Cine Bélico
I. INTRODUCCION OBLIGADA.
1.- “BLADE RUNNER 2049”, ¿segundas partes nunca fueron…?
Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir. (Palabras finales del androide Roy, interpretado por Rutger Hauer, en la primera película, que se dicen fueron improvisadas.)
Uno de los mitos cinematográficos de nuestro tiempo fue la original “BLADE RUNNER” dirigida por Ridley Scott en 1982 y han tenido que pasar nada menos que ¡35 años! para su esperadísima continuación (el final de la primera quedaba sin duda abierto), que ahora es “BLADE RUNNER 2049” (en la primera la previsión de un futuro muy transformado era en el año 2019 y se les quedó evidentemente corto, pues los cambios tecnológicos del film no han llegado aún) con tres evidentes puntos de conexión: Sigue estando basada en la misma novela, es protagonizada por Harrison Ford y , aunque no dirigida, es producida por Scott. Las comparaciones quizás sean odiosas, por la enorme expectación un gran éxito en taquilla era inevitable, pero el resultado quizá no podía dejar de desmerecer para los que tanto valoramos la primera película.
Sobre esta, la de 1982, se podría escribir hasta el desmayo, pero comenzaré con un pequeño comentario personal, dado que al volver a verla ahora (incluso se reestrenó en los cines la versión “definitiva” o personal del director, pues ha habido varias) nos puede quedar una cierta sensación de envejecimiento, sobre todo por su lentitud, dado que el cine futurista ha mejorado muchísimo en cuanto a efectos especiales y en cuanto a ritmo de la narración (incluso quizá en exceso por la moda de las películas-comic).
Nadie desconoce ya que la película adapta una novela futurista de 1968 de curioso título “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” de Philip H. Dik, a que fue muy difícil convencer para que dejase adaptarla al cine, lo que consiguió el guionista final (pero no único) Hampton Fancher, ex actor y marido fugaz de Sue Lyon (protagonista de la película “LOLITA”). Sin embargo el título viene exactamente de otra novela un tanto loca de 1974 escrita por Alan E. Nourse (trata de un contrabandista de material quirúrgico en un futuro deteriorado, lo que permite pensar que el título hace referencia a instrumentos quirúrgicos cortantes), que tuvo incluso una especie de guion adaptado del famoso escritor de la llamada “generación beat”, William S. Burroughs. Pero resulta que a Scott le gustó ese nombre para su película (lo usa tanto para el título como para el nombre de los policías cazadores de andriodes) y simplemente compró eso, no los derechos de la novela.
Además, las vicisitudes del rodaje fueron enormes, desde la elección del protagonista (Harrison Ford fue contratado a regañadientes del director y la relación entre ellos fue mala siempre; de hecho, el actor no pone esta película entre su favoritas), a las idas y venidas del director, que fue sustituido a mitad del rodaje (dentro de un caos total y un desmadre de gastos), recuperando luego el mando y la creatividad.
Sin embargo, el conjunto final es admirable, incluyendo por supuesto los efectos especiales de Douglas Trumbull y la famosa música del griego Vangelis. Y resulta chocante que la crítica y el público estadounidense le dieron la espalda totalmente al film, sucediendo lo contrario en Europa, donde a base de artículos, libros, imitación, etc, se generó una mitomanía imparable que se extendió a todo el planeta.
Y de la segunda parte ¿qué puedo decir? Una gran superproducción, lanzada publicitariamente con grandísimos medios; Ridley Scott en el equipo; un buen director el canadiense Denis Villeneuve (sus dos trabajos anteriores son excelentes: “SICARIO” y “LA LLEGADA”, esta segunda de ciencia ficción), de nuevo la misma novela y de nuevo Hampton Fancher en el equipo de guionistas, música de un compositor de prestigio ya oscarizado Hans Zimmer, dos superestrellas al frente, Ryan Goslin (siempre hierático para el que esto escribe) y Harrison Ford (reinterpretando al mismo personaje de la primera), sin olvidar a nuestra Ana de Armas que está asentada en el cine USA; críticas buenas y gran expectación… Pues estaba claro que el exitazo de público era lo que tocaba. Pero, como se puede opinar, muchos comentarios van de que la duración es excesiva, que hay cierta incoherencia y que pasan pocas cosas. Pero sin duda va a pertenecer a la mitomanía del cine junto con la predecesora.
2.- ¿QUIZÁ LA MEJOR PELÍCULA DEL AÑO?
“UN HOMBRE LLAMADO OVE” es una película Sueca de 2015, que no se estrenó en España hasta este año, tras ser lanzada a los premios oscar en la categoría de películas de habla no inglesa, donde no resultó ganadora. Es una mezcla de drama y comedia que está muy bien narrada e interpretada, contando una historia real y emotiva con absoluta sencillez y eficacia, con buenos destellos de humor y melancolía; absolutamente recomendable para el que esto escribe.
II. LA BUENA SALUD DEL
CINE ESPAÑOL ¿Y LA TAQUILLA?
Las noticias eran preocupantes pues se nos decía que en el primer trimestre 2017 hubo una caída de taquilla 5%; pero la cosa ha mejorado.
En agosto se informaba, por ejemplo, que a lo largo de 2017 ya se habían estrenado 97 películas españolas, que en total acumulan 5.693.827 espectadores y una recaudación de algo más de 35 millones de euros (35.056.974).
Y que 8 películas habían superado el millón de recaudación:
“ES POR TU BIEN” (9.533.370 €), “SEÑOR, DAME PACIENCIA” (4.835.860 €), Contratiempo” (3.661.397 €), “EL GUARDIÁN INVISIBLE” (3.603.891 €), “EL BAR” (2.879.787 €), “LO QUE DE VERDAD IMPORTA” (2.715.066 €), “PLAN DE FUGA” (1.112.593 €), y “LOS DEL TUNEL” (1.092.733 €). Y que sólo la primera citada había superado el millón de espectadores (1.551.498).
Y ya a finales de septiembre podíamos leer:
ESPECTADORES. Más de 10,1 millones de espectadores han ido a ver una película española en 2017, lo que supone un incremento del 5% con respecto al mismo periodo del año pasado.
PELÍCULAS MÁS VISTAS. 3 cintas españolas lograron más del millón de espectadores: “TADEO JONES 2”, con casi dos millones y medio de entradas vendidas, “ES POR TU BIEN” que acumula millón y medio y “SEÑOR, DAME PACIENCIA” con poco más de un millón.
RECAUDACIÓN. Ya se acumulaban más de 60,4 millones de euros, el 3% más que lo que había recaudado en 2016 por estas fechas (57 millones de euros).
100 MILLONES. Con los estrenos del último trimestre (entre ellos “EL SECRETO DE MARROWBONE” o “PERFECTOS DESCONOCIDOS”) se apuntaba a alcanzar los 100 millones, como en los últimos años.
CUOTA DE TAQUILLA, se situaba en el 14%.
PRODUCCIONES. En cuanto a los rodajes, había habido un ligero descenso del 5% respecto al año pasado (135 por 142 pelis).
PRESUPUESTO. Pero las películas españolas cuentan con mayores presupuestos. De media 1,7 millones de euros, una cifra que todavía queda lejos de la media de 2010 (que estaba en torno a los 3 millones).
Y, ojo, que ahora mismo triunfa en los cines la comedia “TOC TOC” (con un plantel de actores super populares) que es la adaptación de una exitosa obra de teatro (que sin duda es mucho mejor que la película, pues es difícil sacar este tipo de obras de sus límites escénicos, donde todo se desarrolla a la perfección).
La fórmula parece fácil, por tanto: O para todos los públicos o comedias con actores de tirón o acción a la española o comedias facilonas.
Por eso solo deseo hacer una breve y seguramente injusta lista de películas que sin duda se merecían algo más en taquilla:
“MIMOSAS” de Oliver Laxe un western moderno que triunfó en Cannes.
“VERANO 1993” de Carla Simon, una debutante y su joya intimista.
“INCIERTA GLORIA” de Agustí Villaronga, basada en la que dicen es la mejor novela sobre nuestra guerra civil.
“NO SE DECIR ADIÓS” de Lino Escalera, un dramón sobre la pérdida de un ser querido con dos grandísimos actores.
“LA MANO INVISIBLE” de David Macián, diminuta autoproducción sorbe la precariedad laboral (sí, llevándole la contraria al clásico economista Adam Smith y con una escenografía tipo “DOGVILLE”).
“JULIA IST” de Elena Martín, naturalidad y solidez de la que es a la vez protagonista y directora.
“ABRACADABRA” de Pablo Berger, un atrevido que siempre sorprende.
Bueno, alguna de estas seguro que no las hemos visto pasar por nuestros cines asturianos, una pena.
III. ESPECIAL CINE DE GUERRA.
A veces me pregunto si he cambiado tanto. Si mi mujer me reconocerá cuando sea que vuelva a su lado, y si seré capaz de hablarle de días como el de hoy. Ryan... no sé nada sobre Ryan ni me importa. Ese tipo no significa nada para mí, es sólo un nombre... pero si vamos a Ramelle, y le encontramos y vuelve a casa, y con eso me gano el derecho de volver junto a mi mujer, entonces... ésa es mi misión. ¿Quiere irse a combatir? De acuerdo, no lo detendré. Yo lo único que sé es que cada vez que mato me siento más lejos de casa. (”Salvar al Soldado Ryan”, 1998)
El estreno de la gran película que se comenta en segundo lugar, “DUNKERKE” (uno de los bombazos cinematográficos del año, junto con la excelente y realmente dura “DETROIT” de la que posiblemente haya que hablar con los próximos oscar, aunque ha sido estrenada con mucha antelación) es lo que ha dado lugar a esta rememoración (incluidos los excelentes colaboradores) de grandes películas del cine bélico; además en el anterior número había quedado sin espacio una parte del artículo, que ahora viene como anillo al dedo.
1.- EL CINE DE GUERRA Y MEL GIBSON.
Este australiano es todo un personaje y podríamos criticarlo desde muchos puntos de vista (es polémico por homofonía, antisemitismo, abuso del alcohol…; entrando incluso en contradicción con su conservadurismo, pues después de un matrimonio a la antigua usanza con nada menos que siete hijos, vino el divorcio más caro de la historia de la meca del cine), pero no cabe duda es una gran estrella como actor que, de modo indudable, se ha labrado una gran carrera tras las cámaras, ya desde su debut con “EL HOMBRE SIN ROSTRO” (un film que huye de los espectacular y es estupendo) y que se consagró con el drama épico escocés “BRAVEHEART” que triunfó en los oscar del año 1995.
Y en los de este año volvió a ser candidato a mejor película y mejor dirección por “HASTA EL ULTIMO HOMBRE” (menuda manía la de cambiar los nombres originales, pues la peli se llama “Hacksaw Ridge”, que es el título del libro en que se basa y refleja a la perfección donde se desarrolla el drama), pero la cinta solo logró dos oscar de los llamados menores pero que si duda no lo son (mejor montaje y mejor sonido).
La historia es la real de un soldado, Desmond Doss, que fue el primer objetor de conciencia en la segunda guerra mundial, pero quiso ir a la guerra de parasanitario y tras pasarlas canutas en la fase de formación, acabó actuando en Okinawa (en las batallas finales de acercamiento a Japón, en la parte más cruenta de la guerra en el Pacífico, donde además se calcula ha habido el mayor número de muertos en tales combate --más de 250 mil--, por la tenaz resistencia de los japoneses, que no contemplaban más que luchar hasta morir). El protagonista acabó recibiendo la Medalla de Honor de manos del Presidente Truman al salvar a más de 75 compañeros, con total desprecio de su propia integridad física (acabó con lesiones que le marcaron para el resto de su vida), pues cuando ya nadie lo esperaba, fue buscando a los soldados heridos en lo alto de un acantilado vertical de más de 120 metros (al que primero accedieron por una enorme red, de ahí el título original de la película), burlando las balas japonesas y bajando a los heridos ayudándose de cuerdas, con la total sorpresa de los que estaban abajo.
La película tiene un ritmo extraordinario, con escenas bélicas efectistas y crudas; y el plantel de actores está muy bien, siendo Andrew Garfield quien da vida al héroe (fue nominado al oscar al mejor actor), destacando asimismo Sam Worthington y un gran número de secundarios con la profesionalidad habitual en el cine USA.
Pero Mel Gibson ya tenía experiencia en este tipo de cine, pues años atrás había protagonizada otra cinta memorable “CUANDO ERAMOS SOLDADOS”, que merece la pena recordar pues el héroe militar que la protagoniza Hal Moore falleció este mismo año.
La película la dirige Randal Walace (guionista sobre todo, que es el autor del guion que ganó el oscar en el citado éxito sobre el héroe nacional escocés de 1995) y los actores que secundan al australiano son de primera: Madeleine Stowe, Greg Kinnear, San Elliot, Barry Pepper o John Ham (luego famoso por la serie tv “Mad men”).
El episodio bélico que relata es de los más famosos de la nefasta guerra de Vietnam, en concreto una de las primeras batallas, la conocida como de Drang, donde los norteamericanos se encontraron, sin esperarlo, rodeados de una fuerza cuatro veces superior en número, pero consiguieron esquivar la masacre gracias a la disciplina y capacidad de liderazgo de su coronel jefe y el certero apoyo aéreo que recibieron, dirigido con precisión por nuestro héroe, el único ente todos que creía que se podía salir del llamado “Valle de la muerte”. La película, como el libro en que se basa (coescrito con el periodista Jacob Galloway que acompañaba a las tropas), es muy fiel a los hechos y no evita críticas. Los norteamericanos no pudieron considerar un éxito la batalla, pues debieron abandonar su posición (de hecho fue una premonición de lo que acabarían sucediendo al final de la guerra), pero el número de bajas en comparación con las del vietcong resultó casi increíble. En todo caso, fue una batalle que marcó historia en cuanto a las tácticas y el uso efectivo de la fuerza aerotransportada.
Hal Moore ha sido un personaje legendario en el ejército USA, pues tras superar grandes barreras en la academia militar dado su origen humilde, acabó demostrando una capacidad de mando y una efectividad inusitadas, pero siempre partiendo de un ejercicio de liderazgo en primera línea, con su pequeño subfusil bajo el brazo, con lo cual sus hombres le idolatraban y le obedecían ciegamente, con la máxima entrega y confiando en sus posibilidades («Siempre hay alguna cosa más que puedes hacer para aumentar tus probabilidades de éxito» era uno de los lemas Moore). Resulta además curioso su paralelismo con famoso General Custer del Séptimo de Caballería, pues era la unidad que el mismo dirigía en Vietnam; de hecho, sus hombres le llamaban “pelo amarillo” tanto por el color de su pelo como en homenaje al legendario General masacrado por los indios en Little Big Horn. Hal Moore siguió con una exitosísima carrera militar, llegando a ser Teniente General y consiguiendo muchísimas condecoraciones, entre ellas la especialísima y escasa “Cruz de servicios distinguidos”. Mel Gibson mantuvo una gran amistad con el General hasta su muerte y acabo siendo nombrado coronel honorario del regimiento de caballería.
Con motivo del fallecimiento del general el pasado febrero, el diario El Comercio publicó un artículo maravilloso (“Muere el gran héroe americano”) que se puede localizar en la red y que nadie debe perderse si le interesa el tema.
2.- “DUNKERKE”.
Este episodio histórico del comienzo de la Segunda Guerra Mundial (donde 400 mil soldados ingleses y franceses, derrotados por Alemania, esperaban en las playas de esa localidad francesa a ser evacuados hasta Inglaterra) ya fue objeto de otras películas, pese a que resultaba raro que se filmase una derrota. A esto se le dio realmente la vuelta, pues como bien explicita el actual film, los soldados fueron recibidos como verdaderos héroes a los que se necesitaba para el futuro, pues la guerra no se daba por perdida.
Y ahora nos encontramos con una película más que sobresaliente, lográndose un conjunto realmente espectacular (con las historias cruzadas, narrándolas en paralelo e intercalándolas, acompañado de un elenco de actores enorme, variado y de gran nivel), que nos tiene en vilo sus más de 105 minutos de duración pese a que creemos realmente saber todo que sucedió en la llamada “operación Dinamo” o “el milagro de Dunkerke”.
El mérito le corresponde a un gran director, cuya filmografía es espectacular, el inglés Christopher Nolan, que sorprendió ya con su primer film “FOLLOWING”, con una complicada historia escrita por él mismo. Que triunfa en su segundo largo, “MEMENTO”, basado en una narración de adaptando un cuento de su hermano Jonathan interesante historia sobre un hombre, interpretado por Guy Pearce, Leonard, que sufrió un trauma cerebral que le causó amnesia anterógrada y es incapaz de almacenar nuevos recuerdos, pero posee memoria sensorial y recuerda cómo realizar las acciones cotidianas). Luego, tras dirigir un thriller extraño como es “INSOMNIA” con Al Pacino y Robin Williams, pasa a dirigir tres enérgicos “BATMAN” que son considerados de los mejor de la saga. Y se despacha además con otros grandes films de gran porte, singulares, fuertes, con estilo propio, algunos ligados a la ciencia ficción, como: “EL TRUCO FINAL (EL PRESTIGIO)” (magos enfrentados con sorpresas del ramo), “ORIGEN” (“INCEPTION” en inglés, que no es lo mismo, con una complicada historia alrededor del mundo de los sueños y de la posibilidades de entrar en la mente humana para dominar a la persona a través de ellos) o “INTERSTELLAR” (uno de los mejores film sobre el espacio exterior donde también se juega con el tiempo y las posibilidades de movernos en él.
Pues este gran autor no podía hacer algo normal y corriente, así que se reinventó a sí mismo, forjando una película sería y perfectamente estructurada, basada en historias reales o casi reales (sin perjuicio de que pueda haber alguna licencia en el guion en aras de la efectividad, lo cual no es criticable, pues para eso es cine), siendo lo más interesante para los cinéfilos intentar averiguar cuáles fueron las fuentes de inspiración, por un lado cinco grandes libros (ficción e historia) y a la documentación exhaustiva de las vivencias de los personajes reales y, por otro, en cuanto a una serie de películas que le sirvieron de modelo, que son las que paso a referir seguidamente (las explicaciones son del propio cineasta y a veces puede costas verlas en su película, pero en su mayoría es sin duda un buen recorrido por grandes citas del cine):
“AVARICIA “ de Erich von Stroheim (1924)
Una de las películas más emblemáticas del icónico director alemán y actor (recuérdesele como criado en “ELCREPUSCULO DE LOS DIOSES”), destacado en las primeras décadas del cine, película que Nolan considera “una épica muda” y que merece ser uno de los faros más importantes de cualquier cineasta.
“AMANECER” de F. W. Murnau (1927)
Similar al anterior, obra maestra indudable. Según Nolan, este dramático romance de Murnau le ayudó a “explorar las posibilidades de la narración puramente visual”.
“SIN NOVEDAD EN EL FRENTE” de Lewis Milestone (1930).
Un clásico de la Primera Guerra Mundial. “La guerra deshumaniza, esta fue la película que lo dijo primero y mejor. Al volver a ver esta obra maestra es muy difícil no admitir que la intensidad y el horror nunca han estado mejor representados. Para mí, demuestra el poder de resistencia ante la convención de encontrar significado y lógica a nuestro destino individual”, afirma Nolan.
“ENVIADO ESPECIAL “ de Alfred Hitchcock (1940).
“Ningún repaso al suspense cinematográfico y la narración visual estaría completo sin Hitchcock. Su virtuosismo técnico en Enviado especial al mostrar el hundimiento de un avión en el mar ha inspirado mucho de lo que intentamos en Dunkerque”.
“EL SALARIO DEL MIEDO” de Henri-Georges Clouzot (1953).
“Un clásico establecido en la creación de tensión”.
“LA BATALLA DE ARGEL “ de Gillo Pontecorvo (1966).
“Una historia atemporal y conmovedora que fuerza la empatía hacia sus personajes de la manera menos teatral posible. Nos preocupa la gente de esta película simplemente porque estamos del todo inmerso en su realidad”.
“LA HIJA DE RYAN” de David Lean (1970).
“Playas barridas por el viento y olas que rompen en la orilla… La relación entre espectáculo geográfico, narración e impulso temático en este romance de David Lean fue extraordinariamente inspiradora para mí. Cine puro”.
“ALIEN” de Ridley Scott (1979).
Al igual que El salario del miedo, “un clásico absoluto a la hora de crear tensión”.
“CARROS DE FUEGO “ de Hugh Hudson (1980).
“El esplendor visual, las historias entrelazadas y el agresivo anacronismo de la música combinados para crear una obra maestra de finura británica, cuya popularidad rápidamente hizo que se pasara por alto la naturaleza radical que tenía”.
“SPEED “ de Jan de Bont (1994).
¿Qué buscó Nolan en la película de acción sobre ruedas protagonizada por Keanu Reeves y Sandra Bullock? Esta es una película posiblemente infravalorada por la crítica, pero un gran ejemplo de cine de acción, con el llamado “ritmo de relojería” que engancha al espectador.
“IMPARABLE” de Tony Scott (2010).
“Explora los mecanismos del suspense y los usa para modular la respuesta del público a la historia”, comenta Nolan de la que fue la última película de Tony Scott (hermano de Ridley y por desgracia fallecido demasiado joven, pues sobre todo como productor era sensacional).
En suma, el film es un monumento cinematográfico para no perdérselo, pues no es siquiera una película bélica al uso (es una obra singular, como la que será objeto de comentario especial “SENDEROS DE GLORIA”).
3.- “MATADERO CINCO” Y KURT VONNENGUT.
Esta interesante película de película data de 1972, fue dirigida por el gran director George Roy Hill (ya había sido nominado por la mítica “DOS HOMBRES Y UN DESTINO” y oscarizado por la genial “EL GOLPE”, ambas protagonizadas por Paul Newman y Robert Redford) y es destacable por muchas cosas.
La primera podría ser, sin duda, los encantadores desnudos de una hermosísima Valerie Perrine, en su papel de ingenua artista de striptease; actriz que empezó como vedette en Las Vegas y fue la primera en enseñar abiertamente sus pechos en la televisión USA en 1973; la cual llegó a estar nominada al oscar por otro papel de bailarina erótica en “LENNY”, la espléndida biografía del polémico cómico Lenny Bruce (perseguido muchas veces por la justicia norteamericana por su uso de la obscenidad y la blasfemia) dirigida en 1974 por Bob Fosse e interpretada además por Dustin Hoffman.
La segunda razón sería el tratamiento de un tema muy polémico de la Segunda Guerra Mundial, como fue el Bombardeo de Dresde (la hermosa ciudad llamada la Florencia del Elba, que fue reducida prácticamente a escombros en una sucesión de cuatro bombardeos seguidos, llevados cabo por los aviones USA y de la RAF, utilizando la llamada “tormenta de fuego”), sucedido apenas doce semanas antes del fin de la guerra, sin que a día hoy haya finalizado la polémica sobre si fue realmente una represalia excesiva equiparable a un crimen de guerra, porque el número de víctimas civiles fue enorme (parece que ya no hay dudas en que no fueron tantos como se dijo al principio, entre 25/35.000, muy alejados de los de Tokio -100.000- o Hamburgo -50.000) y la ciudad no podía considerarse un objetivo militar en aquellos momentos (esto era algo repetido sin cesar, como refleja la película, por los propios alemanes y sus prisioneros aliados en la ciudad), aunque los nazis había establecido una línea de seguridad de cada al frente oriental a lo largo del río Elba.
La tercera es que se trata de la adaptación de la considerada como una de las mejores novelas de los año 60 en USA (del mismo título, “MATADERO CINCO”, aunque tiene un segundo título que es “LA CRUZADA DE LOS NIÑOS”, como una referencia histórica a la venta de 20000 mil niños como esclavos para una de las cruzadas medievales, pues el autor compara a los soldados con los infantes, dado su corte edad sobre todo al final de la guerra). Se trata de una novela autobiográfica, pues el autor Kurt Vonnegut formó parte con 22 años de una avanzadilla de la 106 División de Infantería USA, durante la batalla de las Ardenas, quedó aislado de su batallón y vagó solitario tras las líneas enemigas durante varios días hasta que fue capturado por tropas alemanas en diciembre de 1944. Como prisionero de guerra, vivió en primera persona las consecuencias del bombardeo de Dresde (entre 13 y el 15 de febrero de 1945 y fue uno de los siete prisioneros de guerra estadounidenses que logaron sobrevivir, en un sótano destinado a empaquetar carne, llamado Matadero Cinco. "Una destrucción completa," recordaría más tarde. "Una matanza inconcebible." Los nazis lo pusieron a trabajar apilando cuerpos para enterrarlos en fosas comunes pero, según explica, "había demasiados cuerpos que enterrar, así que los nazis prefirieron enviar a unos tipos con lanzallamas. Todos esos restos de víctimas civiles fueron reducidos a cenizas." Esta terrible experiencia constituye la base de su citada obra, la más conocida, y aparece como tema recurrente en otros libros suyos. Fue liberado por tropas soviéticas en mayo de 1945 y tras regresar a los Estados Unidos, fue recompensado con un "Corazón Púrpura" por lo que él denominó "una herida absurda e insignificante".
Pero la novela no se queda en la rememoración de esta historia, sino que trasciende al tema de la ciencia ficción, pues su protagonista Billy Pilgrim (el alter ego del autor) y la guapa chica de los estriptis son raptados por unos extraterrestres que les hacen vivir juntos como en un zoo; en la película y la novela se van mezclando la historia de la guerra, la vida de Pilgrim como empresario exitoso a su vuelta y su vida en la especie de zoológico donde los tralfamadorianos (una raza superior para la que el pasado, presente y futuro están siempre unidos -como sucede en novela y película-, como un libro que se abre en una página cualquiera, que también han tenido guerras pero le dicen que lo mejor es no pensar en ellas) le han confinado con su nueva compañera (como la pareja acaba intimando, les acaban pidiendo a sus captores que apaguen de vez en cuando la luz para poder tener intimidad…).
Vonnegut, una gran referencia cultural y un activista destacado en USA, se constituyó en uno de los críticos más feroces de la sociedad contemporánea (como por ejemplo del presidente G.W. Bush), aludiendo a la guerra, la destrucción del medio ambiente y la deshumanización, expresándose a través de la ciencia ficción, mezclándola con un humor ácido e hilarante. Sus personajes, parte importante de su universo narrativo, salen en distintas novelas, entre las cuales se puede destacar “El desayuno de los campeones”, una novela loca que parece una especie de sucesión interminable de muñecas rusas, mostrando un universo original e inclasificable, tremenda farsa sobre los mecanismos de la creación y la aventura de la aventura de la vida, que los críticos han comparado con Lewis Carrol, donde el personaje favorito del autor, un ingenio y sabio Kilgore Trout sería “la nueva Alicia en la América de las Maravillas”.
Vonnengut no solo es novelista, sino un pensador de prestigio y una reconocida referencia cultural en USA, con una imprescindible biografía “Un hombre sin patria” de 2005. Y precisamente por ello, en el nº 10 de los Cuadernos Jovellanistas, editados por la Fundación Foro Jovellanos de Asturias, podemos encontrar un gran artículo[1] escrito por Jaime García Iglesias desde la Universidad de Nottinghan, hoy en Manchester, donde hace unas reflexiones interesantísimas sobre los horrores de la guerra y la esperanza de alcanzar su fin, comparando los textos de tres pensadores universales, como Gaspar Melchor de Jovellanos, Jonathan Swift (clérigo que no huía de la polémica y autor de la inmortal, espectacular sátira sobre la naturaleza humana “Los viajes de Gulliver”, que por desgracia se simplifica muchas veces para el público infantil, dándole énfasis a sus dos primeras partes, del país de los enanos y de los gigantes, haciendo que se olvide todo el conjunto y su enorme carga crítica de la sociedad de su tiempo y hasta diríamos intemporal) y el propio Vonnegut.
Es sin duda una gran película, que nos deja un regusto amargo como todas las bélicas que no tratan tan solo de arrastrarnos por la heroicidad, pero tiene múltiples virtudes a destacar y por eso triunfó en el Festival de Cannes en 1972.
4.- “UNO ROJO, DIVISION DE CHOQUE”.
Sobrevivir es la única gloria en la guerra. Samuel Fuller.
Algún crítico la ha calificado como “la madre de todas las películas de guerra”, igual no es para tanto, pero tiene enormes méritos y uno de ellos es haber sido escrita por un controvertido genio del cine USA, Samuel Fuller (director, guionista, novelista, actor, periodista…) que luchó toda su vida por la independencia y la creatividad, comenzando precisamente su carreta como realizador gracias a su propias experiencias en la segunda guerra mundial: Estuvo en infantería y participó en los desembarcos de Africa, Sicilia y Normandía, pasando luego a Bélgica y Checoslovaquia. En 1945 participó en la liberación del campo de concentración de Sokolov/Falkenau, que en realidad era un campo secundario del de Flossenbürg, que no era de exterminio sino de trabajo (ligado principalmente a una cantera de granito) y de cuya población de unos 100.000 hombres murieron al menos 30.000, entre ellos 14 republicanos españoles; allí Fuller firmó un famoso documental en 16mm que ha sido seleccionados para los archivos nacionales USA. Por sus acciones bélicas recibió la estrella de bronce, la estrella de plata y el corazón púrpura.
Pero su carrera cinematográfica no fue fácil, pues no se plegaba fácilmente a las exigencias de los estudios. Como curiosidad tenemos que dirigió en 1957 “YUMA”, western donde podemos ver a nuestra Sara Montiel al lado de Rod Steiger o Charles Bronson haciendo de indio.
Su carrera no fue fácil nunca pero en 1980 consiguió filmar la ahora comentada (con buena crítica pero malos resultados en taquilla) y en 1982 quizá su obra más personal y tremendamente polémica “WHITE DOG” (trata de un perro que es atropellado y su rescatadora acaba descubriendo que es un verdadero “perro blanco”, adiestrado para perseguir personas de raza negra) que los estudios no quisieron difundir (no lo hicieron sino hasta diez años después) lo que hizo que emigrara a Francia. Pasó a ser considerado un director de culto y así ha aparecido como actor en películas de Jean-Luc Godard, Wim Wenders o Dennis Hopper.
La película de 1980 es realmente interesante (lógicamente, podemos notar el paso del tiempo en las escenas de guerra, pues los efectos especiales han mejorado mucho), pero está llena de múltiples detalles, anécdotas interesantes, fidelidad histórica y un gran realismo, con la vivencia del grupo de soldados dirigido por el duro y experimentado sargento (que ya actuó en la Primera Guerra Mundial) que interpreta el siempre magnífico Lee Marvin (posiblemente el mejor papel de su vida), contando entre otros con Mark Hamill (ya famoso por las dos primeras películas de la “GUERRA DE LAS GALAXIAS”) o Robert Carradine (el más joven de los famosos hermanos actores, hijos del clásico actor John Carradine).
IV. COLABORACIONES.
Aunque no hay conflicto bélico que se libre, sin duda hay una película que encarna a la perfección el absurdo y brutalidad de las guerras: “SENDEROS DE GLORIA”. Considerada una de las mejores de la historia del cine y que según el gran crítico Roger Ebert fue con la que Stanley Kubrick entró en el rango de los grandes directores que ya no abandonó nunca.
La película no fue un éxito en taquilla, pero sí rotundo de crítica, y trajo numerosos problemas ya para su rodaje que tuvo que ser en Alemania al prohibirlo Francia (había incluso un final feliz para contentar a los productores, pero al final, como estaban entusiasmados, se logró engañarles). Su impulsor entusiasta fue precisamente su actor protagonista Kirk Douglas (aunque estuvo a punto de serlo Gregory Peck) y sin su empeño igual no hubiera podido terminarse.
Tanto la película como la novela original están parcialmente inspiradas en acontecimientos reales: la ejecución durante la Primera Guerra Mundial, por insubordinación, de cuatro soldados de la Brigada 119 de infantería del Ejército francés. Las ejecuciones fueron declaradas improcedentes, y los soldados rehabilitados en 1934, tras la reclamación de sus familias, dos de las cuales recibieron una indemnización de un franco, mientras que las dos restantes no recibieron reparación alguna. El comandante de la brigada, general Géraud Réveilhac, dio evidentes muestras de desprecio por la vida de sus hombres. En febrero de 1915, después de tres intentos fallidos de tomar una posición enemiga, ordenó a la artillería bombardear las trincheras francesas para obligar a sus tropas a atacar, a lo que el comandante de las baterías se negó sin una orden por escrito; más tarde, ordenó repetir un ataque aduciendo que ese día no se había alcanzado el porcentaje de bajas considerado como aceptable.
Durante la guerra, el Ejército francés, como los de la mayoría de los beligerantes, llevó efectivamente a cabo fusilamientos por cobardía. Sin embargo, el armazón central de la película es la práctica de ejecutar a soldados seleccionados aleatoriamente, como castigo a las faltas de toda su unidad. Dicha práctica retrotrae a la empleada en las legiones romanas, en las que diezmar consistía en dar muerte a uno de cada diez legionarios como medida disciplinaria. Aunque fue un hecho aislado, también se adoptó en el Ejército francés: la Décima Compañía del Batallón número 8 del Regimiento Mixto de Tiradores Argelinos fue diezmada, el 15 de diciembre de 1914 en Zillebeke (Bélgica), por haber desobedecido la orden de atacar.
Con el máximo agradecimiento, van seguidamente un artículo sobre este film, de nuestro habitual colaborador, gran Magistrado, maestro de juristas y gran amante del cine, que nos da su personal vivencia sobre una película que jamás se podrá ver con relax o indiferencia.
Espero se disfrute como yo lo he hecho.
Por último, debo dar una mala noticia, pues otro colaborador, el Magistrado y gran cinéfilo Bernardo Donapetry, había respondido a mi solicitud, elaborando un completísimo artículo, con una detallada relación y clasificación de las películas sobre la Segunda Guerra Mundial, algo que todo aficionado debe tener sin duda archivado como referencia imprescindible. Pero no hay sitio en esta revista para incluirlo, así que tendremos que buscar una solución alternativa, me comprometo a ello y le pido mil disculpas al autor,
¡Esto es todo por ahora amigos cinéfilos!
Noviembre 2017.
En general me gustan los planteamientos. Además, hasta se cita a Jovellanos, que a pesar de lo que le tocó ver y vivir, era un pacifista.
ResponderEliminarUna sola pega: a mis ojos no les agrada mucho leer sobre fondo negro, aún así, sin caer en el masoquismo óptico, prometo seguirte, al menos hasta que te compre alguna productora o distribuidora y te hagan su "esclavo".