Oscar 2017


1.- LOS OSCARS 2017.

  • “Hace años era importante para mí ganarlo, pero es como conseguir a una mujer guapa. La cortejas durante años y al final, cuando se rinde, le dices: estoy demasiado cansado.''  Paul Newman. Le dieron el oscar en 1986 a la octava nominación y en 1985 ya le habían dado el honorífico pues ya se creía que nunca recibiría el verdadero.

''Los premios son siempre muy agradables, pero preferiría tener trabajo.'' 
Jane Darwell. Oscar en 1940 porLas Uvas de la ira”.

  • ''Reemplazo este año a Bob Hope, porque la academia no ha podido localizarle: estaba en su casa''. Jerry Lewis. Presentó la gala tres veces y la última vez, en 1959, se recuerda como caótica pues a última hora los productores se dieron cuenta de que necesitaban 20 minutos más de programa y se hicieron improvisaciones desastrosas; además algunas frases del cómico se consideraron hirientes y parte del público abandonó sus asientos. No volvió a aparecer en la ceremonia hasta 50 años después, cuando recogió un premio humanitario.

Protesta, que algo queda. Es una desgraciada ley de los tiempos modernos y no solo nuestros políticos son sus esclavos, los responsables de la Academia de Hollywood nos dieron un buen ejemplo este año, tras el boicot y las protestas a la ceremonia de los oscar en el anterior (entre otros el director Spike Lee y la actriz Jada Pinkett, esposa de la mega-estrella Will Smith), lo cual podía estar justificado viendo estadísticas, aunque resulta que en 2014 había triunfado Doce años de esclavitud, con premios a mejor película, mejor director y mejor actriz secundaria.

Pero la cosa venía de atrás y la propia Academia era consciente, pues el  cómico Chris Rock fue su intento en el año 2005 por acercarse a dos públicos: el joven y el de raza negra.  Y Rock comenzó su discurso alegrándose de la cantidad de invitados de raza negra que habían acudido al Teatro Kodak. Pero, más adelante, admitió (con ironía o sarcasmo de elevada graduación) que él nunca veía la ceremonia: "¿Qué hombre hetero se sienta a ver los Oscar? Díganme uno. Además, no se reconoce la comedia y no ves a muchos negros nominados, así que ¿por qué debería verlos?".


Desde luego, todos recordamos grandísimos actores y actrices de raza negra, pero solo han ganado el oscar al mejor actor Sidney Poitier, Denzel Washington,  Jamie Foxx y Forest Whitaker, así como a la mejor actriz solo lo ha ganado Hale Berry, de la misma forma que solo un director lo ha conseguido, Steve MacQueen, por la citada triunfadora de 2014. Una cosecha escasísima sin duda.

Así que parecía claro que este año tocaba rectificar y sea por “bola caliente” o por el control que se dice tiene la Academia de los resultados, hubo premio a la negritud[1] e incluso con la polémica o desastre final que ya todos conocen, donde se confundieron de sobre de la película ganadora y Warren Beatty  tuvo que hacer la rectificación con una cara de bochorno inimitable.

  • [1] Tómese este término como licencia metafórica del autor, pues en realidad señala a un movimiento cultural ligado a la intelectualidad francesa y la defensa de los valores de la raza negra, más bien centrada en el Caribe; Jean Paul Sartre lo definió como “la negación de la negación de la raza negra”, pero es una evidente simplificación ante la complejidad de dicho movimiento.

Pero claro, cuando hay que premiar a cualquier precio, se acaba encumbrando a Moonlight (que ya había triunfado en los Globos de Oro y que además obtuvo el oscar al mejor guion adaptado) y, queridos cinéfilos, la cosa deja que desear, porque el argumento tiene poca chicha, al final acaba siendo la historia de un negro gay al que le cuesta salir del armario, pero no hay suficiente desarrollo de sus problemas de convivencia en un barrio conflictivo por este motivo, por su relación con una madre drogadicta o por la presión de los blancos de clase superior, parece que la historia tiene poco interés y cierta pretenciosidad como unas imágenes desenfocadas que pueden llegar a marear en alguna ocasión. El secundario de la película que también ganó el oscar, Mahershala Ali, está bien, tiene personalidad y atractivo, pero había otras posibilidades como por ejemplo Dev Patel, de origen hindú, en el entrañable y duro film (con final feliz entre comillas) “Lion” (también fue nominada a la mejor película) que trata de la historia real de un niño de Calcuta que se pierde, es adoptado luego por un matrimonio australiano y tras muchos años acaba reencontrándose con su madre gracias a Google maps.


Y la gran triunfadora fue, como se esperaba pero sin el oscar al mejor film, “LA LA LAND”, musical obra del más joven director que ha conseguido el premio hasta la fecha con 32 años, Damien Chazalle, que ya había destacado en los oscar 2015 con una estupenda película (igualmente de trasfondo musical) “Wiplash”, donde destacaba el papel de J.K.Simons como duro profesor de batería, obteniendo el oscar al mejor secundario. Pero lo siento de nuevo si voy a contracorriente (aunque para este film me he alegrado de coincidir con el crítico y cómico -o viceversa-  de raíces asturianas, Pepe Colubi) y pongo en duda sus valores: para mí no es siquiera un musical (no lo es al menos plenamente, basta darse cuenta de que a la mitad de la película desaparecen las canciones y los bailes), le faltan buenas canciones y buenos números musicales, ni tan siquiera engancha el argumento, que en parte es un poco absurdo o tópico, faltándo además romanticismo ya que la historia de amor se disuelve como un azucarillo en un vaso de agua.

Desde luego, tiene cierta inspiración y cierto paralelismo (al menos en aquello de que la historia de amor acaba mal) con un clásico del cine francés “Los paraguas de Cherburgo”, oscarizada en 1966 y protagonizada por Catherine Denueve y Nino Castelnuovo, dirigida por Jacques Demy y con brillante música de Michel Legrand. La película contiene otros homenajes a musicales clásicos como ”En alas de la danza” (1936), “Un amEricaNO en París” (1951) o “Cantando bajo la lluvia” (1952). Más difícil es darse cuenta de la influencia del fantástico melodrama de Leo Mc Carey, “TU Y YO”, protagonizada en 1957 por Cary Grant y Deborah Kerr, donde se usaban los colores para reflejar el estado de ánimo de los protagonistas, que es algo que la película comentada intenta hacer igualmente.



Lo que no se le pude negar al director y a los productores es su entrega a este proyecto, así como al autor de la música Justin Hurwitz, (que legó a componer mas de 1900 melodías diferentes, según dicen….), compañero en la universidad de Harvard del director, ya que incluso ambos tenían ideado todo desde el año 2010, pero nadie quería producir un musical a un par de jóvenes novatos; lo cual cambió lógicamente, al triunfar el director con la citada “Wiplash”.  Otro mérito podría dársele a la responsable de los bailes, Mandy Moore, curtida en programas de la TV USA, que ya había logrado fama con el baile final de otra película exitosísima y sobrevalorada para el que esto escribe, “EL LADO BUENO DE LAS COSAS”, supernominada en 2013, aunque finalmente solo ganó el oscar a la mejor actriz para Jennifer Lawrence. Sin embargo, el agotador trabajo con los dos protagonistas en la ahora comentada (seis horas diarias durante cuatro meses) puede acabar dejando que desear, pues el director no quiso usar dobles de baile y, claro está, se les acaba notando que están muy verdes, muy naturales como quería el director, pero poco brillantes.

Lo que no se puede perder de vista es que la película no solo pretende ser un gran homenaje el cine musical, sino al mismo cine y esto empieza ya desde su propio título, que se considera uno de los sobrenombres de la ciudad de Los Angeles (“la fábrica de sueños”, “la meca del cine”…), que no define un barro concreto, sino la excentricidad y frivolidad de la gente del cine. Pero no solo eso, sino que el director juega con otro de los significados del título, que sería “un estado mental eufórico y onírico desconectado de las duras realidades de la vida”, o sea, a soñar con el éxito y a olvidarse de los mordiscos de la lucha diaria, pero es que en el cine sí hay y quizá si debe haber finales felices.

El protagonista masculino del musical, Ryan Gosling, no está mal (supermeritorio su trabajo como pianista, dedicando seis meses a las melodías que toca en el film, para mover el teclado como un pianista real pese a ser totalmente ajeno al solfeo y a la música, aunque no sé si será un mito urbano, pues sumemos ello las seis horas de clases de danza e igual no nos cuadran las cuentas), aunque queda un poco plano o inexpresivo, como últimamente es habitual en él. Pero con lo que no puedo es con la protagonista femenina, Emma Stone, que no me gusta nada físicamente y sinceramente no sé qué mérito le vieron para darle el oscar a la mejor actriz, salvo evitar la repetición dándoselo a Meryl Streep, por su gran papel en una película muy meritoria “Florence Foster Jenkins” (está incluso muy bien su partenaire Hugh Grant) y que nos hace llorar al final, donde descubrimos un personaje real absolutamente entrañable y sensacionalmente interpretado (la vida de dicha mujer, muy rica, pero una desastrosa soprano, realmente sorprendente, había inspirado una versión mucho más libre en la película francesa “Madame Marguerite” dirigida por Xavier Gianoli en 2015). En fin, una pena, porque los musicales tienen gran tirón y son una de las grandes debilidades del que esto escribe.


El oscar al mejor actor se lo llevó el gran favorito Casey Affleck, en una excelente película “MANCHESTER FRENTE AL MAR” que pasó con gran éxito por nuestro Festival de Cine y que también ganó el oscar al mejor guion original.

La mejor actriz secundaria fue para la afroamericana Viola Davis (famosa además por series de televisión) en una película un tanto cargante al estar basada en una obra de teatro, “FENCES”, que permite el lucimiento de los actores, pero poco más, dirigida e interpretada por Denzel Washington.

El oscar a la mejor película extranjera se lo llevó contra pronóstico (se esperaba ganase la alemana “TONI ERDMAN” que ya había triunfado en los premios del cine europeo, pero no está claro si es tan divertida como la venden) la película iraní “EL CLIENTE” dirigida por Ashgar Farhadi, (el cual ya lo había obtenido en 2011 por “Nader y Simin, una separación”  glosada en estas páginas), pero el que esto escribe hubiera preferido la danesa “Lan of mine (Bajo la arena)” con su real y dura historia de un grupo de prisioneros de guerra alemanes, adolescentes en su mayoría, que son enviados a limpiar de minas las playas danesas.

Y ya que hablamos de negritud, no está mal citar otra candidata a la mejor película, que cuenta la historia real de mujeres matemáticas y físicas de raza negra,  que fueron vitales en el desarrollo de la NASA y la carrera espacial, pero que sufrieron el segregacionismo racial de aquellos tiempos, “FIGURAS OCULTAS”, película que se deja ver muy a gusto y que cuenta con un buen Kevin Costner y un insípido Jim Parsons  (el famoso Sheldon de la exitosa serie friki “The Big Bang Theory”) y las tres actrices afroamericanas estupendas: Taraji P. Henson, la oscarizada Octavia Spencer (en la excelente “CRIADAS Y SEÑORAS” en 2012, donde destacaba asimismo la hoy oscarizada Emma Stone, que trataba del mundo del segregacionismo y estaba dirigida por Tate Taylor que esta mismo año ha dirigido la versión de un exitoso best seller “La Chica del tren”)  y Janelle Monáe (también están Kirsten Dunst y el ya citado Mahershala Ali).


Y si querían premiar lo negro, mejor hubieran premiado al documental “I AM NOT YOUR NEGRO”, alrededor de la vida del gran escritor James Baldwiin, que lucho contra el segregacionismo, sufrió abusos, compartió  piso con Marlon Brando y acabó exiliándose en París a partir de 1948, volviendo muy poco a su oscuro país. Una de sus novelas más famosas es La habitación de Don Giovannide corte autobiográfico donde reivindica su homosexualidad.



Bueno, es posible que el año próximo le toque a las mujeres, pues hace bien poco la gran cantante, actriz y directora Barbra Streisand hizo su propia protesta por el machismo de la Academia y esto es verdad, pero no porque a ella misma no le hayan dado el oscar como directora por sus películas nominadas (lo ganó como actriz por “Funny Girl”; pero ni siquiera la nominaron por sus dos grandes películas como directora “Yentl” y “El príncipe de las mareas”, si bien algunos críticos lo achacaron a los roces por su mal carácter); sino porque en los 89 años de historia de los oscar, solo UNA MUJER lo ha conseguido en dirección, fue Kathryn Bigelow por “En tierra hostil”, en el año 2009.

Y, como no, hablar de los oscar siempre es hablar de ausencias, pues hay muchísimas otras películas de gran factura que no pasan el corte (algunas simplemente por la fecha de estreno muy alejada de la ceremonia de entrega y las votaciones previas) y de este año cabría citar, por ejemplo, la excelente película  “ALIADOS”, historia de corte clásico sobre espías en plena segunda guerra mundial (filmadas las escenas supuestamente marroquíes en Lanzarote y Fuerteventura), protagonizada con gran acierto por Brad Pitt y Marion Cotillard, dirigida por un triunfador, Robert Zemeckis, que como es bien sabido comenzó con un cine ligero como “TRAS EL CORAZÓN VERDE”, o fantasioso como “REGRESO AL FUTURO”, o más que fantasioso como “QUIEN ENGAÑÓ A ROBERT RABBIT”, para triunfar a nivel mundial con la  maravillosa “FORREST GUMP”, siendo capaz de realizar obras ligeras o serias, pero siempre con una profesionalidad innegable, como en “EL VUELO” (basada en un hecho real y ya comentada en estas páginas) o la del año pasado “THE WALK” (historial real del funambulista que caminó entre las torres gemelas sobre un cable de acero).


También cabría citar la estrenada hace poco, “EL CASO SLOANE”, sobre los intríngulis de la política USA, sus grupos de presión y sus profesionales, a mayor gloria de la gran actriz Jessica Chastain, que cuenta con un gran reparto y que pese a su larga duración nos mantiene en vilo, nos engancha y sorprende varias veces; lo cual es sin duda mérito del director inglés John Madden (notable incluso como director de teatro y de radio) que nunca ganó la estatuilla, pero fue nominada por otros film famosos y de gran mérito,  como la divertida y sorprendente “ShakespearE in lovE” o la intensa historia del secuestro de un criminal nazi,  “La deuda”.

2.- SCORSESE Y “SILENCIO”.

Martin Scorsese es un director neoyorkino que sin duda puede ser considerado un genio de nuestro tiempo y un cásico del cine, dirigiendo películas inolvidables como  “TAXI DRIVER”, “TORO SALVAJE”, “UNO DE LOS NUESTROS”, o “EL CABO DEL MIEDO”, rodadas con mano firme y gran estilo, que acabó consiguiendo a la sexta nominación el oscar al mejor director por “INFILTRADOS”, cruda historia de traiciones y violencia alrededor del FBI y la mafia, que quizá pensemos que no es la mejor de su vida. Incluso puede ser autor de un gran homenaje al cine, con historia alrededor de un niño y sus sorprendentes descubrimientos como un autómata, la infravalorada “HUGO”.

Y este año participaba en los oscar con la película citada en el título, pero solo en la categoría a la mejor fotografía, que ni siquiera ganó. Lo cierto es que esta película se queda corta y no acaba de cuajar, a lo que ayuda sin duda que sus dos protagonistas masculinos dejan bastante que desear: Andrew Garfield (chico Spiderman…, del que luego volveremos a hablar) y Adam Driver (lo adoran muchísimos directores y el que esto escribe sigue sin entender el porqué…, pero si protagoniza hasta la nueva saga de La guerra de las galaxias” o la aclamada del cineasta independiente, creador puro, Jim Jarmush “PATERSON”, será por algo…); el que está bien, como casi siempre, es el tercero de la trama, Liam Neeson.



Pero lo más destacable es que este gran fiasco comercial (no recaudó ni 13 millones de dólares pese a costar más de 50) es la adaptación de una novela considera de las mejores del siglo XX en Japón, del mismo título, ficción histórica basada en los hechos reales de la persecución de los religiosos occidentales en el imperio nipón en el siglo XVII, siendo los protagonistas jesuitas portugueses.

Y lo que resulta sorprendente es que los asturianos tenemos entre nuestros personajes destacados un caso similar con San Melchor de Quirós, nacido Melchor García Sampedro y canonizado en 1988, que incluso tiene calle en Gijón (cercana a Cimadevilla) y parroquia (en El Natahoyo) y el que esto escribe se sorprendió hace poco al contemplar la gran placa homenaje en la cima del Picu Pienzu con el título de protomártir (primer mártir) asturiano.



Era originario de Cortes, parroquia de Lindes, concejo de Quirós, en las estribaciones del Macizo de las Ubiñas, estudiando en Oviedo y entrando en la orden de los dominicos para ir de misiones a Asia, donde fue perseguido por el emperador de Vietnam, siendo ejecutado tras sufrir tremendas torturas que no le hicieron abjurar de su fe, en Nam Dinh, lo cual sucedió a mediados del siglo XIX, en los tiempos de uno de los últimos emperadores de Vietnam, el sanguinario y descerebrado Tuc-Duc, que acabó cediendo a la presión de los franceses y sus imposiciones políticas y territoriales (que se mantuvieron en dicha zona del lejano oriente hasta que tuvieron que verse sustituidos con los norteamericanos, con las desastrosas consecuencias que de todos son conocidas).

3.- LA PEGADA DEL CINE ITALIANO, PERO CON CUENTA GOTAS.

La maravillosa historia del cine italiano nos ha dejado clásicos inolvidables, pero cada vez es más difícil de ver sus películas, pues nuestras salas están sobresaturadas de cintas USA de terror, de superhéroes, de zombies, etc. Así que si alguna delicia nos cae puede merecer la pena comentarla, como estas dos películas:

“Maravilloso Boccaccio”, que no se trata de compararla con las múltiples adaptaciones del Decamerón, como la famosísima de Pier Paolo Pasolini de 1971, sino de alabar sus propios méritos y su originalidad, con su historia de los jóvenes (siete mujeres y tres hombres) que huyen de su ciudad para esquivar la epidemia de peste y forman una comunidad cercana a las reglas franciscanas, surgiendo las historias de las que la película se nutre, todas con su encanto y picardía. Y lo más destacable son sin duda sus directores, los famosísimos hermanos Vittorio y Paolo Taviani, que sorprendieron a todo el mundo y ganaron la Palma de oro en Cannes en 1977, con la emblemática “PADRE PADRONE”, protagonizada por Omero Antonutti en el papel de durísimo padre rural. Recientemente ya destacaron igualmente con la obra de corte carcelario y teatral “CESAR DEBE MORIR”, que triunfó en la Berlinale en 2012.



“Un italiano en NoruegA”. Esto es otra historia, es simplemente una comedia desenfadada que pone a caldo perejil al sistema burocrático y funcionarial italiano, escondiendo una dura crítica en su ironía y en su búsqueda de hacer reír por encima de todo, a mayor gloria del autor y actor principal, el cómico Checco Zalone, todo un fenómeno mediático en la para nosotros desconocida Italia.
Amas películas en las antípodas, pero es que el cine italiano tiene estas cosas y muchas veces no lo entendemos por simple desconocimiento.

4. “LADY MACBETH”.
Un prestigioso director de teatro y ópera inglés, Willam Olroyd, debuta en el cine (antes solo tenía cortos y experimentos) con una obra que puede no entusiasmarnos, pero que en todo caso hay que valorar.

No se trataba de acercarnos la personaje de Shakespeare, la esposa del rey asesino en su famosa tragedia, muchas veces llevada al cine, como ya lo había hecho Polanski en 1971 o la más reciente versión de 2015 dirigida por Justin Kurzel, con Michael Fassbender y Marion Cotillard como protagonistas (demasiado vendida a las escenas de batallas espectaculares, por desgracia, olvidando que el trasfondo de la tragedia es realmente otro, ligado a la maldad, a la culpa y al remordimiento).


No, en este caso estamos hablado de otro personaje distinto, la protagonista es la de una de las consideradas más importantes novelas rusas del siglo XX: Lady Macbeth de Mtsensk, obra corta de Nikolái Leskov, vagamente relacionada con la obra de Shakespeare, que más que centrada en la maldad y locura de la protagonista, se trata de un drama de época, donde las turbias decisiones de la mujer nacen de su matrimonio forzado siendo casi una niña, con un hombre rico y casi anciano que la desprecia, a lo que sigue su enamoramiento de un joven y su deseo de liberarse a través del crimen. Esta obra ya había dado lugar a una prestigiosísima ópera del gran compositor ruso Dmitri Shostakóvich.

El planeamiento estético del director es muy bueno (dijo haberse inspirado en las pinturas del danés Vilhelm Hammershot por su austeridad y su manera de captar la banalidad de la vida ordinaria) y la protagonista femenina, casi debutante, Florence Pugh, lo hace realmente bien.

5.- CANTABRICO: Una ASTURIAS  de oscar.


Aun sigue en nuestros cines cuando esto se escribe, porque ha sido un rotundo éxito en toda España y especialmente en nuestra región. Su título original era “Cantábrico. Los dominios del oso pardo”, pero se dejó solo en la primera parte porque, en realidad, la película es mucho más que el noble plantígrado, aunque es sin duda su estrella.

Este tipo de documentales, que ya cuentan con la más avanzada tecnología, exigen muchísimos medios y en especial muchísima paciencia, no siendo este una excepción, pues como explica su director Joaquín Gutiérrez Acha existía un guion previo y no se quería improvisar, pero otra cosa era conseguir la escena que se necesitaba y si hacía falta filmar 500 horas para captar seis segundos del salto de un salmón, pues no había más remedio que hacerlo. Y fueron casi dos años de rodaje, trazando un fresco impresionante sobre nuestra salvaje cordillera, narrando un año de la vida de la flora y la fauna, la lucha por la supervivencia, el contraste de las estaciones y un ritmo de aventura donde el oso pardo es el protagonista y el resto de animales gloriosos secundarios.

Fotogramas destacaba cinco hitos del rodaje, entre muchos sin duda, como fueron:
- Cuando el equipo se vio en medio del acoso de una manada de lobos a un oso y su camada.
- El difícil control de los drones mientras perseguían al gato montés.
- El seguimiento del salmón en un río con temperatura bajo cero.
- La espera ante una planta carnívora, su presa y su digestión.
- El impredecible mal humor de alguno de los osos pardos[2].

  • [2] Lo cual trae a colación una reciente noticia, ciertamente estremecedora pero es que la naturaleza tiene estas cosas, de un oso pardo que despeñó a una de sus crías, por aquello de evitarse un futuro competidor como líder del grupo.


Pero al que esto escribe le entusiasma la escena entre el aguerrido y chulesco sapo que burla a una culebra de collar.


6. Debutante: EL EDITOR DE LIBROS.
Una gran película sobre la literatura en estado puro, muy intensa, que aun así no aburre, dirigida por un debutante, el director y productor de teatro británico Michael Grandage; drama biográfico sobre la vida de Max Perkins, editor  literario ligado a grandes figuras de las letras, y su relación con el escritor desgraciadamente desaparecido muy joven y considerado uno de los grandes de la novela USA, Thomas Wolfe (no confundir con Tom Wolfe de “La hoguera de las vanidades”). Reparto de lujo con un personaje serio y triste a cargo de Colin Firth, un personaje genialoide y apasionado para Jude Law y una figura femenina descentrada para Nicole Kidman.


Pero si queremos hablar de cine y literatura, se puede recomendar una película argentina que finalmente no pudo estar entre las nominadas a los oscar (a pesar de sus innegables méritos y su gran originalidad en cuanto al argumento)  “EL CIUDADANO ILUSTRE”, protagonizada por el que es considerado uno de los mejores actores argentino y es poco conocido acá, Oscar Martínez.

7. NAZISMO Y CINE: Más y más, siempre interesante.

“NEGACIÓN” es una película basada en hechos reales, con la gran polémica del negacionismo de los crímenes nazis (del holocausto especialmente, donde se llegan a manejar estadísticas sobre la población judía mundial antes y después de la guerra, para negar los seis millones de muertos), cuyo más “ilustre” defensor fue el historiador británico David Irving y precisamente la película trata del proceso judicial contra la profesora norteamericana Deborah Lipstdat, a la que el primero acusaba de minar su credibilidad y prestigio. Lo atrayente del juicio (pero que se sale de las dinámicas de películas de temática procesal) era que como se celebraba en Inglaterra, la carga probatoria recaía sobre la demandada y no sobre el demandante, de modo que la defensa de Deborah necesitó convencer a su defendida para que callase durante todo el proceso, evitando por otro lado el circo mediático en que quería convertirlo Irving.

La cinta tiene un excelente guion de David Hare (guionista de la exitosa “The reader”, donde fue nominado en los oscar al mejor guion adaptado en 2009, si bien solo ganó el oscar a la mejor actriz para Kate Winslet) y un buen plantel con: la siempre maravillosa Rachel Weitz y Timothy Spall (un gran profesional), secundados por el estupendo Tom Wilkinson y por Andrew Scott (famoso por su papel de Moriarty en la serie “Sherlock”).


Y lo más curioso es su responsable, el británico  Mick Jackson que en su día dirigió la superfamosa (culto a las estrellas, romántica y efectista, pero muy entretenida, a lo que ayuda sin duda el guion del prestigioso director Lawrence Kasdan y una gran banda sonora que ganó muchos Emmy) “El guardaespaldas”, con Kevin Costner y la malograda cantante  Whitney Houston; pero que ha sido incapaz de tener una carrera exitosa (salvo dirigir muchos videos de la gran cantante) y a sus 73 años estaba relegado a mediocres producciones televisivas hasta hacerse cargo de esta película.


PARAÍSOes algo diferente, una obra mucho más personal de un director ruso amante del blanco y negro, Andrei Konchalovsky (nombre artístico que usa el apellido de su abuelo, pues nació como Andron Sergeyevich Mikhalkov), hijo de una de las glorias culturales de la URSS, el escritor multipremiado por el régimen,  Andron Sergeyevich Mikhalkov (con orígenes aristocráticos que le enlazaban al Gran Duque de Lituania, pero convencido defensor de la revolución soviética) y hermano de otro famoso actor y director ruso Nikita Mikhalkov (recuérdese la famosa “Ojos negros” con gran papel de Marcello Mastrioiani), además de ser habitual colaborador de otro de los genios del cine ruso: Andrei Tarkovsky (recuérdese el mítico film de ciencia ficción con carga sicológica “Solaris” o “NOSTALGIA” que no pudo ganar la Palma de Oro en Cannes en 1983 por impedirlo las autoridades soviéticas y eso motivó que el director se marchase al extranjero).

Andrei Konchalovsky tiene una vida artística sorprendente, pues con unos comienzos de creatividad asombrosa (su segunda película estuvo prohibida más de 25 años y es considerada magnífica…), donde se ganó un prestigio enorme (es fácil de recordar la mítica “SIBERIADA”), acabó emigrando a USA, con unos comienzos muy prometedores como en “LOS AMANTES DE MARIA” con un excepcional reparto que entre otros estaban Nastassja Kiski, John Savage y Robert Mitchum.

Pero esto no impidió que hiciese chapuzas del estilo de “TANGO Y CASH” (un bodrio para los que disfruten de Silvester Stalone y Kurt Russell luciendo mucho músculo y poco cerebro) o una cinta de acción como “RUNAWAY TRAIN” (con guion del gran Akira Kurosawa, que al menos dio para que nominaran al oscar al mejor actor a Jon Voight y al secundario a  Erict Roberts -¿increible?- el poco conocido hermano de Julia Roberts).


Pero el director llegó al límite cuando quisieron que rodase “Jumanji2”, pues el dinero no lo era todo y desde entonces afirma ser pobre pero muy feliz, ganando el premio al mejor director en Cannes por “El cartero de las noches blancas” en 2104 (una película muy original centrada en una pequeña isla de un lago ruso, a la que solo se accede por barca, cuya población vive en el pasado y el cartero es su única conexión con el mundo exterior) y también lo ganó por la que comentamos.

“PARAÍSO” es una obra en blanco en negro con un triángulo entre una aristócrata rusa que ayudaba a los judíos, un funcionario colaboracionista y un oficial de las SS que había sido amante de la primera; trata de los errores humanos y la seducción del mal, no solo del nazismo, aunque los recuerdos infantiles de un Moscú bombardeado por los nazis, cuando el director tenía 4 años, han influido seguramente también.

Pero el cine español se ha sumado a la larga lista de películas alrededor del nazismo con “EL JUGADOR DE AJEDREZ”, dirigida por Luis Oliveros y basada en un exitoso best-seller de Julio Castedo, donde un español preso de los nazis acaba encontrando una salida en la afición al noble juego del coronel que dirige la cárcel. El argumento es interesante, tiene incluso raíces históricas reales pues el campeón mundial Alekhine tuvo sus problemas con los nazis pues su esposa era judía y su condición de campeón les salvó. La película es buena formalmente, incluso se preocuparon mucho de que las partidas de ajedrez fuesen reales, pero un tanto estereotipada y fantasiosa en su argumento en pos de salvar al héroe, cuando la realidad histórica fue otra muy distinta para la  inmensa mayoría de los que acababan en manos de los nazis.



Podría sorprender el título de la película e incluso del libro, pues podemos creer que es el mismo que el de genial novela de Stefan Zweig, pero resulta que la misma se conocía y publicaba en España con ese título, cuando en realidad del verdadero era Novela de ajedrez. El argumento y la aproximación al juego ciencia es totalmente distinto, mostrando en gran parte el desasosiego y desesperanza del autor, que le llevaron al suicidio (junto con su esposa) en Petrópolis (Brasil), donde se había refugiado huyendo de las persecuciones nazis, poco después de terminarla, en el año 1942. Y precisamente se estrenó hace poco una estupenda película que trata de sus últimos momentos (la crítica destaca el simbólico contraste  entre la oscuridad del alma del escritor y la luz sudamericana), “STEFAN ZWEIG, ADIÓS A EUROPA”.

No es fácil llevar al cine la novela de Zwieg, pues la introspección en la mente del jugador de ajedrez lo haría difícil, si bien se hizo en 1960 con actores relativamente conocidos (Curt Jungers, Claire Bloom y Jorg Felmy) y, que, con el horror habitual, se titulaba en inglés “Brainwashed” o sea “lavado de cerebro”. También se compuso una ópera en 2013 con música del reconocido Cristóbal Halffter e incluso podría decirse que sirvió de inspiración para el montaje teatral que hubo en el Edimburg Festival Fringe de 2015 con el título “64 casillas”.


Genios de la literatura aficionados al ajedrez ha habido muchos, como sucedió en nuestro país con Miguel de Unamuno, demasiado crítico en ocasiones con el noble juego, del que afirmaba debía alejarse por miedo a que le llegase a obsesionar (como al protagonista de la novela de Zweig) y que también nos dejó una novela sobre el tema, aunque el juego sale más bien en plan colateral en la relación entre los dos hombres que se escribe cartas: La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez”.



8. EL CINE DE GUERRA Y MEL GIBSON.

Este australiano es todo un personaje y podríamos criticarlo desde muchos puntos de vista (es polémico por homofonía, antisemitismo, abuso del alcohol; entrando incluso en contradicción con su conservadurismo, pues después de un matrimonio a la antigua usanza con nada menos que siete hijos, vino el divorcio más caro de la historia de la meca del cine), pero no cabe duda es una gran estrella como actor que, de modo indudable, se ha labrado una gran carrera tras las cámaras, ya desde su debut con “EL HOMBRE SIN ROSTRO” (un film que huye de los espectacular y es estupendoa) y que se consagró con el drama épico escocés “BRAVEHEART” que triunfó en los oscar del año 1995.

Y en los de este año volvió a ser candidato a mejor película y mejor dirección por “HASTA EL ULTIMO HOMBRE” (menuda manía la de cambiar los nombres originales, pues la peli se llama “Hacksaw Ridge”, que es el título del libro en que se basa y refleja a la perfección donde se desarrolla el drama), pero la cinta solo logró dos oscar de los llamados menores pero que si duda no lo son (mejor montaje y mejor sonido).

La historia es la real de un soldado, Desmond Doss,  que fue el primer objetor de conciencia en la segunda guerra mundial, pero quiso ir a la guerra de parasanitario y tras pasarlas canutas en la fase de formación, acabó actuando en Okinawa (en las batallas finales de acercamiento a Japón, en la parte más cruenta de la guerra en el Pacífico, donde además se calcula ha habido el mayor número de muertos en tales combate --más de 250 mil--, por la tenaz resistencia de los japoneses, que no contemplaban más que luchar hasta morir). El protagonista acabó recibiendo la Medalla de Honor de manos del Presidente Truman al salvar a más de 75 compañeros, con total desprecio de su propia integridad física (acabó con lesiones que le marcaron para el resto de su vida), pues cuando ya nadie lo esperaba, fue buscando a los soldados heridos en lo alto de un acantilado vertical de más de 120 metros (al que primero accedieron por una enorme red, de ahí el título original de la película), burlando las balas japonesas y bajando a los heridos ayudándose de cuerdas, con la total sorpresa de los que estaban abajo.

La película tiene un ritmo extraordinario, con escenas bélicas efectistas y crudas; y el plantel de actores está muy bien, siendo Andrew Garfield quien da vida al héroe (fue nominado al oscar al mejor actor), destacando asimismo Sam Worthington y un gran número de secundarios con la profesionalidad habitual en el cine USA.



Pero Mel Gibson ya tenía experiencia en este tipo de cine, pues años atrás había protagonizada otra cinta memorable “CUANDO ERAMOS SOLDADOS”, que merece la pena recordar pues el héroe militar que la protagoniza Hal Moore falleció este mismo año.

La película la dirige Randal Walace (guionista sobre todo, que es el autor del guion que ganó el oscar en el citado éxito sobre el héroe nacional escocés de 1995) y los actores que secundan al australiano son de primera: Madeleine Stowe, Greg Kinnear, San Elliot, Barry Pepper o John Ham (luego famoso por la serie tvMad men).

El episodio bélico que relata es de los más famosos de la nefasta guerra de Vietnam, en concreto una de las primeras batallas, la conocida como de Drang, donde los norteamericanos se encontraron, sin esperarlo, rodeados de una fuerza cuatro veces superior en número, pero consiguieron esquivar la masacre gracias a la disciplina y capacidad de liderazgo de su coronel jefe y el certero apoyo aéreo que recibieron,  dirigido con precisión por nuestro héroe, el único ente todos que creía que se podía salir del llamado “Valle de la muerte”. La película, como el libro en que se basa (coescrito con el periodista Jacob Galloway que acompañaba a las tropas), es muy fiel a los hechos y no evita críticas. Los norteamericanos no pudieron considerar un éxito la batalla, pues debieron abandonar su posición (de hecho fue una premonición de lo que acabarían sucediendo al final de la guerra), pero el número de bajas en comparación con las del vietcong resultó casi increíble. En todo caso, fue una batalle que marcó historia en cuanto a las tácticas y el uso efectivo de la fuerza aerotransportada.

Hal Moore ha sido un personaje legendario en el ejército USA, pues tras superar grandes barreras en la academia militar dado su origen humilde, acabó demostrando una capacidad de mando y una efectividad inusitadas, pero siempre partiendo de un ejercicio de liderazgo en primera línea, con su pequeño subfusil bajo el brazo, con lo cual sus hombres le idolatraban y le obedecían ciegamente, con la máxima entrega y confiando en sus posibilidades («Siempre hay alguna cosa más que puedes hacer para aumentar tus probabilidades de éxito» era uno de los lemas Moore). Resulta además curioso su paralelismo con famoso General Custer del Séptimo de Caballería, pues era la unidad que el mismo dirigía en Vietnam; de hecho, sus hombres le llamaban “pelo amarillo” tanto por el color de su pelo como en homenaje al legendario General masacrado por los indios en Little Big Horn. Hal Moore siguió con una exitosísima carrera militar, llegando a ser Teniente General y consiguiendo muchísimas condecoraciones, entre ellas la especialísima y escasa “Cruz de servicios distinguidos”. Mel Gibson mantuvo una gran amistad con el General hasta su muerte y acabo siendo nombrado coronel honorario del regimiento de caballería.

Con motivo del fallecimiento del general el pasado febrero, el diario El Comercio publicó un artículo maravilloso (“Muere el gran héroe americano”) que se puede localizar en la red y que nadie debe perderse si le interesa el tema.




¡Esto es todo por ahora amigos cinéfilos!

Mayo 2017.

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