siguen en la brecha al haber superado los 80, como se demuestra con estos dos.


CLINTON “CLINT” EASTWOOD Jr. nació en mayo de 1930, luego ya tiene 86 años y acaba de brindarnos una película de excelente factura (quizá demasiado formal puesto que se basa en un hecho real muy conocido,) “SULLY”, protagonizada por excelentes actores como Tom Hanks, Aaron Eckhart y Laura Linney. La historia que nos narra con eficacia el director es la de un avión que se avería al despegar y su piloto consigue amerizar exitosamente en el Río Hudson en Nueva York; lo cual tiene un gran paralelismo con otra película mucho más interesante en cuanto a sus personajes y trama, ”El vuelo”, de 2007, dirigida por el exitoso director Robert Zemekis y con un buen reparto en el que destacaba con un gran interpretación Denzel Washington (en este caso el piloto consigue un aterrizaje de emergencia exitoso, pero se descubre que era un alcohólico).


Clint es un gran director indudablemente, que ha coleccionado dos veces el doblete del oscar al mejor director y a la mejor película con “Sin perdón (Unforguiven)” (1992) y “Million Dollar Baby” (2004), pudiendo incluso citarse películas que pueden ser mejores pero no obtuvieron tanto galardón, como en mi opinión “Cartas desde Iwo jima” (2006), “Los puentes de Madison” (1995) o “Bird”  (1988) alrededor de la vida de la estrella del jazz Charlie "Bird" Parker (no confundir con “Birdy” una gran e intensa película de Alan Parker  de 1988 donde podemos encontrar una gran interpretación del hoy día descerebrado Nicolas Cage, acompañado de un excelente Mathew Modine, drama alrededor de la locura de un exmarine tras la guerra de Vietnam) o “Cazador blanco, corazón negro” donde encargó al gran director John Huston en sus momentos de cazador en Africa.


Pero nuestro Clint comenzó su carrera como actor de gran éxito, caracterizado por su dureza de rostro, marcando una época como rudo policía (la serie iniciada por “Harry el sucio” en 1971) o áspero presidiario como en la excelente “Fuga de Alcatraz” (1979), actuando para otros directores, si bien desde 1993 ya solo ha actuado prácticamente en cintas dirigidas por él mismo. Como mejor actor solo estuvo nominados dos veces sin éxito, precisamente las mismas en que sí ganó los oscar citados.

Y ahora, con sus 86 años, sigue en la brecha con un nuevo proyecto,  que narrará e secuestro y liberación de Jessica Buchanan, maestra que enseñaba en Nairobi y fue secuestrada por piratas somalíes, sufriendo un duro cautiverio de tres meses, hasta que el presidente Obama encargó a un comando SEAL su liberación. Se trata de nuevo de una historia real y ligada a los conflictos exteriores USA y sus héroes, como sucedió con su gran éxito de 2014  “El francotirador (American Sniper)”.

ROMAN POLANSKI, que cumplió 83 años el pasado agosto, es un caso diferente, pues si bien es director, productor, guionista y actor, añade a ello un excelente trabajo para teatro e incluso ópera, siendo un meticuloso y entregado trabajador cuanto tiene un proyecto entre las manos.

Su durísima infancia en la Polonia ocupada por los nazis sufriendo persecución por su condición de judío, marcaron sin duda su existencia y, como no podía ser menos, su obra maestra por encima de todas es la cruda historia del músico Władysław Szpilman, que sobrevive al Gueto de Varsovia, titulada “El Pianista” de 2001, que además le proporcionó el oscar al mejor actor, lo mismo que a su protagonista Adrien Brody.



Pero sin perjuicio de que su primer largo “El cuchillo en el agua” (de 1962 rodado en al Polonia comunista) sea considerada ya una gran obra, parece indudable que Roman pasará a la historia del cine indudablemente por el oscarizado film de 2001 ya citado,  por “La semilla del diablo (Rosemary's Baby)" (de 1968, un antes y un después en las películas de terror satánico) y por “Chinatown” de 1974, un rotundo éxito de crítica y público, con gran elenco capitaneado por Jack Nicholson, Faye Dunaway y John Huston (participa el propio Polanski en un brevísimo papel de maton que le corta la nariz a Nicholson con una navaja).


Otra obra que goza de gran prestigio es “Tess” (1979) el descubrimiento cinematográfico de Natasha Kinski (hija del histriónico actor alemán Klaus Kinski, con la que el director había tenido ya un idilio cuando ella tenía solo 15 años), si bien a mí personalmente me pareció excesivamente larga y aburrida, como no podía ser menos al basarse en una famosa novela del naturalista pesimista Thomas Hardy. Igualmente se considera una obra gran obra la satírica “El baile de los vampiros” (1967) protagonizada por el propio director y su malograda esposa Sharon Tate. El resto de su filmografía es en todo caso interesante, con altibajos naturalmente.

Sin embargo, sugestiva e intensa como pocas, como tuve ocasión de comprobar al engancharme a la biografía de Christopher Sandford (que llega solo a 2005), la vida de Polanski está marcada por dos hechos desgraciadamente famosos.

El primero, el brutal asesinato de su primera esposa  Sharon Tate, estando embarazada del que iba a ser el primer hijo de la pareja,  por el clan de Charles Manson en 1969. Esto dejó profundamente marcado al director para toda su vida, pues con Sharon había conseguido centrar su existencia tras años de locura, juerga e intensa actividad sexual (siempre fuera del trabajo, donde siempre fue un obseso de la perfección y el tiempo no importaba para lograr el objetivo deseado de perfección), haciéndole volver al pasado en cuanto al encuentro con una violencia absurda, que ya le tocó vivir de niño en la época de la ocupación nazi de su país de nacimiento.



Y el segundo fue su oscuro affaire con una niña de 14 años, sucedido en Los Angeles en 1977 (en la casa de Jack Nicholson), que dio lugar  a uno de esos famosos episodios mediáticos tan en boga en Estados Unidos, con un estrambótico proceso judicial (el director reconoció su gusto por las menores como algo natural y no reprobable, pero alegó que aquella niña era madura y ya había tenido experiencias, así como que no hubo violación; siendo contraria la versión de la niña y su madre, acusando al director de abuso de superioridad, uso de drogas e incluso violación anal), en el que finalmente se llegó solamente a una acusación de abuso a una menor, un cargo de menor peso (a petición expresa de la familia de la niña para evitar las repercusiones públicas del proceso), pero que dejaba el posible veredicto en manos del juez (un controvertido Lauren J. Rittenbad), el cual a su vez se volvió en protagonista y tras tener a Polanski encerrado durante 40 días para una evaluación psiquiátrica, se cabreó al darle permiso para ir a Europa por un tema de trabajo y, sin embargo, verle de juerga fotografiado en la famosa fiesta alemana de la cerveza, rodeado de dos mujeres (como si ir a reparar una película le obligase al director a encerrarse de noche en un convento) y ante la especulación sobre una posible condena dura a bastante tiempo de cárcel, Roman, que había regresado a USA para la parte final del proceso, decidió escaparse a toda prisa y fijar su residencia en Francia, aprovechando la inmensa suerte de que en un momento dado había escogido la nacionalidad francesa (pese a que su residencia más habitual y querida era Londres) y el tratado de extradición limitaba muchísimo las posibilidades para un ciudadano francés, que además no había sido acusado de violación sino de abuso solamente. Por tal motivo, Polanski ha salido muy poco de Francia ya que no puede pisar ningún país con un tratado de extradición más duro, como Inglaterra. De hecho, no fue a recoger su Oscar de 2001, que le fue entregado en París por Harrison Ford.

Este episodio de la vida de Polanski ha hecho correr ríos de tinta y ha dado lugar además a algún film documental muy interesante, como  “Roman Polanski. Wanted and Desired” de la cadena HBO  de 2008.



Pues bien, nuestro controvertido polaco no para y tras un pequeño descanso cinematográfico al finalziar “La venus de las pieles”  de 2013 (se basa en una famosa obra de teatro del escritor austriaco Leopold von Sacher-Masoch, cuyos  apellidos son el origen de la palabra sado-masoquismo, que es precisamente de lo que va la obra), está preparando una película que posiblemente se llame “Based on a true history”, según la novela del mismo nombre de Delphine de Vigan, en cuyo guion colabora un exitoso joven director francés, Olivier Assayas, y que protagonizaran la esposa del director  Emmanuelle Seigner y Eva Green (hoy día en el candelero gracias a la nueva película del extravagante y fantasioso Tim Burton, ”El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares”).

En fin, aunque siga yo pensando que es bueno retirarse a tiempo, eso igual no sirve para los genios del cine o del arte en general.

3.- UN MONSTRUO VIENE A VERNOS: JUAN ANTONIO BAYONA.

Juan Antonio Bayona (barcelonés nacido en 1975, de origen humilde, formado en la Escuela Superior de Cinematografía catalana, que tuvo la suerte de conocer muy joven, en el Festival de Sitges, al destacado e internacional director Guillermo del Toro, que se convirtió en su mentor)  es todo un fenómeno cinematográfico, no hay duda alguna, habiendo sabido ganarse un puesto en la élite internacional (buena muestra es que dirigirá “Jurassic World 2”, producida por Spielberg).


Estaba claro que hay ciertas similitudes con el gran Ridley Scott, pues ambos comenzaron con la grabación de videos (en el caso de éste sobre todo publicitarios y en el caso del español musicales para conocidos grupos y cantantes españoles, como OBK), aprovechando esa gran experiencia y profesionalidad para dar el salto al cine en un momento dado, comenzando una carrera de éxito imparable.

Y así Bayona triunfó con el primer largo “El orfanato” (2007), producción que pudo culminar gracias a la ayuda del citado Del Toro y que fue un exitazo de público, crítica y taquilla (sin olvidar a ovación de diez minutos en Cannes tras su proyección), seguido de numerosos galardones en los Goya de 2008.

Este triunfo consigue abrirle las puertas del mundo y logra trabajar desde 2010 en “Lo imposible” que aunque es producción española, tiene asegurado un gran presupuesto y su distribución internacional, contando como toda gran superproducción que se precie con dos grandes estrellas al frente: Ewan McGregor y Naomi Watts. El estreno en 2012 de esta obra de catástrofe y salvación, basada en una historia real de españoles afectados por el desgraciado tsunami  de Tailandia en 2004, recibió iguales o mayores parabienes que la primera.





Así, tras una interesante experiencia dirigiendo los dos primeros capítulos de una serie de televisión, alrededor de famosos personajes de la literatura fantástica y una trama de misetrio, “Penny Dreadfull”, acometió su tercer largometraje, de nuevo una producción totalmente española pero con clara proyección internacional, la recientemente estrenada “UN MONSTRUO VIENE A VERME (A MONSTER CALLS)”, de nuevo un gran proyecto con éxito asegurado, cuyo guion es escrito por el autor de la novela en que se basa, Patrik Ness, y con actores de primera línea como la veterana y siempre excelente Sigourney Weaver (recuérdese la saga “Alien” y muchísimas más), como la actriz de moda Felicity Jones (destacó mucho en 2014 con el biopic de Stephen Hawkins y ahora mismo tenía en cartel “Inferno” junto a Tom Hanks; aparte de estar en la nueva película de la saga “Star Wars”) y Liam Neeson (aunque es el monstruo, luego solo podemos reconocer su voz); si bien no podemos dejar de citar al niño protagonista, un excepcional debutante Lewis MacDougall. Según la crítica esta película cerraría una trilogía del director sobre las relaciones madre-hijo, pero el propio director ha dicho que no fue algo planificado, sino que salió así de forma casual.



Pues bien, yo no había visto las dos primeras películas, pues no tengo interés alguno por ese tipo de cine (ni terror ni catástrofes) y pesar de que lo del monstruo me podía parecer poco de mi agrado, me decidí a verla intuyendo que había algo más y no me equivoqué, disfruté mucho de la película y derramé mis lágrimas al final (que no por esperado deja de emocionarte), entendiendo que además el monstruo (amén de las historias que cuenta con dibujos animados) es pieza clave, pues de otro modo estaríamos ante una película más, dado que ese papel podría sustituirse por un sicólogo o un educador o un abuelo. Creo que el conjunto es estupendo y me alegro mucho por el director y todos los esforzados intervinientes en la producción. Lo que ya no me gusta tanto es el próximo proyecto del director ya citado, pues la anterior “Jurassic World” me pareció patética, pero hay que entender que para Bayona será sin duda una experiencia única y le asegurará un gran futuro.

La verdad es que tenemos unos grandes creadores que están esperando su oportunidad y no es fácil, debiendo sufrir altibajos, como Santiago Zannou, un madrileño nacido en 1977 que ya había dirigido dos películas interesantes como “El truco del manco” (2008, a la mayor gloria del tullido rapero madrileño El Langui) y “Alacrán enamorado” (2013), pero que debe refugiarse en los anuncios de televisión en época de vacas flacas, siendo el exitoso director del Anuncio de la Lotería de Navidad 2016, rodado con gran secreto entre Tazones, Villaviciosa y Lastres, trabajo en el que intervino como ayudante de dirección el gijonés Rodrigo Molleda (que se va labrando poco a poco una sólida carrera, siendo  también habitual colaborador del realizador ovetense del que he hablado varias veces en estas páginas, Gerardo Herrero Pereda, hijo del fiscal jefe de Asturias, desgraciadamente fallecido hace pocos años). Por cierto, Zannou ya había dirigido el mismo anuncio de 2014, muy recordado, el del “Bar Antonio”).


¡Esto es todo por ahora amigos cinéfilos!

Noviembre 2016.

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